Guerra abierta en la iglesia anglicana por el trato a los personas LGTB, mientras el azobispo de Canterbury Justin Welby ,equipara homofobia y racismo.
La Iglesia anglicana no está a favor de los matrimonios gays. Ni mucho menos. Se opusieron a su aprobación en Inglaterra y siguen defendiendo las parejas tradicionales. Pero la cabeza de la Iglesia Anglicana, el arzobispo de Canterbury Justin Welby, está abanderando, de manera parecida al Papa Francisco, una visión más cercana a los gays, hasta el punto de comprometerse a luchar contra la homofobia o de regañar a los obispos africanos por su actitud hacia la población LGBT. En muchos casos, como en Nigeria o Uganda, los líderes de esta confesión están apoyando la persecución legal a la homosexualidad. Welby va a ir de visita a África próximamente y ha recordado a estos religiosos sus compromisos contra la discriminación. Pero lejos de aceptar la reprimenda, los obispos africanos han amenazado con la secesión.
El primado de Uganda, Stanley Ntagali ha sido el primero en responder. “Esperamos sinceramente que los Arzobispos y los cuerpos de gobierno de la Iglesia de Inglaterra darán un paso atrás del camino en el que se han puesto, para que la Iglesia de Uganda pueda mantener la comunión con nuestra Madre Iglesia”, ha explicado el religioso, que recuerda que ellos abogaron por revisar las leyes antigay ugandesas y por eliminar la pena de muerte del texto. A los primados africanos les preocupa especialmente el debate abierto sobre el informe Pilling, un estudio realizado dentro de la Iglesia en Inglaterra que aboga por dar bendiciones a las parejas gays.
Un grupo de responsables de la Iglesia se ha reunido esta misma semana para decidir si podrían dar estas bendiciones (una propuesta que está lejos de aprobarse) y terminaron con un nuevo compromiso contra la homofobia. “Estamos unidos en reconocer la necesidad de que la Iglesia se arrepienta de las actitudes homófobas que a veces ha fallado en reprochar y en afirmar la necesidad de mostrarse firmes contra la homofobia en cualquier lugar o momento que se encuentre”.
Estas recomendaciones y la propia existencia del informe Pilling están siendo muy criticadas por los responsables religiosos africanos. El obispo kenyata Eliud Wabukala ha criticado la reunión alegando que las Escrituras ya dejan clara la postura de la Iglesia y consideran que el debate interno solo llevará a la confusión. “No podemos permitir que nuestro tiempo y nuestras energías se pierdan debatiendo lo que Dios ya ha revelado claramente en las Escrituras. (…) Esto es proyectar los problemas particulares de la Iglesia de Inglaterra sobre la Comunión como un todo. (…) Sin un entendimiento claro de la autoridad bíblica y su interpretación, ese diálogo solo crea confusión y abre la puerta a un falso evangelio porque las Escrituras ya no tendrán un significado como prueba de lo que es verdadero y falso”, ha señalado.
La carta enviada por Welby también iba firmada por el Arzobispo de York, el religioso de origen ugandés John Sentamu. Welby visitará Sudán del Sur, Ruanda, Burundi y la República del Congo, pero ha enviado la carta a las cabezas de la Iglesia en todos los países africanos de la Comunión Anglicana, destacando las críticas a la actitud de la iglesia en los lugares donde se han aprobado leyes antigay. El texto recuerda el compromiso de Dromantine, en 2005. En esa reunión en Irlanda los anglicanos trataron el tema de la posible ordenación de homosexuales como sacerdotes y todos aprobaron “el apoyo pastoral y el cuidado a la población homosexual”. “La victimización y el desprecio de los seres humanos cuyos afectos resultan estar dirigidos hacia personas del mismo sexo son un anatema para nosotros. Aseguramos a los homosexuales que son hijos de Dios, amados y valorados por Él, y merecedores del mejor cuidado pastoral y amistad que podamos ofrecer”, acordaron entonces. En la carta Welby y Sentamu llaman “a los líderes de las Iglesias en estos lugares a demostrar el amor de Cristo y la afirmación de la que habla el Comunicado de Dromantine”.
Y es que los matrimonios gays siguen trayendo de cabeza a los prelados anglicanos. El Informe Pilling, un documento que anima a la Iglesia Anglicana a bendecir las uniones gays, ya ha provocado una amenaza de secesión por parte de los obispos africanos, a los que el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, cabeza de esta confesión, llamó la atención por haber apoyado las leyes antigay en el continente. El debate no ha dado fruto por el momento tampoco en Inglaterra, pero Welby ha dejado claro que no apostará por una solución políticamente correcta y de compromiso y ha llamado a los prelados a posicionarse. Welby también ha advertido que muchos verían como algo parecido al racismo no apoyar las bendiciones gays y urge a encontrar respuestas que no se basen en el miedo a lo que otros piensen.
“Ya puedo oír los argumentos que se me imponen, acerca del compromiso, acerca del punto medio de la reconciliación. Pero esta clase de amor, y la reconciliación entre diferentes grupos que esto demanda e implica, no es cómoda, confortable y de medias tintas. Es excepcionalmente angulosa, extraordinariamente exigente y proclive a llevarnos en muchas partes del mundo alrededor nuestro a una profunda impopularidad o rechazo”, ha explicado el prelado en su discurso ante el Sínodo General de esta confesión.
Welby ha puesto sobre la mesa los argumentos enfrentados, recordando la misma comprensión que ya puso sobre la mesa sobre el choque entre la posición de la iglesia y lo que la mayoría de la gente encuentra aceptable y justo. “Hay un gran miedo entre algunos, aquí y alrededor del mundo, de que esto va a llevar a traicionar nuestras tradiciones, a negar la autoridad de las Escrituras, a la apostasía por no usar una palabra muy fuerte. También hay un gran miedo a que nuestras decisiones nos lleven al rechazo de las personas LGBT, a la irrelevancia en una sociedad cambiante, a un comportamiento que muchos verían parecido al racismo. Tenemos que encontrar un camino hacia delante. Esto no se puede hacer desde el miedo. Cómo vayamos hacia delante importa profundamente, así como adonde lleguemos”, ha señalado el arzobispo.
En una reunión anterior, los obispos reunidos para tomar una decisión no fueron capaces de aportar una solución al respecto y acabaron su encuentro renovando su compromiso genérico contra la homofobia. Pero el arzobispo de Canterbury quiere que esta cuestión siga estando en el centro del debate. La toma de una decisión no se ha cancelado, sino tan solo pospuesto hasta una nueva reunión.
Foto: Welby y Wabukala en un acto anterior. (GAFCON)
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