La afición culé saca su artillería homofóbica contra Cristiano Ronaldo en el clásico
La afición del F.C. Barcelona anima a Cristiano Ronaldo a salir del armario durante el clásico contra el Real Madrid. Una actitud homofóbica que ya mostraran en el anterior enfrentamiento entre ambos equipos, revitalizada ahora por el incidente entre Koke Y CR7 tras el encuentro del Real Madrid contra el Atlético de Madrid.
A pesar de que Cristiano Ronaldo se encuentra bajo investigación por la supuesta evasión fiscal de 150 millones de euros que habría obtenido de la gestión de sus derechos de imagen en diferentes campañas de publicidad y que habría estado desviando desde 2009 a las Islas Vírgenes Británicas, lo que preocupa a la afición del Fútbol Club Barcelona es que salga del armario. Desgraciadamente comprensible lo primero si tenemos en cuenta que a pesar de que Leonel Messi era condenado a 21 meses de cárcel por fraude fiscal en el mes de julio, recibió de manera vergonzosa, el apoyo de su club y de gran parte de su afición; pero mucho menos comprensible lo segundo porque no parece muy probable que a los culés le importe demasiado si Ronaldo es o no es realmente homosexual, por mucho que la manera en la que es designada la afición del Barça tenga tanto que ver con la noble parte en la que la espalda pierde su nombre.
«Cristiano sal del armario» es lo que cantaban los culés cada vez que CR7 tomaba posesión del balón en un claro intento de hacerle perder la concentración y sacarle de sus casillas. Algo que no consiguieron, por mucho que finalmente no marcara ningún gol y fueran silenciados por la sonora pitada de los 98.000 seguidores del club merengue congregados en el Camp Nou, pero que bien podría valerle una sanción al club catalán si Javier Tebas Medrano, actual presidente de la Liga de Fútbol Profesional española, decidiera tomar cartas en un asunto que se remonta al pasado encuentro del derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, cuando Ronaldo se viera envuelto en el enfrentamiento con Koke, quien le llama «maricón» y el portugués le responde: «maricón, pero con mucha pasta, cabrón». Una respuesta cargada de testosterona pero que algunos quisieron interpretar como una indirecta salida del armario sobre la que ya se habría especulado mucho anteriormente. Al menos en el clásico hizo oídos sordos a las sonoras palabras necias de la afición del Barça.
«La homofobia no implica necesariamente que las personas que la sufren sean homosexuales, sino sólo que otras personas lo crean o lo utilicen para insultar, acosar y humillar», declaraba Francisco Ramírez, director del Observatorio Contra los Delitos de Odio ante gritos similares proferidos en el encuentro previo entre ambos equipos, en abril de este mismo año, en el que también se habían escuchado las mismas agresiones homofóbicas a Ronaldo. «Jugadores y árbitros son reiteradamente insultados con apelativos homófobos sin que a día hoy haya habido una sanción pública y ejemplarizante, que termine con esta continua presencia de la homofobia en el fútbol español», continuaba en su denuncia de lo sucedido en aquella ocasión, que no parece vaya a ser muy diferente esta vez.
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