José Moltó y Beatriz Mothe (Foto: Inma Sainz de Baranda | La Vanguardia)
El equipo del Dr. Bonaventura Clotet presenta en Seattle los primeros (y muy prometedores) resultados de su estudio sobre la vacuna terapéutica del VIH.
Cinco pacientes de Barcelona son los primeros del mundo que han conseguido controlar el VIH con su sistema inmunitario tras recibir una vacuna terapéutica.
Se han observado pequeños repuntes esporádicos de la carga viral, pero que han descendido al poco tiempo
“Es un avance muy relevante porque demuestra que es posible”.
El virus puede ser detectado una semana después de la infección.
¿Dónde me hago la prueba del VIH?
Buenas noticias, sin duda. Un ensayo clínico, aún en curso, de una vacuna terapéutica contra el VIH (es decir, una vacuna que se administra a personas ya infectadas, no una vacuna preventiva como las que habitualmente conocemos) ha conseguido mantener a raya el virus en varias personas infectadas a las que se les retiró el tratamiento antirretroviral que tomaban. En concreto, 5 de 13. El ensayo, promovido por una entidad catalana público-privada, ofrece indicios prometedores de lo que dentro de unos años podría ser una interesante alternativa de tratamiento. Eso sí, ni supone la erradicación del VIH ni es posible asegurar todavía que el efecto se mantenga más allá de unas pocas semanas. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo.
El Dr. Bonaventura Clotet, que es probablemente la mayor autoridad mundial en el tema, lo ha dejado claro más de una vez: curar el SIDA es cuestión de tiempo y dinero. Uno de los proyectos de los que más se ha hablado en los últimos meses ha sido el de la vacuna terapéutica que está desarrollando el equipo de Clotet en el IrsiCaixa. Los resultados preliminares se han presentado este jueves en la Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI), la más importante del mundo sobre infección por VIH y sida, que se celebra en Seattle (EE UU).
Un ensayo clínico de vacuna contra el VIH dirigido por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ha conseguido por primera vez que el sistema inmunitario de 5 personas infectadas controle por sí solo el virus durante un periodo de hasta el momento 5, 13, 17, 20 y 27 semanas, respectivamente, sin tomar antirretrovirales.
El ensayo clínico de vacuna terapéutica contra el VIH ha logrado demostrar, por primera vez, que el sistema inmunitario de personas con VIH se puede reeducar en algunos casos para ayudarle a controlar el virus durante períodos largos de tiempo sin necesidad de tomar tratamiento antirretroviral. En concreto, cinco de los 13 participantes del ensayo que han parado la medicación (38,5 %) controlan el virus desde hace 5, 13, 17, 20 y 27 semanas, respectivamente. El estudio, que continúa en marcha, se lleva a cabo en Barcelona con una vacuna desarrollada por investigadores de la Universidad de Oxford, la MVA.HIVconsv.
El estudio está dirigido por IrsiCaixa y la Fundación Lucha contra el Sida, y se lleva a cabo en el Hospital Germans Trias i Pujol, el Hospital Clínic-IDIBAPS y el centro comunitario BCN Checkpoint, con Financiación de la Fundació Glòria Soler, la Gala Sida Barcelona y el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad. Estos fondos complementan los recibidos en el marco del programa HIVACAT, impulsado por la Obra Social “la Caixa”, los departamentos de Salud y de Economía de la Generalitat y la Fundació Clínic. Los grupos de investigación están liderados por Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa, presidente de la Fundación Lucha contra el Sida y jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol; los investigadores del IrsiCaixa Christian Brander y Javier Martínez-Picado; Josep Maria Miró y Christian Manzardo del Hospital Clínic-IDIBAPS, y Michael Meulbroek y Ferran Pujol, directores de BCN Checkpoint.
La vacuna utilizada en este estudio ha sido desarrollada por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, liderados por el profesor Tomas Hanke.
Cuando una persona se infecta con el VIH el virus se planta en las células y se queda ahí. El tratamiento antirretroviral viene a ser un ataque al virus, que se esconde en los llamados “reservorios“. Cuando pasa eso la persona portadora del virus pasa a ser lo que llamamos “indetectable“: sigue teniendo el virus en su organismo pero éste está inactivo y no puede transmitirse a otras personas. Pero el virus sigue ahí y las personas seropositivas han de seguir un tratamiento crónico a base de pastillas antirretrovirales. Los antirretrovirales plantean varios problemas: son caros, pueden tener efectos secundarios y si se dejan de tomar el virus vuelve a la carga en un máximo de cuatro semanas.
Pero no todo el mundo es así. Hay algunas personas, las llamadas “controladoras de élite” (que son entre un 1% y un 2% de los portadores del VIH) cuyo sistema inmunológico es capaz de frenar al virus sin tomar antirretrovirales. Sabiendo esto los médicos pensaron qué pasaría si conseguimos reeducar los sistemas inmunitarios del otro 98% para que actúen igual, para que sin necesidad de tomar antirretrovirales el virus se quede inactivo e intransmisible. Y ahí es donde entra la vacuna terapéutica.
El equipo de IrsiCaixa comenzó hace unos años a trabajar en un plan para crear esa vacuna, o más bien perfeccionarla. En este primer estudio, que acaban de presentar en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en Seattle (puedes consultar la nota de prensa del equipo investigador aquí), han utilizado la MVA.HIVconsv, una vacuna desarrollada hace doce años en la Universidad de Oxford. Lo primero que hizo el equipo, co-dirigido por la doctora Beatriz Mothe y el doctor José Moltó, fue elegir a 24 voluntarios a los que se inyectó hace tres años la vacuna para comprobar que era segura. Cuando se comprobó que lo era, se eligió a quince de esas veinticuatro personas para determinar si era eficaz.
Esas quince personas habían sido diagnosticadas de VIH poco después de que se contagiaran, así que habían comenzado el tratamiento antirretroviral antes de que el virus pudiera hacer de las suyas en su sistema inmunitario. Y para probar la eficacia de la vacuna se ha seguido un protocolo bastante curioso: había que despertar el virus y sacarlo de los reservorios para que su organismo, ayudado por la vacuna, pudiera “aprender” a luchar contra él. Lo primero que hicieron fue suministrarles una dosis de la vacuna, luego un tratamiento de tres dosis de romidepsina (un fármaco que se utiliza en el tratamiento de algunos cánceres) para hacer salir al virus, y luego otra dosis de la vacuna.
Según los datos presentados en Seattle por el equipo, de esas 15 personas que participaron en la segunda parte del estudio 5 han podido controlar -durante un tiempo determinado- el VIH en su organismo sin necesidad de tomar antirretrovirales. La mayoría de ellos han conseguido mantenerse indetectables sin antirretrovirales entre cinco y veinte semanas (sin la vacuna el virus habría reaparecido en cuatro semanas); y hay un caso que ha estado más de seis meses sin rastro del VIH en su sangre (pero sí en sus reservorios, ojo a esto). Hay dos pacientes de los que no se han ofrecido datos y los otros ocho sí tuvieron que volver a tomar los antirretrovirales porque la vacuna no consiguió ayudar a su sistema inmunitario a mantener el virus a raya.
Según ha explicado la investigadora del Irsicaixa Beatriz Mothe, cuando una persona interrumpe el tratamiento antirretroviral su nivel de virus en sangre experimenta habitualmente un rebrote a lo largo de las cuatro primeras semanas después de dejar los fármacos. En estos cinco pacientes han observado pequeños repuntes esporádicos de la carga viral, pero que han descendido al poco tiempo. “Es como si se hubiera conseguido por un lado debilitar al virus y por otro reforzar el sistema inmunitario de los pacientes, de manera que reaccione de forma efectiva ante los intentos del virus de repuntar y haciendo desaparecer de nuevo la carga viral”, según Mothe, doctora de la Fundación Lucha contra el Sida y coordinadora del ensayo.
Se trata de un comportamiento similar a los “controladores virémicos”, personas cuyo sistema inmunitario puede controlar de manera natural la cantidad de virus en sangre, sin fármacos. “Pero nunca se había conseguido que un número relevante de participantes en un ensayo se convirtiera en controladores virémicos después de una intervención terapéutica, ya sea una vacuna o cualquier otra inmunoterapia”, ha añadido Mothe.
“Es un avance muy relevante porque demuestra que es posible. Ahora hemos de lograr entender cómo podemos aumentar la eficacia de esta estrategia para que sea efectiva en todos los pacientes, aunque aún hay muchas preguntas por contestar”, ha dicho el médico y coinvestigador de la Fundación Lucha contra el Sida, José Moltó.
Los participantes del ensayo forman parte de una cohorte de pacientes que empezaron a tomar tratamiento durante los primeros seis meses después de la infección por el VIH (lo que se conoce como “tratamiento precoz”).
Los análisis corroboran la importancia de la detección precoz de la infección y sugieren que el inicio del tratamiento durante las primeras semanas puede contribuir al mantenimiento de una respuesta inmunitaria fuerte y funcional, favoreciendo potencialmente una mejor respuesta a la vacunación.
Lo cierto es que la noticia es tremendamente positiva. Ahora los doctores del equipo de IrsiCaixa tienen que descubrir por qué la vacuna ha funcionado en unos pacientes y en otros no, y por qué entre los que ha funcionado hay algunos que han estado más tiempo que otros sin tomar los antirretrovirales.
Lo importante, como explica la doctora Mothe a La Vanguardia, es que “es la primera vez que se demuestra que podemos controlar el virus con una vacuna terapéutica“; y este estudio “es la prueba de que vamos por buen camino“. El doctor Christian Manzardo, del Hospital Clínic, añade además que los resultados son preliminares pero que hay que tener en cuenta que se ha alcanzdo “un 40% de control“.
Hay que dejar muy claro, eso sí, que la vacuna está en fase experimental y no está lista para probarla en grupos más grandes de población. Ahora hay que seguir investigando para que, como espera el doctor Clotet, podamos tener una vacuna disponible para toda la población, algo para lo que pueden faltar entre diez y quince años. En cualquier caso, la noticia es muy positiva, y despeja un camino a seguir, el de las vacunas terapéuticas, que muchos investigadores creen que es el que nos llevará a la erradicación del virus.
Acabar con el VIH no será fácil, pero la vacuna parece que acabará funcionando, la PrEP y los condones ya funcionan. Entre todos podemos conseguir acabar con el VIH de una vez por todas. ¡Enhorabuena a todas las personas que están llevándola adelante la investigación!
Fuente: La Vanguardia, vía Cáscara amarga/EstoyBailando/Dosmanzanas
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