Se celebra el orgullo LGBT de Bombay reclamando el final de la sección 377 la norma que criminaliza las relaciones homosexuales en India
Miles de personas se manifestaron este sábado por las calles de Bombay, la ciudad más poblada de la India, en una nueva y multitudinaria edición de la Queer Azaadi Mumbai, su marcha del Orgullo LGTB. Los manifestantes reclamaron la derogación definitiva de la infame sección 377, que criminaliza las relaciones homosexuales.
Coincidiendo con el 75º aniversario del movimiento a favor de la independencia en la India, se celebra el orgullo de Bombay reclamando el final de la sección 377, herencia del colonialismo británico.
La criminalización de las relaciones homosexuales no ha impedido la celebración en los últimos años de orgullos reivindicativos cada vez más multitudinarios en las grandes ciudades de la India. La marcha del Orgullo LGTB de Bombay se celebra de hecho desde 2008. No hay cifras oficiales, pero todos los medios coinciden en que este año la manifestación fue más numerosa que la de 2017, cuando la participación se estimó en unos 14.000 asistentes. El lema de la marcha fue “Section 377 Quit India” (377 abandona la India, en español), un guiño al 75 aniversario del movimiento “Quit India” (la protesta contra la ocupación británica que Mahatma Gandhi lanzó en 1942 y que culminaría con la independencia india cinco años más tarde). La marcha dio comienzo, de hecho, el el August Kranti Maidan, el mismo parque de Bombay en el que Gandhi pronunció su histórico discurso, y discurrió de forma pacífica hasta la playa de Girgaum Chowpaaty (puedes ver fotografías de la marcha en este enlace).
Se da la paradoja de que la sección 377 es una herencia de la época colonial que las autoridades indias han mantenido vigente, y por cuya derogación judicial luchan los activistas LGTB (la derogación por vía parlamentaria parece imposible). De hecho, las esperanzas han renacido después de que la Corte Suprema decidiese a principios de enero revisar su constitucionalidad, cuatro años después de que ese mismo tribunal dictaminase en contra en contra de la despenalización de las relaciones homosexuales que en julio de 2009 había decidido el Alto Tribunal de Delhi como consecuencia de una demanda planteada por Naz Foundation India.
Aquella decisión de 2009, considerada en su momento histórica, anulaba la vigencia de la sección 377. La Corte Suprema, sin embargo, consideró en 2013 que el Alto Tribunal de Delhi se había extralimitado en sus funciones, al decidir sobre una cuestión que correspondía al poder legislativo. Una decisión que causó sorpresa: el fallo de 2009, que consideraba que penalizar actos sexuales consentidos entre adultos viola derechos fundamentales reconocidos por la Constitución india, se creía difícilmente reversible, pese a haber sido recurrido y contar con la firme oposición de sectores tradicionales y religiosos, tanto del ámbito hindú como del musulmán o del católico. El propio Gobierno indio pidió a la Corte Suprema que reconsiderara su sorprendente decisión. No lo hizo.
Si Dios odia a los gays, ¿por qué somos tan lindos?
Las relaciones homosexuales volvieron así a estar castigadas con penas de hasta diez años de prisión. Y aunque es cierto que las penas más duras apenas se aplicaban ya y que la aceptación social de la homosexualidad ha ganado posiciones en los últimos años , la ley india sigue pesando sobre una losa sobre la población LGTB de ese país. No está de más recordar, por ejemplo, que en 2014 hubo más de 600 detenidos, cifra que como mínimo se duplicó al año siguiente.
Durante todo este tiempo, no han dejado de sucederse las peticiones a la Corte Suprema para que reconsiderase la decisión, pero no ha sido hasta hace unas pocas semanas cuando por fin el más alto tribunal del país ha accedido en respuesta a una petición de amparo formulada por cinco destacados miembros de la comunidad LGTB india, que argumentaron que la vigencia de la sección 377 les hace vivir en un estado de temor continuo. Un primer panel de tres jueces de la Corte Suprema les ha dado la razón, admitiendo la primacía del carácter consensual de las relaciones entre personas del mismo sexo sobre su supuesta naturaleza “contra natura”. No obstante, la sección 377 sigue vigente: habrá que esperar a la decisión final ampliada.
Se da la circunstancia de que hace pocos meses la Corte Suprema de la India emitió una resolución sobre el derecho a la intimidad que también favorecería la legalización de las relaciones homosexuales. El alto tribunal determinó entonces que la intimidad es un derecho fundamental de los ciudadanos y la orientación sexual es uno de sus “componentes esenciales”, reconociendo además “la dignidad de la vida privada de las personas LGTB”. Veremos si la Corte Suprema mantiene ahora el mismo criterio.
«Hemos visto un aumento en la conciencia sobre los problemas que enfrenta la comunidad LGBTQ a lo largo de los años. De las 15,000 personas que asistieron a la marcha; hubo un número significativo de heterosexuales», declara el activista Harish Iyer, quien es asimismo uno de los organizadores del evento.
Asimismo, Virek Anaund, de The Humsafar Trust, afirma que «reclamamos la igualdad de derechos, pero igualdad de derechos en relación a la legalización (de la homosexualidad), lo que significa que el artículo 377 debe ser eliminado», resaltando que «hasta que los actos homosexuales sean despenalizados» no será posible solicitar más derechos, como los de igualdad, matrimonio entre personas del mismo sexo o la adopción homoparental.
«La ley no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. Tenemos grandes esperanzas de que el Tribunal Supremo falle a nuestro favor. En la marcha del próximo año, podríamos estar celebrando nuestra libertad», declara Ritesh Aher, miembro de un grupo de baile queer.
«Un abrazo es inocente, cálido y puro. Es una forma de mostrar aceptación hacia la comunidad y respetar su elección. La gente piensa que las orientaciones sexuales de los miembros de la comunidad LGBTQ no son naturales, pero queremos romper esa barrera», explica Jaya Lulla mientras regala «abrazos gratis». Estudiante de Dereco en Surat, ha decidido asistir a la marcha del orgullo para apoyar a sus amigos gays al estar convencida de que todos tienen derecho a elegir su estilo de vida.
LGTBfobia de Estado en La India
El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.
Las informaciones que nos llegan positivas en clave LGTB de la India son muy escasas. A principios de este mismo año nos hacíamos eco de la apertura del primer colegio para alumnos transexuales en riesgo de exclusión social. Solo unos días después, sin embargo, recogíamos la historia de un joven de 20 años cuyos padres trataron de organizarle una “violación correctiva” después de salir del armario como gay. Los progenitores llegaron a contratar a unos matones para que le agredieran al saber que mantenía una relación con otro chico con el que convivía.
Por otra parte, hace unos meses publicábamos que las autoridades de la India impedían la entrada al país a Victoria Kolakowski, la primera jueza trans de los Estados Unidos. Semanas atrás, prohibían una película por “glorificar” las relaciones homosexuales. La Junta Central de Certificación Cinematográfica de la India (CBFC) se negaba a certificar ‘Ka Bodyscapes’ para su proyección por incluir “escenas gais sensibles”.
Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de Estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.
En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.
En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay.
Fuente Universogay/Cristianos Gays
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