Un estudio revela que no hay impacto negativo en la educación de los hijos homoparentales
Al mismo tiempo que se extiende la normalización de los derechos de las parejas homosexuales, los lobbys prohibicionistas pasan al ataque en el siguiente eslabón en la cadena de derechos: la adopción. Pero la base científica de las posibles consecuencias para la educación de hijos adoptados (o engendrados con ayuda externa) ya tiene estudios contrastados como para elaborar conclusiones objetivas.
Pepo Jiménez
Un reciente metaestudio de la Universidad de Denver concluye que la educación de los hijos de parejas homoparentales no experimenta ninguna diferencia en todos los niveles de relación social y de comportamiento cuando se comparan con hijos de parejas heterosexuales o incluso de un solo padre o madre.
El consenso científico en este tema está bastante arraigado desde hace tiempo. No hay influencia negativa en la educación, sino todo lo contrario. Al producirse todavía un rechazo social externo en mayor o menor grado, y dependiendo de la culturas, el proteccionismo paterno está más arraigado, estableciéndose una complicidad y un control de la adaptación social de los hijos mayor que en la media estudiada en parejas heterosexuales.
La mayoría de los trabajos que encuentran negatividades educativas en hijos de parejas homoparentales se basan hipócritamente en el propio rechazo social al que son sometidas estas familias, no en la labor educativa de los padres que tienen que salvar los obstáculos de la homofobia.
El trabajo de la Universidad de Denver, dirigido por el profesor Jimi Adams, lo único que hace es comparar varios miles de artículos y estudios revisados por pares para cotejar conclusiones y sacar similitudes. El metaestudio encontró que ya en 1990 los primeros trabajos coincidían en sus conclusiones y para el año 2000 el consenso científico era abrumador.
Esta corriente positivista fue sorprendida en 2007 por un estudio contrario a la opinión científica generalizada: se trata del famoso (por distinto) Estudio Regnerus, el más conocido y polémico estudio sobre la negatividad educativa en parejas homoparentales, dirigido por el doctor Mark Regnerus.
Se trata de un trabajo publicado en la revista ‘Social Science Research‘ que se basa en 3.000 entrevistas a adultos de entre 18 y 39 años cuyos padres (ojo aquí) han tenido en algún momento de su paternidad o maternidad relaciones homosexuales. Esta fue la mayor crítica al estudio al no especificar si este tipo de relaciones se habían producido de forma extramatrimonial, tras separación o un gran escándalo.
Por lo tanto el punto de partida es erróneo, ya que se trata de una acotación de familias fuera del espectro de la normalidad y con más posibilidades de exclusión social. Lo que realmente compara este estudio son hogares estables e inestables, independientemente de la orientación sexual de los padres.
Fuente Cienciaxplora
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