La revista Vida Nueva da voz a Álex Salinas mientras en el mismo reportaje su obispo dice que el “comportamiento transexual” es inmoral
Un reportaje de la revista católica Vida Nueva que completa lo que ya publicábamos hace unos días, y para el que se nos pidió opinión, aunque poco se refleje de lo que se les envió, se ocupa del papel de las personas trans en la Iglesia católica. Junto a una entrevista con Álex Salinas y otras declaraciones que hablan a favor de la inclusión, si por algo ha llamado la atención el reportaje es por las palabras del obispo de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza, triste muestra de la transfobia más descarnada.
La discriminación sufrida por Álex Salinas al impedírsele ser padrino del bautizo de su sobrino sigue dando de qué hablar. Vida Nueva ha querido ocuparse con detalle del caso. La mejor parte del reportaje es sin duda la entrevista con Salinas, en la que el joven se expresa con sinceridad. “Estoy mal porque es volver a sentir el rechazo que he experimentado en tantos momentos de mi vida; ese rechazo es el que me plantea llegar a apostatar, sabiendo que esa opción es muy fuerte para un cristiano como yo. ¿Por qué voy a estar en la Iglesia, si no me aceptan ni me acogen con los brazos abiertos, como predican?”, asegura. Álex explica además que no ha obtenido respuesta acerca de los encuentros que se le prometieron, ni por parte del obispo ni del sacerdote de su parroquia.
No es Álex la única persona trans que tiene voz en la revista. También hablan Antonio Gallego, que explica que “no somos un término medio; ser transexual es algo que te sucede y con lo que naces” y Rodrigo Alonso, quien señala que “vivimos atrapados en un cuerpo biológico que no nos corresponde”. Este último habla con claridad sobre lo que busca en su iglesia: “queremos que se nos permita ser cristianos y ejercer dignamente como tales, que deje ya de estigmatizarnos y discriminarnos, porque Cristo no lo hace”. Julio Prieto, presidente de CRISMHOM (colectivo de cristianos LGTB radicado en Madrid) recuerda por su parte que la transexualidad no es una elección.
A la vista de todos estos testimonios, el redactor de la crónica en Vida Nueva establece la conclusión de que “a partir de los testimonios recogidos para este artículo, las respuestas que la Iglesia ofrece no responden a las demandas de transexuales, asociaciones y profesionales”. En su editorial, la revista expresa una postura típica de un catolicismo “abierto”: sin pronunciarse abiertamente sobre la decisión de discriminar a Álex, reconoce que “más allá del sí o del no” afrontar la realidad de las personas trans en la iglesia “no es cuestión baladí”.
La otra cara, la de la inmisericordia cruel: Zornoza se reafirma
Sin embargo, el reportaje tiene otra cara. Es la que representa, en primer lugar, Ignacio Serrada, profesor de Teología Moral en la Facultad eclesiástica de San Dámaso (Madrid). Con un lenguaje académico, Serrada reafirma la posición oficial de la Iglesia: “la moral cristiana trata de profundizar en la diferenciación sexual y como esta, a la luz de la Revelación, subraya el carácter positivo de esta diferenciación para el bien de la persona”.
Pero lo que sin duda impacta más es la entrevista con el obispo de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza, que asegura haber vivido “con tranquilidad” el proceso de consulta a Roma sobre la materia para decir a continuación que “lo que es inmoral es el comportamiento transexual, por lo que es incoherente con la fe de la Iglesia. Así no se puede apadrinar a nadie”. El obispo llega cuestionar las motivaciones de Álex y su presencia en los medios. “Cuando llegó [la respuesta de Roma], confirmaba lo que resultaba ya evidente después de tantas declaraciones y manifestaciones muy reveladoras de unos propósitos y conductas que nada tenían que ver con la vida cristiana, el sacramento del bautismo ni la transmisión de la fe”. Parece que Zornoza hubiera preferido que Álex hubiera llevado el ser discriminado con una mayor “discreción”. En este sentido, es significativa la comparación que el obispo establece con Diego Neria, hombre transexual que en su momento fue recibido por el papa, al apreciar “actitudes muy diferentes en cada uno de los casos”.
Zornoza se ocupa también de precisar en qué consiste, según él, la “misericordia” de la que habla Francisco. Según su interpretación, la acogida se limita a recibir con afecto, pero sin cambiar la doctrina ni alterar el juicio sobre la persona: “mostrar afecto en vez de rechazo es un signo precioso de la cercanía de la Iglesia para cada persona. Francisco lo hace de maravilla y sus gestos conmueven al mundo. Pero no dice que da por bueno todo, ni renuncia a los presupuestos doctrinales o morales de la Iglesia, ni rebaja sus exigencias, ni les otorga derechos… Hay muchos ejemplos recientes de esta interpretación equívoca, que confunde las cosas”.
En definitiva, no solo se impide a Álex ser padrino después de transmitirle mensajes contradictorios, sino que se califica su “comportamiento” como inmoral. En paralelo esta realidad indiscutible, algunos dentro de la Iglesia parecen querer todavía dar voz a las personas transexuales. Desde el punto de vista de quien escribe esta noticia, uno se pregunta si de verdad alguien les puede pedir legítimamente que participen en debates sobre lo que sencillamente es su vida o reclamarles aún más paciencia de la que ya han tenido. También es muy significativo que haya molestado tanto la actitud activista de Álex. En nuestra opinión, este puede sentirse orgulloso: todos los activistas por la justicia siempre han sido atacados por ello y cuestionados en sus intenciones.
Fuente Dosmanzanas
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