La individualidad no es imperfección
Del blog Amigos de Thomas Merton:
Un árbol da gloria a Dios, ante todo, siendo un árbol. Porque al ser lo que Dios quiere que sea está imitando una idea que está en Dios y que no es distinta de la esencia de Dios, y por lo tanto un árbol imita a Dios siendo un árbol. Cuanto más un árbol se realiza a sí mismo, tanto más se acerca a Dios. Si intentara ser otra cosa, algo que nunca estuvo destinado a ser, sería menos semejante a Dios y por ende Le daría menos gloria.
No hay dos seres creados exactamente iguales. Y su individualidad no es imperfección. Al contrario: la perfección de una cosa creada no está meramente en su conformidad con un tipo abstracto, sino en su identidad individual consigo misma. Este determinado árbol dará gloria a Dios extendiendo sus raíces en la tierra y alzando sus ramas hacia el aire y hacia la luz de un modo que antes no siguió, ni seguirá después, ningún otro árbol.
¿Imaginas que todas las cosas individuales creadas en el mundo son imperfectas tentativas de reproducir un tipo ideal que el Creador nunca logró realizar en la tierra? Si ello es así, no le dan gloria, sino que proclaman que Él no es un Creador perfecto.
Por lo tanto, todo ser particular, en su individualidad, su naturaleza y entidad concretas, con todas sus características cualidades particulares, y su inviolable identidad, da gloria a Dios al ser precisamente lo que Él quiere que sea aquí y ahora, en las circunstancias ordenadas para él por Su Amor y Su Arte infinitos.
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Thomas Merton
Semillas de Contemplación
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