El afán por demostrar que el asesino de Orlando “era gay” juega una mala pasada a varios medios de comunicación
El indisimulado afán por hacer “gay” a Omar Mateen, el autor de la masacre homófoba de Orlando, ha jugado una mala pasada a varios medios de comunicación de habla hispana, entre ellos los españoles El Mundo y La Sexta. Algunos de ellos siguen manteniendo la noticia en sus ediciones digitales en el momento de publicar esta entrada. Otros la han retirado discretamente, sin hacer ningún desmentido. Otros, por último, admiten su error. Lo cierto es que pese a las hipótesis que circularon los primeros días tras la matanza no existe ninguna prueba de la supuesta homosexualidad, más o menos reprimida, de Mateen.
No hay dudas sobre el carácter homófobo del atentado. Tanto los testimonios de la familia de Omar Mateen como los de sus compañeros de trabajo han confirmado su desprecio hacia las personas homosexuales. Su padre declaró en una entrevista que el desencadenante de lo sucedido pudo haber sido, en su opinión, un acceso de ira que su hijo tuvo al contemplar a dos hombres besándose en Miami (en su momento dedicamos una entrada a esas declaraciones). Y si bien es cierto que en un primer momento varios testigos sostuvieron que Mateen había acudido en ocasiones anteriores como cliente al Pulse, el club atacado en Orlando (visitas en las que se habría comportado de forma huraña y solitaria, llegando a emborracharse solo) y que había hecho uso de aplicaciones de citas entre hombres, como Grindr, Jack’d o Adam4Adam, a día de hoy ningún perfil de estas aplicaciones ha podido ser identificado como perteneciente a Mateen ni se ha podido localizar a usuarios que lo llegaran a conocer en persona a pesar de que se les ha buscado activamente. En este sentido, las declaraciones de un supuesto “amante” de Mateen que aseguró a la cadena Univisión que este odiaba a los gais puertorriqueños por sentirse rechazado por ellos no han merecido credibilidad alguna al FBI.
Pero da igual: aplicando a rajatabla la máxima de que la realidad no te estropee una buena historia, numerosos medios de comunicación, entre ellos muchos de habla hispana, dan por hecho desde pocos días después del atentado que Omar Mateen era gay. Un buen ejemplo es el titular que hace pocos días recortábamos de la edición digital del diario El Mundo. “El último viaje de Omar Mateen, el asesino gay de Orlando”:
Con titulares con este, resulta fácil de entender que El Mundo fuese precisamente uno de los primeros medios en recoger la noticia que “saltaba” este miércoles: el FBI había hecho públicos los últimos mensajes que Omar Mateen intercambió con su esposa. “Soy gay, me odio a mí mismo, por eso estoy haciendo esto” era, supuestamente, la última frase que Mateen dirigió a su esposa:
Fantástico para un guión televisivo, sin duda. Pero absolutamente mentira, como se encargaba de aclarar el periodista Jeff Zarronandia en snopes.com, un medio especializado en desmentir bulos, noticias falsas y leyendas urbanas. La falsa noticia no había sido publicada por ABC News, como sus autores habían querido hacer creer, sino que había sido generada para atraer tráfico a una web maliciosa.
¿Problema? Que sin tener la seguridad de que una noticia de ese calado fuese cierta, numerosos medios se apresuraban a publicarla. Entre ellos El Mundo, que aunque ya la ha retirado no ha podido evitar que quede constancia de ella:
También la cadena de televisión La Sexta daba la noticia por buena. Es más, el vídeo en el que se hace referencia a ella sigue visible en su página web. En él se asegura, incluso, que la noticia confirma las declaraciones que sobre Omar Mateen habían hecho “sus amigos” asegurando que era homosexual…
Otros medios de habla hispana también se hacían eco de la noticia en diversos países de América Latina. Uno de ellos, El Comercio, de Perú, ya ha desmentido la noticia. Un desmentido que le honra, y que nos gustaría ver hacer a otros medios.
¿Homosexual? Quizá, no hay pruebas. ¿Homófobo? Seguro
Nosotros mismos, en una entrada que publicamos en su momento, aceptábamos como posible que en la base de la homofobia de Mateen, agudizada con un acercamiento a tesis religiosas extremistas, pudiese haber existido una homosexualidad no asumida: la homofobia internalizada o endohomofobia es una realidad bien conocida. Ello no impedía considerar la masacre de Orlando como un gigantesco crimen de odio dirigido contra la comunidad LGTB, y no contra “un grupo de personas que se divertían, con independencia de su condición sexual”, como numerosos opinadores se empeñaron en proclamar.
Sin embargo, las evidencias de ello nunca fueron especialmente robustas (las supuestas visitas al Pulse, en caso de haberse producido, bien pudieron ocurrir mientras Mateen incubaba y planeaba el ataque). Y conforme pasa el tiempo son más endebles. Por eso nos llama poderosamente la atención la persistencia de algunos medios en seguir presentando como cierta esta hipótesis…
Fuente Dosmanzanas
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