En busca de la paz
ECLESALIA, 02/09/19.- En la Colección Sinergia, editada por el Instituto Emmanuel Mounier, el profesor Federico Velázquez de Castro González ha publicado una obra pequeña de tamaño, mas enjundiosa de contenido. Su título: “Persona y naturaleza“.
En su Introducción, señala que vivimos una crisis con muchas facetas: ambiental, económica, de valores, alimentaria… Esto puede llevarnos a un colapso, si no reaccionamos ante las evidentes señales de alerta. Urge despertar, individual y colectivamente. Con tres ejes: Unidad, Espiritualidad y Compromiso.
Sigue diciendo que “la paz no es tanto un valor a conseguir, sino un fruto que procede del espíritu y de la comprensión de la realidad. En nuestra experiencia diaria observamos cómo la paz es inestable, cómo hay momentos en los que, a través de ella, nos sentimos unificados y otros en los que la perdemos, bien por agitación interior o por los estímulos externos”.
Sólo desde la serenidad, podemos conseguir paz, pues es fruto de la confianza. ¿Confianza en qué, en Quién? En que la vida -a pesar de sus sinsabores- tiene un sentido. Somos amados, por eso y para eso existimos. Enseña el profesor que para la resolución de los problemas, el método de las tres “I”. puede servirnos de ayuda.
La primera “I” es la Impregnación: el examen de los problemas desde todos los ángulos. La siguiente es la Incubación, en ella parece que descansamos del agobio, durante ella el cerebro coloca cada pieza en su sitio. La tercera “I” es la Iluminación, el momento crucial en que nos aparece súbitamente la solución.
La meditación y la atención generan importantes cambios personales que nos sitúan en el camino hacia la paz. Pues, si no la hemos interiorizado, difícilmente podremos laborar por la paz en el mundo.
¿Cuándo somos instrumentos de la consecución de la paz?:
- “Cada vez que ofrecemos sentido a la vida, transmitiendo valores y esperanza.
- Cuando somos instrumentos de conversión.
- Cada vez que intervinimos constructivamente en los conflictos de la vida.
- Cuando no avasallamos, ni somos desconsiderados, respetamos y escuchamos.
- Cuando sabemos absorber la violencia, frenándola, deteniéndola.
- En el amor y en el perdón”.
(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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