Como el Jesús Libre, estos seguidores y seguidoras de Jesús, se entregan a los más desfavorecidos desbrozando, abriendo caminos de Libertad y Justicia…
“En los indígenas están evidentemente las semillas del Reino”
Siempre en las fronteras, llamados a reproducir la forma de hacer misión de Jesús
(Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en Brasil).- Hay experiencias misioneras que resultan desafiantes y al mismo tiempo despiertan en quien las conoce un sentimiento de admiración por la radicalidad que encierran. Una de esas realidades es el Equipo Itinerante. En 1996 los jesuitas de la Amazonia brasileña decidieron comenzar a pensar en una forma diferente de hacer misión.
En 1998 fueron liberados los tres primeros jesuitas para este nuevo desafío a los que se unió una hermana de la Congregación de las Canónigas de Nuestra Señora. Es con ellos, una hija del Sagrado Corazón de Jesús y una laica de la diócesis de Nuevo Hamburgo, como comenzaron a caminar en el año 2000, teniendo como base un palafito de la ciudad de Manaos.
Claudio Perani, el entonces superior de los jesuitas de la Amazonia, les dio unas pistas para comenzar a caminar: “anden por la Amazonia y escuchen lo que el pueblo habla, participen de la vida cotidiana del pueblo, observen y registren todo cuidadosamente, no se preocupen con los resultados, el Espíritu irá mostrando el camino. ¡Coraje! Comiencen por donde puedan…“.
A partir de ahí, siempre con un pie dentro y otro fuera, han pretendido escuchar, despertar, incentivar y apoyar a las personas, grupos y proyectos de iniciativa de los ribereños, indígenas y gente de las periferias urbanas. Quieren que los pobres y excluidos se conviertan en sujetos históricos de su propia liberación, se reconozcan como hijos predilectos de Dios y, desde los valores evangélicos, humanicen todo lo que les envuelve.
Se sienten llamados a reproducir la forma de hacer misión de Jesús y las primeras comunidades cristianas desde la itinerancia, la inserción, la interinstitucionalidad y la interfronterinidad. Para eso son conscientes de que deben caminar al ritmo de la canoa, del pueblo, de su lógica y proyectos, en la teoría y la práctica, con paciencia y creatividad que lleve a no dar soluciones prefabricadas, haciendo visitas periódicas, de modo gratuito, con una actitud de escucha, acogida y deseo de aprender que lleve a inserirse entre los pobres, excluidos y diferentes, a estar con quien nadie quiere estar, donde nadie quiere estar y como nadie quiere estar.
Siempre en las fronteras, al lado de aquellos que no entienden los porqués de estas divisiones, como los tikunas, con quienes convivieron en la triple frontera entre Perú, Colombia y Brasil. Uno de ellos decía: “me expliquen ese asunto de las fronteras. Mi padre y mi madre viven al otro lado del Amazonas y vosotros decís que son peruanos; mi hermano vive subiendo el río Amazonas y vosotros decís que es colombiano; y yo vivo aguas abajo del río, vosotros decís que soy brasileño. Es difícil entender ese asunto de las fronteras de vosotros… Vosotros estáis un poco locos. Nosotros somos tikunas y vivimos aquí antes que vosotros llegaseis”.
El equipo itinerante ha asumido como fuente de espiritualidad, la confianza profunda en la providencia, recogida en las palabras de Helder Cámara: “acepta las sorpresas que transforman tus planos, derriban tus sueños, dan un rumbo totalmente distinto a tu día y, quién sabe, a tu vida. No hay por acaso. Da libertad al Padre, para que Él mismo conduzca la trama de tus días“.
Actualmente entre los miembros del equipo itinerante están dos jesuitas, el valenciano Paco Almenar y el malagueño Rafa Lería, gente diferente, comprometidos con la misión y la defensa de los pueblos amazónicos, que en esta entrevista comunican un poco de lo mucho que viven en su día a día, por esos ríos en los que gastan su vida, en la busca de un mundo mejor para todos.
¿Qué es el equipo itinerante?
Paco: Un grupo de personas que se reúnen como amigos con la misma misión, hombres y mujeres, religiosos, laicos, padres, que somos enviados y apoyados por una institución para poder itinerar, lo que significa visitar las comunidades, sobre todo las más alejadas, gastar tiempo para conocer a las familias, a las personas, oír a la gente para que hablen de sus cosas buenas que hacen, de sus dificultades y así apoyar su organización e intentar unir y establecer redes entre las comunidades de unos pueblos y otros, que son explotados, que no son pobres porque comen todos los días, pero que son perseguidos por causa de la tierra, de la madera, de las empresas mineras. Estar a su servicio, empezar a escuchar y conocer y, a partir de ahí, ir descubriendo qué respuestas podemos dar a estas personas.
La metodología que usamos es la de escuchar, caminar a su ritmo, devolver lo que les quitamos y que siempre ellos sean los sujetos de su caminar.
¿Cuáles son las dificultades que uno encuentra para vivir esa forma de acompañamiento, de evangelización?
Rafa: Dificultades todas. La primera el estar dispuesto a acoger al otro en la diferencia. Nosotros somos religiosos y cada uno está acostumbrado a su espiritualidad, a su forma de vivir, de rezar, de trabajar. En las cosas del día a día, como instituciones religiosas, como congregaciones, como padres diocesanos, cada uno tiene su forma de ser. Para mí sería el desafío de poder acoger aquello que es diferente, sea franciscano, sea dominico, sea diocesano y poder soñar juntos, no cada uno de manera separada, sino conjunta, en equipo, el poder renunciar a ti y saber que esa renuncia va a dar fruto en el nosotros, en lo que se sueña juntos, en lo que se trabaja juntos, en lo que se discute juntos, en lo que nos reconciliamos juntos, en la convivencia del día a día. El desafío de poder acoger lo otro como diferente, distinto, no como una amenaza, sino como algo que nos hace crecer, que nos humaniza y nos hace ser trabajadores de la mies del Señor en los valores del Reino, en los valores del Evangelio.
¿Cuando el Papa Francisco habla de una Iglesia en salida, podríamos decir que ésta es un ejemplo de esa Iglesia en salida que no se encierra entre cuatro paredes, que no tiene un lugar fijo donde la gente va y sí una Iglesia que va al encuentro de la gente?
Rafa: Sobre esa Iglesia en salida, el primero que nos fue enseñando el camino y no quisimos seguirlo, o se nos olvidó, fue Jesús. Para nosotros, como jesuitas, Paco y yo, Ignacio fue otro peregrino. Eso es ir al encuentro del otro, no que el otro venga a buscarnos a nosotros.
Paco: Los primeros misioneros del Amazonas también. En aquellos tiempos en que no había motorcitos, ni barquitos, todo a remo, andaban millares y millares de kilómetros, estando meses y meses por ahí, que uno se queda de boca abierta y diciendo, bueno, hoy es fácil, a pesar de las distancias. Pasar siete días en un barco donde puedes colgar la red es muy diferente de ir en una canoa remando.
Rafa: Cuando tú ves los escritos sobre la historia de la Amazonia, ya en el siglo XVII había la figura de los itinerantes, que eran los primeros comerciantes que iban de comunidad en comunidad. Entonces, no hay otra forma de trabajar en la Amazonia que no sea de forma itinerante, porque todos nosotros somos itinerantes, el padre que está en una comunidad va acompañando y visitando, las hermanas, los laicos. Todo mundo tiene que subirse a la canoa, al barco y el río es nuestra calle. Todos nosotros, por el tamaño, por la dimensión de esta Pan-Amazonia tenemos que ser peregrinos y estar en esta Iglesia en salida.
¿Qué es lo que se aprende con los pueblos indígenas, qué es lo que ellos nos enseñan?
Rafa: Para mí, en estos dos años que llevo en el equipo itinerante, he aprendido los valores que nosotros ya hemos olvidado en la cultura europea, valores tan sencillos como el compartir, la solidaridad, la justicia, donde todo es comunitario y no existe el yo. Eso te hace ver la realidad en la que vives con otros ojos. Nuestra sociedad simplemente ya la ha perdido y ellos la siguen viviendo, siguen creyendo.
Paco: También la sintonía con la Madre Tierra, con la naturaleza. No sentirse dueño, sino hijo de la Madre Tierra y por eso respetarla, quitarle lo que necesitas para vivir, pero al mismo tiempo favorecer para que continúe viva y cada vez más viva. Entonces hay ejemplos concretos preciosos.
Rafa: La simplicidad de la vida, la sencillez, nosotros tenemos, tenemos, tenemos…, y no somos felices. Ellos tienen poco y lo que tienen lo comparten. Si tienen hambre van al río y pescan, si quieren carne van y cazan y todo el mundo come, todo el mundo comparte.
¿Podríamos decir que ellos son más cristianos, sin ser cristianos oficialmente, que nosotros que somos cristianos oficialmente?
Rafa: En los indígenas están evidentemente las semillas del Reino, y algunos no dicen que son las semillas, sino las florestas del Reino de Dios. En sus creencias, en el cuidado de la Madre Tierra, como dice Paco, en el poder vivir con poca cosa, compartiendo, con valores que nosotros ya hemos olvidado.
¿Cuáles son los problemas que enfrentan hoy los indígenas de la Pan Amazonia?
Paco: El principal es sus tierras. El capitalismo avanza a través de las empresas, las multinacionales, hidroeléctricas, madereras, empresas mineras, petroleras, que codician sus tierras porque debajo del suelo tienen esas riquezas minerales, para extraer de la tierra y abandonarla después de unos años, dejando a la gente que está allí más pobre, pasando hambre y necesidad.
Nosotros trabajamos con indígenas, ribereños, que son descendientes de nordestinos y de otras regiones de Brasil que emigraron para la Amazonia, y marginados urbanos. Los indígenas, sin ser pobres, porque comen todos los días, quizás son los más perseguidos, por causa de la tierra, perseguidos a muerte y de mil maneras para acabar con ellos y que el gobierno deje explotar sus tierras. Los ribereños los más desatendidos, pues como no son indígenas no hay organismo del gobierno especial para ellos y por causa de las distancias tienen dificultad para organizarse en sindicatos, asociaciones y tienen menos escuelas y menos acceso a la sanidad. Los marginados urbanos los más deshumanizados. Son indígenas y ribereños que vinieron para la ciudad y es donde hay más violencia, más desempleo, más drogas, más alcoholismo, más deshumanización. Cada uno de estos sujetos con los que queremos trabajar y a los que queremos servir tiene su lado de peligro de deshumanización por la falta de atendimiento de todo y peligro de muerte por causa de las tierras.
Rafa: Junto a lo que dice Paco sobre la tierra, hay algo que es muy importante y que son como los tres pilares, tierra, sanidad y educación y por los problemas con la tierra, la sanidad y la educación vienen todas las otras cosas, y eso da igual que sea en la frontera Colombia, Perú, Brasil, que sea en la frontera Brasil, Bolivia, Perú, todo gira en torno a esta triple problemática.
Oración del Equipo Itinerante
Que el Dios Itinerante:
-¡Camine delante de ti para guiarte, darte confianza, mostrarte el rumbo y darte esperanza en la utopía del Reino y su justicia!
-¡Camine detrás de ti para empujarte, pincharte, inquietarte, cuestionarte!
-¡Camine a tu lado para acompañarte, alegrarte y hacerte sentir Su presencia!
-¡Camine debajo de ti para sostenerte, fortalecerte y darte valentía, firmeza y seguridad!
-¡Camine sobre ti para bendecirte, iluminarte, protegerte y defenderte!
-¡Camine dentro de ti para hacerte sentir Su perdón, Su paz, Su libertad, Su cariño y su amor sin condiciones!
¡El Dios Itinerante, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo te bendiga. Amén!
Paco Almenar sj – Equipo Itinerante
Fuente Religión Digital
Espiritualidad, Iglesia Católica
Amazonia, Claudio Perani, Helder Cámara, Indígenas, Jesuitas, Misioneras, Misioneros, Paco Almenar, Rafa Lería
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