LAUS DEO!!!: El adiós de Reig Pla, el obispo más ultraconservador de España, enemigo de los gays y de las mujeres
El emérito de Alcalá ha sido triste protagonista de la Iglesia española en las últimas décadas
Contra los gays: “Piensan desde niños que tienen atracción hacia personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo se corrompen y se prostituyen o van a clubes de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno”
En 2014, el obispo había comparado el aborto con los “trenes de Auschwitz” y con el “Holocausto”, y acusaba al PP de estar “informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e infectado como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ”
En 2020, en una apocalíptica carta pastoral aseguraba que estamos ante un “sistema global” que busca “demoler la tradición católica” en España, y culpaba al Concilio y la Transición de “traer al enemigo al seno de la Iglesia”
Quién es Juan Antonio Reig Plà, obispo emérito de Alcalá de Henares
“Se va el obispo del odio, el que quería ‘curar la homosexualidad’ con pseudo terapias, el que mandó a los gays al infierno, el que defendió al Yunque y a los lobbies de ultraderecha. Bendito sea Dios”. El mensaje se repite, de una u otra manera, en los teléfonos de media España. Juan Antonio Reig, dos meses después de presentar su renuncia, ha sido defenestrado por el Papa Francisco.
¿Por qué? Porque nadie en la Iglesia española, salvo los grupos más ultraconservadores (HazteOir u organizaciones afines a Vox y al Yunque, así como la Abadía del Valle de los Caídos) y obispos como Jesús Sanz, José Ignacio Munilla, Demetrio Fernández o Rafael Zornoza, le echará de menos.
No dejó de hablar, y de crear polémica, en sus sucesivos destinos: Segorbe-Castellón, Cartagena-Murcia o Alcalá. También, en la Conferencia Episcopal, donde durante años fue responsable de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal y, como tal, encargado de organizar las tristemente famosas ‘Misas de Colón’ contra el Gobierno y en capitanear, al lado de Rouco Varela, las manifestaciones contra el matrimonio igualitario o Educación para la Ciudadanía.
Y es que Reig Plà ha estado vinculado a iniciativas contra la homosexualidad, ha presidido misas por Franco y en alguna ocasión, como en 2009, con la presencia de banderas franquistas o de Blas Piñar. También fue premiado por HazteOír en 2012 por su “defensa de la dignidad humana”. Y dejó muchas perlas. Estas son algunas de ellas:
Los gays y el Infierno
Misa del Viernes Santo, retransmitida por La2, Reig clamó contra los gays, que “piensan desde niños que tienen atracción hacia personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo se corrompen y se prostituyen o van a clubes de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno”.
“Y cuando va a abortar a una clínica, sale destruida porque ha destruido una vida inocente y se ha destruido así misma; años y años, mujeres que han ido a abortar llevan el sufrimiento en su corazón y muchas de ellas no pueden dormir y han pasado años y años y años porque el pecado siempre lleva como paga la destrucción de la persona“, señaló, en una de sus muchas críticas al aborto.
El “Holocausto” del aborto
Y en 2014, el obispo había comparado el aborto con los “trenes de Auschwitz” y con el “Holocausto”, y acusaba al PP de estar “informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e infectado como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ”.
Sobre los anticonceptivos, en 2018 Reig denunciaba que “el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y llegara a considerarla como simple instrumento de goce”, y añadía que “las políticas progresistas son “cultura de la muerte” y que el aborto era culpable de que “más de dos millones de bebés en España no hayan llegado a nacer”.
El Concilio y la Transición, culpables
En 2020, en una apocalíptica carta pastoral aseguraba que estamos ante un “sistema global” que busca “demoler la tradición católica” en España, y culpaba al Concilio y la Transición de “traer al enemigo al seno de la Iglesia”.
“Estamos ante una batalla cultural que, desde siglos, ha ido perfilando sus principios y sus dogmas. Más allá del marxismo o del liberalismo, de la ideología de género y sus consecuencias, la lucha se articula como una guerra desarrollada por los poderosos contra los débiles”, apuntó entonces el prelado, quien llegó a acusar al Gobierno de Sánchez de “convertir a España en un campo de exterminio” en otra carta pastoral con motivo de la aprobación de la ley de Eutanasia.
“Esta es la hora en la que vuelven los ‘bárbaros’ que, embriagados de poder, no saben sostener la casa común, el hogar familiar que ha significado y significa España”.
También, en los últimos años, tuvo ciertas ocurrencias, como lanzar ‘Sexólicos anónimos’, un “nuevo servicio en Alcalá de Henares para ayudar a personas con adicción al sexo”, con el objetivo de “liberarse de la lujuria y alcanzar la sobriedad sexual”. Hoy, muchos de esos colectivos a los que Reig atacó, por fin, se sienten liberados. También dentro de la Iglesia española.
Abascal, Reig y Arsuaga, juntos en la entrega de los premios HazteOir
Fuente Religiópn Digital
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