Archivo

Entradas Etiquetadas ‘Humildad’

“Sin esperar nada a cambio”. 22 Tiempo ordinario – C (Lucas 14,1.7-14)

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “Sin esperar nada a cambio”. 22 Tiempo ordinario – C (Lucas 14,1.7-14)

22-TO-600x642Jesús está comiendo invitado por uno de los principales fariseos de la región. Lucas nos indica que los fariseos no dejan de espiarlo. Jesús, sin embargo, se siente libre para criticar a los invitados que buscan los primeros puestos e, incluso, para sugerir al que lo ha convidado a quiénes ha de invitar en adelante.

Es esta interpelación al anfitrión la que nos deja desconcertados. Con palabras claras y sencillas, Jesús le indica cómo ha de actuar: «No invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos». Pero, ¿hay algo más legítimo y natural que estrechar lazos con las personas que nos quieren bien? ¿No ha hecho Jesús lo mismo con Lázaro, Marta y María, sus amigos de Betania?

Al mismo tiempo, Jesús le señala en quiénes ha de pensar: «Invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos». Los pobres no tienen medios para corresponder a la invitación. De los lisiados, cojos y ciegos, nada se puede esperar. Por eso, no los invita nadie. ¿No es esto algo normal e inevitable?

Jesús no rechaza el amor familiar ni las relaciones amistosas. Lo que no acepta es que ellas sean siempre las relaciones prioritarias, privilegiadas y exclusivas. A los que entran en la dinámica del reino de Dios buscando un mundo más humano y fraterno, Jesús les recuerda que la acogida a los pobres y desamparados ha de ser anterior a las relaciones interesadas y los convencionalismos sociales.

¿Es posible vivir de manera desinteresada? ¿Se puede amar sin esperar nada a cambio? Estamos tan lejos del Espíritu de Jesús que, a veces, hasta la amistad y el amor familiar están mediatizados por el interés. No hemos de engañarnos. El camino de la gratuidad es casi siempre duro y difícil. Es necesario aprender cosas como estas: dar sin esperar mucho, perdonar sin apenas exigir, ser más pacientes con las personas poco agradables, ayudar pensando solo en el bien del otro.

Siempre es posible recortar un poco nuestros intereses, renunciar de vez en cuando a pequeñas ventajas, poner alegría en la vida del que vive necesitado, regalar algo de nuestro tiempo sin reservarlo siempre para nosotros, colaborar en pequeños servicios gratuitos.

Jesús se atreve a decir al fariseo que lo ha invitado: «Dichoso tú si no pueden pagarte». Esta bienaventuranza ha quedado tan olvidada que muchos cristianos no han oído hablar nunca de ella. Sin embargo, contiene un mensaje muy querido para Jesús:

«Dichosos los que viven para los demás sin recibir recompensa.
El Padre del cielo los recompensará».

José Antonio Pagola

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Domingo 28 de agosto de 2016. Domingo 22º Ordinario

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”. Domingo 28 de agosto de 2016. Domingo 22º Ordinario

47-ordinarioC22 cerezoLeído en Koinonia:

Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios.
Salmo responsorial: 67: Preparaste, oh Dios, casa para los pobres.
Hebreos 12, 18-19. 22-24a: Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo.
Lucas 14, 1. 7-14: El que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

Es humano el afán de ser, de situarse, de sentir querer estar sobre los demás. Parece tan natural convivir con este deseo que lo contrario se etiqueta en nuestra sociedad de “idiotez”. Quien no aspira a más, quien no se sitúa por encima de los demás, quien no se sobrevalora, es tachado a veces de “tonto” en este mundo tan competitivo.

En nuestra sociedad hay un complejo sistema de normas de protocolo por las que cada uno se debe situar en ella según su valía. En los actos públicos, las autoridades civiles o religiosas ocupan uno u otro lugar según escalafón, observando una rigurosa jerarquía en los puestos. Se está ya tan acostumbrado a tales reglas, que parece normal este comportamiento jerarquizado.

Jesús acaba con este tipo de protocolo, invitando a la sensatez y al sentido común a sus seguidores. Es mejor, cuando se es invitado, no situarse en el primer puesto, sino en el último, hasta tanto venga el jefe de protocolo y coloque a cada uno en su lugar.

El consejo de Jesús debe convertirse en la práctica habitual del cristiano. El lugar del discípulo, del seguidor de Jesús es, por libre elección, el último puesto. Lección magistral del evangelio que no suele ponerse en práctica con frecuencia. No hay que darse postín; deben ser los demás quienes nos den la merecida importancia; lo contrario puede traer malas consecuencias. El cristiano no debe situarse nunca por propia voluntad en lugar preferente.

No sólo no darse importancia, sino actuar siempre desinteresadamente. Jesús denuncia la práctica de aquellos que invitan a quienes los invitan, del “do ut des”, del “te doy para que me des”, y anima a invitar a pobres, lisiados, cojos y ciegos, gente a la que nadie invita, cuando se da un banquete; quien actúe así será dichoso, porque no tendrá recompensa humana, sino divina “cuando resuciten los justos”. Las palabras de Jesús son una invitación a la generosidad que no busca ser compensada, al desinterés, a celebrar la fiesta con quienes nadie la celebra y con aquellos de los que no se puede esperar nada. El cristiano debe sentar a su mesa, o lo que es igual, compartir su vida con los marginados de la sociedad, que no tienen, por lo común, lugar en la mesa de la vida: pobres, lisiados, cojos y ciegos. Quien así actúa sentirá la dicha verdadera de quien da sin esperar recibir.

Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy muestran las reglas de oro del protocolo cristiano: renunciar a darse importancia, invitar a quienes no pueden corresponder; dar la preferencia a los demás, sentar a la mesa de la vida a quienes hemos arrojado lejos de la sociedad.

Quien esto hace, merece una bienaventuranza que viene a sumarse al catálogo de las ocho del sermón del monte: «Dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos».

Para Jesús adquiere el verdadero honor quien no se exalta a sí mismo sobre los demás, sino quien se abaja voluntariamente. Paradójicamente, se adquiere el verdadero honor no exaltándose a sí mismo sobre los demás, sino poniéndose el último a su servicio. La generosidad se debe compartir con los “pobres” que no pueden pagar con la misma moneda, porque no tienen nada. Honor y vergüenza adquieren en boca de Jesús un contenido diferente: el honor consiste en servir ocupando los últimos puestos y esto ya no es motivo de vergüenza sino señal verdadera de que se está ya dentro del grupo de los verdaderos seguidores de un Jesús que “no ha venido para ser servido, sino para servir y dar la vida por muchos”.

Las restantes lecturas de este domingo van en la misma línea del evangelio; en la primera, del libro del Eclesiástico, se dan consejos de sentido común: la conveniencia de proceder siempre con humildad, de hacerse pequeño en las grandezas humanas, de no darse demasiada importancia, tan en la línea del comportamiento y los consejos de Jesús que se ha hecho asequible, menos solemne, menos accesible y ya no se manifiesta, como Dios en el Antiguo Testamento, con señales de fuego, nubarrones, tormenta y estruendo, sino como mediador de la Nueva Alianza, como puente entre la comunidad y Dios. Para llegar a Dios, los cristianos tienen que pasar por Jesús, verdadero camino para el Padre y el único sendero que debe practicar la comunidad cristiana. Él se ha definido en el evangelio de Juan como camino, verdad y vida, o como camino que lleva a la verdad que es y conduce a la vida. Y la vida florece en plenitud cuando está impregnada de amor sin aspavientos ni deseos de protagonismo, cuando se sabe ocupar el único lugar de libre elección del cristiano: el último puesto, para que no haya últimos, para que, como Jesús se propuso, no haya quienes estén arriba y abajo. Maravillosa utopía que nos empuja para conseguir cuanto antes la única aspiración o meta que debe ponerse el cristiano: la de hacer un mundo de hermanos, igualados en el servicio mutuo. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Dom 28.8.16. Cuando des una comida invita a los pobres.

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Dom 28.8.16. Cuando des una comida invita a los pobres.

cuando-des-un-banquete-llama-a-los-pobresDel blog de Xabier Pikaza:

Tiempo ordinario C. Lc 14. 1.7-14. Seguimos con Lucas, que parece hablar poco de Dios y mucho de los pobres, es decir, de aquellos que no pueden tomar parte del banquete de este mundo.

Es un texto parabólico y directo, al mismo tiempo, un texto bondadoso, pero lleno de “dinamita”, y así quiero comentarlo paso a paso, verso a verso.

Se trata de ser generosos (de invitar), pero de invitar para abrir la mesa a los que menos tienen, para compartir, regalando gratuitamente comida y un puesto en la mesa.

Se trata de invitar… De pasar del negocio de la vida, donde sólo doy par que me den, al gozo de la gratuidad y del regalo generoso, donde doy para que los otros sean, y así seamos todos, podamos mantener la vida en este mundo que parecía condenado a la muerte (domingo anterior).

Se trata de invertir lo que ha sido la marcha de un mundo occidental (de un mundo rico) que ha edificado su “comida” (su banquete) a costa de los pobres (de los excluidos del banquete). Se trata de dar marcha atrás, no por negación, sino por gozo generoso y por fraternidad. Buen domingo a todos.

(a) Introducción (14, 1)

evangelio-1-de-septiembre-11-638Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales de los fariseos para comer (=comer pan), y ellos le estaban espiando.

Sirve de introducción no sólo del texto que sigue, sino del conjunto de Lc 14, con sus diversos comentarios sobre la pobreza y la riqueza.

Parece tener un fondo un fondo histórico. Jesús andaba con los pobres, con quienes compartía todo, pero se dejaba invitar por los ricos, compartiendo, de esa forma, muchas cosas con los fariseos, que aparecen así, básicamente, como amigos, aunque el texto sigue diciendo que ellos (autoi) le estaban espiando. Se trata, por tanto, de una amistad discutida, como todo el texto seguirá mostrando.

Estos fariseos espías empiezan pareciendo extraños a la Iglesia. Pero después, sin darnos casi cuenta, descubrimos que nosotros somos “ellos”. Entre fariseos (entre nosotros) andaba Jesús. Claro así queda que Jesús no era un “purista”, ni un radical en sentido negativo. Es capaz de comer con gente con la que no está totalmente de acuerdo.

(b) La escala de los invitados. Los primeros puestos

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: Cédele el puesto a éste. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Hay una ironía de base: El convite del fariseo (que debía ser un momento de fraternidad, para romper distancias, para hablar todos con todos) se vuelve convite que marca las jerarquías sociales. Ciertamente, es importante la comida, pero más importante parece aún aquí el “buen rango”, que cada uno está en su puesto.

Los convidados van “por la foto”, como hoy se diría. Quieren distinguirse por los trajes que llevan, por el lugar que ocupan en la mesa. Precisamente el mismo convite, aquello que parece más fraterno, se convierte en momento y lugar para crear jerarquías y distancias.

¿Esta es sólo una escala puramente farisea?

¿No estará aludiendo también el evangelio a una escala cristiana de honores y rangos? Lo cierto es que estamos inmersos en una carrera de honores: los puestos en la mesa del mundo marcan las diversas clases sociales, dentro del continuo alimenticio, donde el Rey León ocupa el primer puesto y luego van bajando en la escala los diversos animales… En esta mesa se disputan los puestos a codazos. Es la vida. La mesa del mal convite.

Han venido a espiar a Jesús (para ver si cura en sábado, para ver cómo come…). Pues bien, también Jesús espía o (si queréis) se pone a mirar y advierte lo que pasa. Está en un buen observatorio.

La respuesta puede entenderse desde diversas perspectivas:

(a) Puede entenderse en sentido evangélico (de verdadera humildad): yo no entro en la carrera de honores, no voy a luchar por los primeros puestos…

(b) Pero también puede entenderse en sentido “hipócrita”, es decir, como expresión de pura sabiduría popular que piensa más o menos de esta forma:Yo no me pongo en el primer puesto para… para después me llame el amo y me diga que suba, para vergüenza de los otros…

(c) Sea como fuere, el texto hay que entenderla como parábola, como una comparación para pensar. La pudo decir Jesús. Pero no hace falta que la dijera él. Esa parábola es común en muchos pueblos; es sabiduría popular. Leer más…

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

“Banquete, enseñanza y consejo”. Domingo 22 ciclo C

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en “Banquete, enseñanza y consejo”. Domingo 22 ciclo C

David LachapelleDel blog El Evangelio del Domingo, de José Luis Sicre:

Cuenta Lucas que Jesús, invitado a comer por un jefe de los fariseos, ve que la gente corre a ocupar los primeros puestos en la mesa, y aprovecha la ocasión para dar una enseñanza a los asistentes y un consejo al que lo ha invitado.

Primera parte: una enseñanza

Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste. “Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.”
Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. ”

A propósito de los que corren a ocupar los primeros puestos, Jesús aconseja ponerse en los últimos; así, en vez de degradarte, te subirán de categoría. Estas palabras resultan desconcertantes en boca de Jesús: aconseja un comportamiento puramente humano, una forma casi hipócrita de tener éxito social. Por otra parte, la historieta no encaja en nuestra cultura, ya que cuando nos invitan a una boda nos dicen desde el primer momento en qué mesa debemos sentarnos. Pero hace veinte siglos, conseguir uno de los primeros puestos era importante, no sólo por el prestigio social, sino también porque se comía mejor. Marcial, el poeta satírico nacido en Calatayud el año 40, que vivió parte de su vida en Roma, ironizó sobre esas tremendas diferencias.

Por consiguiente, lo que a nosotros puede parecer una historieta anticuada y poco digna en boca de Jesús, reflejaba para los lectores antiguos una realidad cotidiana divertida, que los llevaba, casi sin darse cuenta, a la gran enseñanza final: Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecidoEl uso de la voz pasiva (“será humillado, será enaltecido”) es un modo de evitar nombrar a Dios, pero los oyentes sabían muy bien el sentido de la frase: “Al que se enaltece, Dios los humillará, al que se humille, Dios lo enaltecerá”. Naturalmente, ya no se trata de la actitud que debemos adoptar cuando nos inviten a una boda, sino una actitud continua en la vida y ante Dios. Pocos capítulos más adelante, Lucas propondrá en la parábola del fariseo y del publicano un ejemplo concreto, que termina con la misma enseñanza

“Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, el otro recaudador. El fariseo, en pie, oraba así en voz baja: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres, ladrones, injustos, adúlteros, o como ese recaudador. Ayuno dos veces por semana y pago diezmos de cuanto poseo. El recaudador, de pie y a distancia, ni siquiera alzaba los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten piedad de este pecador. Os digo que éste volvió a casa absuelto y el otro no. Porque quien se enaltece será humillado, quien se humilla será enaltecido”. (Lucas 18,10-14).

En el Nuevo Testamento hay otros textos interesantes sobre la humildad. Me limito a recordar un texto de san Pablo que propone a Jesús como modelo:

            “No hagáis nada por ambición o vanagloria, antes con humildad tened a los otros por mejores. Nadie busque su interés, sino el de los demás. Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús, el cual, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres. Y mostrándose en figura humana se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, una muerte en cruz” (Carta a los Filipenses 2,3-8).

Segunda parte: un consejo

A continuación, dirigiéndose al que lo ha invitado, le dice:

            Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.”

Esta segunda intervención de Jesús resulta también atrevida y desconcertante. Después de escucharla, no sería raro que el dueño de la casa le dijese: “Ya te puedes estar yendo, que voy a invitar a pobres, lisiados, cojos y ciegos”. Por otra parte, el fariseo no tiene intención de cobrarle la comida.

Sin embargo, estas palabras, que parecen desentonar en el contexto, recuerdan mucho a otras pronunciadas por Jesús a propósito de la limosna, la oración y el ayuno (Mateo 6,1-18). El principio general es el mismo que en el evangelio de Lucas: el que busca su recompensa en la tierra, no tendrá la recompensa de Dios.

            Guardaos de hacer las obras buenas en público para ser contemplados. De lo contrario no os recompensará vuestro Padre del cielo.”

            Cuando hagas limosna, no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alabe la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú hagas limosna, no sepa la izquierda lo que hace la derecha. De ese modo tu limosna quedará oculta, y tu Padre, que ve lo escondido, te lo pagará.

Cuando oréis, no hagáis como los hipócritas, que aman rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo escondido, te lo pagará.

            Cuando ayunéis, no pongáis mala cara como los hipócritas, que desfiguran la cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú ayunes, perfúmate la cabeza, y lávate la cara, de modo que tu ayuno no lo observen los hombres, sino tu Padre, que está escondido; y tu Padre, que ve lo escondido, te lo pagará.

Primera lectura (Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29)
Contiene cuatro consejos; los dos primeros empalman directamente con el tema del evangelio.

            Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso.

            Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes. 

            No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote de mala planta.
El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a la sabiduría se alegrará. 

José Luis Sicre

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Domingo XXII del Tiempo Ordinario. 28 agosto, 2016

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Domingo XXII del Tiempo Ordinario. 28 agosto, 2016

TO-D-XXII

“Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar principal no sea que llegue otro invitado más importante que tú, y el que os invitó a los dos venga a decirte: ‘Deja tu sitio a este otro. Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento” .

Lc 14, 1.7-14

El puesto de nuestro Corazón

Al leer este evangelio me llama la atención el gran conocimiento que tenía Jesús de las sombras que habitan el corazón humano. Su explicación es certera y práctica utilizando nuestras categorías humanas para hacerse comprender.

Me llama la atención que Jesús no explique que no es bueno ocupar el primer lugar, porque es un endiosamiento y es un vivir fuera de quienes somos, moviéndonos por la apariencia, la posición social, el qué dirán, y que eso no otorga la paz.

En cambio hace un paralelismo… y dice “si llega otro más importante que tú, el dueño de la casa te dirá que dejes ese lugar”, y esa es la explicación que entendemos porque nos movemos dentro de categorías de bueno, mejor, más poder, más tener…

A mi entender actuamos así porque funcionamos desde nuestra mente, dentro de unos patrones culturales aprendidos, marcados por nuestra sociedad y familia, sin embargo ellos no nos otorgan la felicidad, sino la esclavitud de vivir según los roles establecidos.

Funcionamos según la “idea”, “ el concepto mental” de lo que nos otorgará la felicidad. Sin embargo, Jesús nos habla de vivir en el interior donde la idea no tiene poder, de sentirnos a gusto con quienes somos, disfrutando el instante, sin categorías, siendo nosotros, y para disfrutar de nosotros no necesitamos ocupar puestos “especiales” según las clases sociales. Necesitamos ocupar el puesto de vivir en nuestro corazón, donde quien otorga “el poder” es nuestra capacidad de amar.

Quien ama no se mueve por categorías humanas, las del endiosamiento, si no por “desaprendizajes” egoícos, que conllevan la entrega y el servicio, entonces somos en la medida que dejamos a los demás ser un@ en nosotr@s. “El Padre y yo somos uno” ( Jn 10,30).

Oración

Jesús, maestro de la desidentificación de patrones mentales, enséñanos la sabiduría de descubrirnos plen@s en nosotr@s mism@s, sin tener que representar ningún papel , ocupando puestos que nos descentren de Ti.

Te lo presentamos a Ti, Padre de la Vida , por medio de Jesús tu Hijo, y mediante la fuerza y la ternura de la Santa Ruah.

*

Fuente:  Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa

***

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Ser más, ser menos, atañe solo al ego

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Ser más, ser menos, atañe solo al ego

ELc 14, 1.7-14

Hoy tiene mucha importancia el contexto. Un fariseo invita a Jesús a comer. Los judíos hacían los sábados una comida especial a medio día, al terminar la reunión en la sinagoga. Aprovechaban la ocasión para invitar a alguna persona importante y así presumir ante los demás invitados. Jesús era ya una persona muy conocida y muy discutida. Seguramente la intención de esa invitación era comprometerle ante los demás invitados. Como aperitivo, Jesús cura a un enfermo de hidropesía, con lo cual ya se está granjeando la oposición general (era sábado). También tenemos que tener en cuenta el simbolismo del banquete en todo el AT. Los tiempos escatológicos casi siempre se simbolizan como un banquete.

En el texto que hemos leído, encontramos dos parábolas. Una se refiere a los invitados. Otra se refiere al anfitrión. Se trata de la relación que puedes iniciar tú y la que inicia el otro contigo. En la primera no se trata de un consejo de urbanidad para tener éxito, pero toma ejemplo de un sentimiento generalizado para apoyar una visión más profunda de la humildad. Ponerse en el último lugar no debe ser una estratagema para conseguir mayor admiración y honor. La frase: “Porque todo el que se enaltece será humillad, y el que se humilla será enaltecido”, puede llevarnos a una falsa interpretación. Jesús aconseja no buscar los honores y el prestigio ante los demás, como medio de hacerse valer. Condena toda vanagloria como contraria a su mensaje. Es curioso como conecta este texto con el final del domingo pasado: “Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”.

La segunda parte encierra un matiz diferente. No quiere decir Jesús que hagamos mal cuando invitamos a familiares o amigos. Quiere decir que esas invitaciones no van más allá del egoísmo amplificado a los que están de tu parte. Esa actitud para con los amigos no es  signo del amor evangélico. El amor que nos pide Jesús tiene que ir más allá del sentido común y del puro instinto, de los sentimientos o del interés personal. La demostración de que se ha entrado en la dinámica del Reino está en que se busca el bien de los demás sin esperar nada a cambio. También aquí tenemos que andar con mucho cuidado, porque la frase “dichoso tú porque no pueden pagarte, te pagarán cuando resuciten los justos”, puede entenderse como una estrategia para que te lo paguen en el más allá. Esta dinámica ha movido con mucha frecuencia la moral cristiana, pero no tiene nada de cristiana.

En ambos casos, Jesús nos propone una manera distinta de entender las relaciones humanas. Jesús quiere trastocar comportamientos que tenemos por normales, para entrar en una dinámica nueva, que nos tiene que llevar a cambiar la escala de valores del mundo. Ser cristiano es sencillamente, ser diferente. No se trata de renunciar a ser el primero. Todo lo contrario, se trata de asegurar el primer puesto en el Reino. Se trata de buscar el bien de la persona entera, y no solo de la parte biológica. “El que quiera ser primero que sea el último y el servidor de todos”. Jesús no critica el que queramos ser los primeros, lo que rechaza es la manera de conseguirlo.

Ojo con la falsa humildad. Dice Lutero: La humildad de los hipócritas es el más  altanero de los orgullos. Muchos han hecho de su falsa humildad una máscara de su vanidad. Existen dos clases de falsa humildad. Una es estratégica. Se da cuando nos humillamos ante los demás con el fin de arrancar de ellos una alabanza que de otro modo no tendríamos. Otra es sincera, pero también nefasta. Se da en la persona que se desprecia a sí misma porque no encuentra nada positivo en ella. No es fácil escapar a esos excesos que han dado tan mala prensa a la humildad. Ninguno de los grandes filósofos griegos (Sócrates, Platón, Aristóteles) elogiaron la humildad como virtud; y Nieztsche la consideró la mayor aberración del cristianismo. Para ellos humildad era sinónimo de pusilanimidad.

¿Qué es la humildad? No hay que hacer absolutamente nada para ser humilde. Es reconocer que eres lo que eres, sin más. Ni siquiera tendríamos que hablar de ella, bastaría con rechazar todo orgullo, vanidad, jactancia, vanagloria, soberbia, altivez, arrogancia, impertinencia, etc.. Se suele hacer alusión a Sta. Teresa; pero la inmensa mayoría demuestran no entenderla cuando dicen: “humildad es la verdad”. Ella dice: “humildad es andar en verdad”. Se trata de conocer la verdad de los que uno es, y además vivir (andar en) ese conocimiento de sí. También se entiende mal la frase de Jesús, “yo soy la verdad”, cuando se interpreta como obligación de aceptar su doctrina. No, Jesús está hablando de la verdad ontológica. Está diciendo que es auténtico, que es lo que tiene que ser.

Siempre que se violenta la verdad, sea por defecto sea por exceso, se aleja uno de la humildad. No se trata de que nos convenzan de que somos una mierda y nada más. Se trata de descubrir nuestras auténticas posibilidades de ser. Humildad es aceptar que somos criaturas, con limitaciones, sí; pero también con posibilidades infinitas, que no dependen de nosotros. Ninguno de los valores verdaderamente humanos debe ser reprimido en nombre de una falsa humildad. No se trata de creerse ni superiores ni inferiores, sino de aceptar lo que somos en verdad. Si la humildad me lleva a la obediencia servil, no tiene nada de cristiana. En nuestra religión muchas veces se ha apelado a la humildad para someter a los demás a la propia voluntad.

Un conocimiento cabal de lo que somos nos alejaría de toda vanagloria (conócete a ti mismo). No se trata de un conocimiento analítico desde fuera, sino interior y vivencial. La frase no estaba a la entrada de una academia, sino a la entrada de un templo. Para conocerse, hay que tener en cuenta al ser humano en su totalidad. Eso sería la base de un equilibrio psíquico. Sin conocimiento no hay libertad. La humildad no presupone sometimiento o servidumbre a nada ni a nadie. Sin libertad ninguna clase de humanidad es posible. Tampoco la soberbia es signo de libertad, porque el hombre orgulloso está más sometido que nadie a la tiranía de su ego. No es fácil darse cuenta de esta trampa.

La mayoría de las enfermedades depresivas tienen su origen en un desconocimiento de sí mismo o en no aceptarse como uno es, que viene a ser lo mismo. Ninguna de las limitaciones que nos afectan como seres humanos, pueden impedir que alcancemos nuestra plenitud. Las carencias sustanciales forman parte de mí. Las accidentales no pueden desviarme de mi trayectoria humana. Una visión equivocada de sí mismo ha hundido en la miseria a muchos seres humanos. Caen en una total falta de estima y en la pusilanimidad destructora, que les impiden descubrir lo que de bueno y positivo tienen; y por lo tanto le impide desarrollarse. Ser humilde no es tener mala opinión de sí mismo ni subestimarse. Avicena dijo: “Tú te crees una nada, y sin embargo, el mundo entero reside en ti”.

Hoy podemos y debemos ir un paso más allá del evangelio. El orgulloso no necesita que nadie le eche en cara su soberbia ni que le castiguen por su actitud. Él mismo se deshumaniza al despreciar a los demás y desligarse de ellos. De la misma manera, no es necesario que el humilde reciba ningún premio. Si espera ese premio, su humildad no es más que un medio para conseguir lo mismo que el soberbio. Si no espera nada de su actitud o, mejor aún, si ni siquiera se da cuenta de su actitud, es que de verdad está en la dinámica del evangelio, que nos dice por activa y por pasiva que el que se hace pequeño es ya el más grande. No es una enseñanza puntual de Jesús sino una constante en todo el evangelio.

La humildad no va de abajo a arriba sino de arriba abajo. La humildad ante los superiores, la mayoría de las veces no es más que sometimiento y servilismo. No es humilde el que reconoce la grandeza del que está por encima sino el que reconoce la grandeza en el que está por debajo. Ser humilde ante Dios resultaría ridículo. Debemos ser humildes ante los que se sienten por debajo de nosotros; ante todos los desheredados de este mundo.

Meditación-contemplación

¡Amigo, sube más arriba!
Esta frase, sacada de contexto, podía ser el lema del hombre terreno.
Pero más allá de lo terreno tú eres más de lo que crees ser.
Nada ni nadie te puede impedir alcanzar esa meta espiritual.
Solamente tú renuncias a alcanzarlo.
…………………….

No tienes que hacer nada, ni conseguir nada.
Todo lo que pretendes alcanzar, ya lo tienes.
Todo lo que pretendes ser, ya lo eres.
Solamente tienes que tomar conciencia de ello.
………………..

Si descubres esto, dejarás de necesitar la alabanza y admiración de los demás.
No necesitarás aparentar más de lo que eres.
Perderás todo miedo, porque nadie puede arrebatarte lo que eres.
Estarás a la puerta de la felicidad.
……………………

 

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Humildad y sabiduría

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Humildad y sabiduría

images“El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad” (Hemingway)

28 de agosto, domingo XXII del TO

Lc 14, 1. 7-14

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido

Las tres lecturas litúrgicas del día hacen honor al Evangelio. El Eclesiástico dice en 3, 18: “Hazte pequeño en las grandezas humanas y alcanzarás el favor de Dios”. Pablo viene a decir en Hebreos que Dios abre las puertas de la ciudad de Jerusalén a los humildes y pobres de corazón. Y Lucas lo corrobora en 14, 13 insistiendo en que: “Cuando des un banquete, invita a pobres, mancos, cojos y ciegos”. Sobre todo porque, en virtud de su pobreza, no se van a sentir obligados a pagarte. La verdadera gloria se encuentra en el servicio desinteresado, en la generosidad que no espera retribución alguna.

En la película Eroica. The Movie (2003), dirigida por Simon Cellan Jones, señalando al gran compositor  uno de los protagonistas le dice: “Está en la naturaleza de un gobernante, señor Beethoven, ser caritativo con los pobres”. En el extenso film del Evangelio -2000 años de proyección- otro gran compositor y protagonista lo ha  dicho también y, sobre todo, hecho. Palabras en versión  de actos, realizados por Jesús de Nazareth  a lo ancho y largo de ministerio: el ciego que gritaba sentado al borde del camino, la hija del jefe de la sinagoga, el hombre de la mano derecha paralizada.

Alguien ha dicho que para ser grande, primero hay que aprender a ser pequeño. La humildad es la base de toda verdadera grandeza. Jesús dijo refiriéndose a los niños: “Dejad a los niños y no les impidáis acercarse a mí, pues el reino de Dios pertenece a los que son como ellos” (Lc 19, 14). Lo garantizó afirmando que el más importante en el Reino de los cielos es el que se hace humilde como un niño. Y lo es porque: “Quien acoja a uno de estos niños en atención a mí, a mí me acoge” (Mc 9, 37).

Solemos ser proclives a alistarnos en las filas de los vencedores, de los que mandan y gobiernan. Don Miguel de Unamuno era diferente: “Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente”. Y lo era también Santa Teresa cuando decía a sus monjas que “Humildad es andar en verdad”. Ella lo andaba. Como lo andaba su contemporáneo El Caballero de la Triste Figura, Don Quijote, que decía: “La alabanza propia envilece”.

Los caballeros y los sabios han respetado siempre por igual a todas las personas, ricas o pobres, poderosas o plebeyas. Su corazón y mente han estado siempre más próximos a los más necesitados.

El novelista Hemingway escribió: “El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad”.

EL ÉBANO

Apreciado tu cuerpo en el mercado
por su gran esbeltez y su textura,
has sido avaramente deseado
y sometido a impúdica captura.

La motosierra blanca te ha talado
-un bosque en carne viva hecho ternura-
y de un silencio vil acompañado
yace tu cuerpo yerto en la espesura.

Luego en el mar, también abandonado,
has hallado en su lecho sepultura
de nada ni por nadie recordado.

Sus aguas han ceñido tu aventura,
y piadoso contigo y en morado,
cubrió la desnudez de tu negrura.

 

Vicente Martínez

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

Sonrojarse a tiempo

Domingo, 28 de agosto de 2016
Comentarios desactivados en Sonrojarse a tiempo

Avergonzado-620x419Lc 14,1.7-14

Pretendían pillarlo. ¡Qué ingenuidad!

No era la primera vez que lo intentaban. Jesús ya había vivido situaciones parecidas en las que los fariseos y los escribas, guardianes de la Ley, querían ponerle en evidencia buscando la forma de sorprenderle en alguna palabra (Mt 22,15). Había sucedido cuando le preguntaron si era lícito pagar los tributos al César; o cuando pusieron a la adúltera en medio para cumplir con el mandato del apedreamiento y le pidieron que fuera Él quien aplicara esa Ley de la que había dicho que estaba hecha para el hombre y no al revés; y todo esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle (Jn 8,6). Y en este episodio que recoge el evangelio del domingo 28 de agosto ocurre algo parecido, pues el Maestro había entrado en la casa de uno de los principales fariseos para comer, donde los mismos anfitriones buscaban el modo de pillarle. El Señor, desde el principio, se dio cuenta de que ellos le estaban espiando. Una de tantas situaciones incómodas que le tocó vivir, otra encerrona más.

Cuando uno sabe de antemano que ha sido invitado por pura cortesía, por compromiso o, peor aún, con la intención de ser blanco de burlas y sarcasmos de forma pública y notoria, el primer impulso –y quizás lo más sensato– es no acudir. Pero con Jesús no calcularon bien. En el Señor no había doblez. Imposible sorprenderle en un renuncio. Cometieron el error de pensar que era como ellos. Y se equivocaron. Aquel a quien pretendieron avergonzar, fue quien les sacó los colores con una tremenda habilidad.

El Maestro no renunciaba a hacerles comprender que la soberbia no es el camino. Deseaba su bien. Por eso, aunque no le extrañó la escena que contempló nada más llegar —los convidados escogían los primeros puestos— les propuso una parábola con la que pudieran, sin ánimo de ofender, identificar su arrogancia: es preferible ocupar el último puesto y que te llamen “amigo” y te requieran, a que te aparten por haberte colado (y colocado) en el lugar que no te correspondía. Creer que eres el amigo predilecto, el alma de la fiesta, el protagonista imprescindible, aquel con quien todo el mundo anhela estar… cuando en realidad el interés del anfitrión y de los invitados va por otro lado, resulta cuando menos grotesco y ridículo.

Al Señor le salió un ejemplo tan claro que traspasó las líneas rojas y entró en “zona de riesgo”, pues al ser humano le cuesta aceptar que le digan la verdad “a la cara”. Se necesita mucha humildad para asumir que merece la pena sonrojarse a tiempo, y reírse de uno mismo. Es el paso para cambiar. Quizás cuando los otros vean que lo que más nos preocupa es no amarles lo bastante, entonces nos llamarán.

María Dolores López Guzmán

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , ,

El Reino es Vida que sólo puede surgir de otra vida

Lunes, 4 de julio de 2016
Comentarios desactivados en El Reino es Vida que sólo puede surgir de otra vida

de-dos-en-dos1Lc 10,1-12; 17-20

Lucas es el único evangelista que narra esta misión de los 72. En el c. 9, ya había narrado el envío de los 12. No es verosímil que este relato sea histórico. Con él, ha querido acentuar el carácter universal de la predicación, aunque Mt dice expresamente que no entren en tierra de paganos ni vayan a ciudades de Samaría. 70 era el número de las naciones gentiles, según Génesis. Para los demás evangelistas, el límite de la gentilidad estaba en la frontera de Galilea, para Lc se encuentra en la misma Samaria, porque estaba apartada de la religión oficial judía.

El domingo pasado se hablaba del fracaso de los discípulos en su intento de preparar el camino a Jesús en su subida a Jerusalén. Probablemente, Lc quiere poner este envío de “otros setenta y dos” para dejar un buen sabor de boca. Estos vuelven “muy contentos” de sus correrías y tienen mejor acogida que los discípulos. “De dos en dos”, porque para los judíos la opinión de uno solo no tenía ningún valor en un juicio, y los misioneros son, sobre todo, testigos. También, porque el mensaje debe ser proclamado siempre por la comunidad.

No penséis que se trata de enviar a un número de especialistas en comunicación. No se trata de recomendaciones a unos cuantos escogidos. El evangelio dice simplemente: “envió a otros setenta y dos”. Ni siquiera dice que fueran discípulos. Se da por supuesto que todo cristiano por el hecho de serlo, tiene la misión de proclamar la buena noticia que él vive. El modo de esa predicación puede ser diferente, pero la base, el fundamento de toda predicación, es la vida misma de cada cristiano. Vivir como cristianos, es la mejor predicación y la que convence. En cada instante estamos predicando, para bien o para mal.

No es fácil delimitar lo estrictamente histórico de este relato. Además de que solo Lc lo narra, exigiría un grado de organización que no se percibe en el grupo de los que han seguido a Jesús. El simbolismo del número 12 y 70 nos invita a pensar que son relatos elaborados por la comunidad, más tarde. Por otra parte, para predicar El Reino, se necesita haberlo comprendido y experimentado. Los evangelios se encargan de manifestar que antes de la experiencia pascual ni los doce se habían enterado de nada.

Las recomendaciones de Jesús son la clave de todo anuncio del mensaje cristiano. Están puestas en boca de Jesús, pero son las condiciones mínimas que debía tener todo cristiano para llevar la Buena Noticia a los demás. En ningún caso se habla de doctrina que tienen que enseñar o de normas morales que deben exigir. Se trata de comunicar lo que Dios es para todos sin condiciones ni excepciones. Esa tarea la cumplió la primera comunidad en todas partes donde se fue implantando. Es la principal tarea que tiene que seguir llevando a cabo todo cristiano en cualquier tiempo y lugar.

1.- Itinerancia. “Poneos en camino”. Es la clase de vida que eligió Jesús cuando se decidió a proclamar su buena noticia. El domingo pasado nos decía que no tenía donde reclinar la cabeza. Este desapego de toda clase de seguridades es la actitud básica y fundamental que debe adoptar todo enviado. El anuncio no se puede hacer sentado. Seguir a Jesús exige una dinámica continuada. Nada se puede comunicar desde una cómoda instalación personal. La disponibilidad y la movilidad son exigencias básicas del mensaje de Jesús.

2.- Dificultad. “Os mando como ovejas en medio de lobos”. Cuando se escribieron los evangelios, las primeras comunidades cristianas estaban viviendo la oposición, tanto del mundo judío como del pagano. Denunciar la opresión o poder despótico, no puede agradar a los que viven desde esa perspectiva, y sacan provecho de ella a costa de los demás. Por desgracia, cuando el cristianismo adquirió poder, se comportó como lobo en medio de corderos; eso sí, con piel de oveja. Desde el poder es imposible adivinar lo que sería bueno para el otro. El provecho personal o el de la institución, no es buena noticia para nadie.

3.- Pobreza. “Ni talega ni alforja ni sandalias”. La pobreza material es solo signo de la superación de seguridades. Significa no confiar en los medios externos para llevar a cabo la misión. No debemos hacer de la predicación un logro humano. Se trata de confiar solo en Dios y el mensaje. No buscar seguridades de ningún tipo, ni en el dinero ni en el poder ni en el prestigio ni en los medios. Tenemos la obligación de utilizar al máximo los medios que la técnica nos proporciona, pero no debemos poner nuestra confianza en ellos.

4.- Urgencia. “No os detengáis a saludar a nadie por el camino”. No se trata de negar el saludo a los que se encuentren en el camino. “Saludar” tenía para ellos, un significado muy distinto al que tiene para nosotros. El saludo llevaba consigo un largo ceremonial que podía durar horas o días. Esta recomendación quiere destacar la urgencia de la tarea a realizar. Seguramente está haciendo referencia a la inmediata llegada del fin de los tiempos, en que las primeras comunidades cristianas creyeron a pies juntillas.

5.- Paz. “Decid primero: ¡Paz! Para entender esta recomendación hay que tener en cuenta el sentido de la “paz” para los judíos de aquel tiempo. “Shalom” no significaba solo ausencia de problemas y conflictos, sino la abundancia de medios para que un ser humano pudiera conseguir su plenitud humana. Llevar la paz es proporcionar esos medios que hacen al hombre sentirse a gusto e invitado a humanizar su entorno. Significa no ser causa de tensiones ni externas ni internas. Sería ayudar a los hombres a ser más humanos. El cristiano, vaya donde vaya, tiene que llevar armonía, comprensión, amor, paz.

6.- Humildad. “Comed y bebed de lo que tengan”. Esta es una de las actitudes más difíciles. Ponerse al nivel del otro. Aceptar sus costumbres, su cultura, su idiosincrasia… Se trata de buscar solo el estar disponible para todos, sin esperar nada a cambio, pero aceptando con humildad lo que den; siempre que sea lo indispensable, comida, alojamiento, etc. ¡Qué difícil es no imponer lo nuestro! Muchos intentos de evangelización han fracasado por no tener esto en cuenta. Más difícil todavía es aceptar la dependencia de los demás en las necesidades básicas, no poder elegir ni lo que comes ni con quien comes.

7.- Curad. “Curad a los enfermos”. No se refiere solo a las enfermedades físicas. Todo aquello que impide al ser humano ser él mismo es enfermedad. De hecho los 70 solo hacen alusión a que los demonios se les sometían. Seguimos dando demasiada importancia a la salud corporal, sin enterarnos de que con una grave enfermedad puede un ser humano alcanzar su plenitud. Curar significa alejar de un ser humano todo aquello que le impide ser él. Hoy las enfermedades físicas están cubiertas por la medicina. Pero ¿qué pasa con las enfermedades psíquicas y mentales, que arruinan la existencia de tantas personas?

8.- Buena noticia (evangelio). “El reino, que es Dios, está cerca”. Ni de peroratas teológicas, ni discursitos apologéticos, ni propagandas ideológicas. Lo único que un ser humano debe saber es que Dios le ama. Predicar el reino que es Dios, es hacer ver a cada ser humano que Dios es algo cercano, que es lo más hondo de su propio ser, que no tiene que ir a buscarlo a ningún sitio raro, ni al templo ni a las religiones ni a las doctrinas ni a los ritos ni al cumplimien­to de la norma. Dios es (está) en ti. Descúbrelo y lo tendrás todo…

Sin estas condiciones, la predicación se hace inútil. No es nada fácil salir de la dinámica de la propaganda, del proselitismo a toda costa, buscando más el potenciar la institución que el servicio de las personas. El que va a proclamar el Reino de Dios, tiene que manifestar que pertenece a ese Reino. Tiene que responder a las necesidades del otro. Tiene que estar dispuesto al servicio en todo momento. No debe exigir absolutamente nada, ni siquiera la adhesión. Tiene que limitarse a hacer una oferta.

Meditación-contemplación

¿Cuál es tu preocupación primera?
¿Es la comida, el vestido, la salud, la casa, el prestigio?
¿Tus esfuerzos están encaminados a buscar seguridades?
O ¿tu preocupación primera es vivir el Reino?
……………..

Procura, al mismo tiempo no caer en demagogias baratas.
De esas necesidades básicas tienes obligación de ocuparte.
Dios quiera que alcances el mayor bienestar posible, para ti y para los demás.
Siempre que la prioridad sea el desplegar tu humanidad.
………………….

No te dejes llevar por lo que te pide el cuerpo.
No te olvides que eres también y sobre todo, espíritu.
Escucha, sobre todo, tu ser profundo;
lo que él te pida, te llevará hacia tu plenitud y felicidad.
…………………

Fray Marcos

Fuente Fe Adulta

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

Dios será tu hijo y tú su madre

Sábado, 26 de diciembre de 2015
Comentarios desactivados en Dios será tu hijo y tú su madre

Luis-Morales-Virgen-nino_EDIIMA20140108_0110_5

“La humildad de María es tan apreciada por Dios
que él mismo se complace en ser su hijo.
Si tu eres humilde y puro como una virgen
muy pronto Dios será tu hijo y tú su madre.”

*
Angelus Silesius (1624-1677)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , , , ,

Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.

Domingo, 20 de septiembre de 2015
Comentarios desactivados en Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.

padre-e-hijo-gay

EL POETA

«El poeta es su infancia».
Y el niño Rilke lo supo.

Una infancia bien soñada.
La que soñara y no tuvo.

Todo poeta es un niño
que se niega a ser adulto.

Podrán crecerle las barbas
de la ira o del orgullo.

Y caérsele a pedazos
el corazón ya maduro.

Pero conserva los ojos
deslumbradamente puros.

*

Pedro Casaldáliga

El tiempo y la espera, Editorial Sal Terrae.

***


En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:

“El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.”

Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:

“¿De qué discutíais por el camino?”

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó llamó a los Doce y les dijo:

“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.”

Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

“El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.”

*

Marcos 9, 30-37

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

Permaneced en mí…

Martes, 15 de septiembre de 2015
Comentarios desactivados en Permaneced en mí…

Del blog de la Communion Béthanie:

2014 con Dios llama y Vivir por el Espíritu +

En 1932, dos mujeres entregan su existencia a Dios y reciben en su oración, día día, palabras de Vida. Dos libros van a nacer de este compañerismo con Cristo, que te proponemos descubrir a lo largo de este año.

 _MG_4905

Permaneced en mí. Llegaréis así  a ser capaces de discernir siempre mejor que en los demás lo profundo de Mí, oculto, en el que Yo siempre me veo. Y uno aprende la humildad que, como es natural, os hará perder todo deseo de juzgar.

*

11 de septiembre, Vivir por el Espíritu.

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

“Un arte evangélico”, por Gema Juan, OCD

Miércoles, 19 de agosto de 2015
Comentarios desactivados en “Un arte evangélico”, por Gema Juan, OCD

19526704498_8317c69583_mDe su blog Juntos Andemos:

La discreción de María en los evangelios es llamativa y una nota importante para la fe. Porque no solo habla de quién es la madre de Jesús, sino también de Dios, de cómo es y cómo obra. En todo caso, como decía el profesor Cothenet: «La discreción sobre el papel de María pertenece también al depósito de la fe, consignado en las Escrituras».

Esa discreción es un «detalle» de la humildad, tal como la concibe el Nuevo Testamento, donde al humilde se le descubre por su fidelidad en lo pequeño y por la alegría de saberse amado sin merecerlo. La humildad evangélica habla de acogida y no lleva cuentas del bien que hace, porque se lo atribuye a otro: a Dios.

Esa es la humildad de María, que acoge la bondad de Dios y se alegra con Él. Pensando en ella, pedía Teresa de Jesús a sus hermanas que la siguieran «en alguna cosita». Y escribía: «Parezcámonos, hijas mías, en algo a la gran humildad de la Virgen Sacratísima… Siquiera en algo, imitemos esta su humildad».

El modo de aparecer María en los evangelios evoca un personaje de Dickens, en la novela David Copperfield, el doctor Chillip, que se movía de medio lado por las habitaciones para no ocupar más espacio del necesario y así, no estorbar a nadie.

Como escribía un crítico literario actual, recordando este personaje, el arte de no molestar, de no ocupar más espacio del necesario, no tiene nada que ver con la poquedad de carácter ni con el temor sino, sencillamente, con el deseo de cuidar a los demás, de no «agredir» la existencia de los otros. Y, sobre todo, con la preocupación de no ponerse en medio sino de facilitar el paso.

María parece haber elegido estar de medio lado en los evangelios, para facilitar el acceso a Jesús, para no quitar espacio al Único, para darle paso a Él. La presencia de María es insustituible y después de Jesús, es la primera para la fe cristiana, pero gran parte de su grandeza reside en ese dar paso.

Esa es la mujer que muestran los evangelios, una mujer que aparece así porque «estaba firme en la fe» –como explicaba Teresa– y que, por ello, tuvo el mayor valor: el de reconocer y acoger en sí el don de Dios mismo.

Von Balthasar decía que «en nuestra época, es especialmente necesario ver a María tal como se presenta, no tal como nos gustaría imaginarla… para no olvidar su papel en la obra de salvación y en la Iglesia». Porque comprender la verdad de María es reconocer quién es Dios: es el que ve lo escondido, ve y aprecia lo «discreto», lo que muchas veces no cuenta a los ojos humanos. Y Dios es el que obra allí donde es recibido, del único modo que puede hacerlo: amando, es decir, bendiciendo y salvando.

Teresa reconoció en María a la mujer que fue capaz de dejarse habitar por Dios y que eligió libremente albergarlo. María es, en definitiva, la mujer que revela que la presencia de Dios no rompe lo humano sino que lo hace capaz de lo mayor. Desde aquí se pueden entender, de nuevo, las palabras de Teresa, al descubrirse habitada por Él:

«A mi parecer, si como ahora con verdad entiendo que en este palacio pequeñito de mi alma cabe tan gran Rey, que no le dejara tantas veces solo; alguna me estuviera con Él y más procurara que no estuviera tan sucio. Mas ¡qué cosa de tanta admiración, quien hinchera mil mundos con su grandeza, encerrarse en cosa tan pequeña! Así quiso caber en el vientre de su sacratísima Madre. Como es Señor, consigo trae la libertad, y como nos ama, hácese a nuestra medida».

A quienes no acaban de creer en este Dios o dudan de la fuerza del Espíritu, Teresa los invita a mirar a María, para aprender la mejor sabiduría, la de fiarse de Dios. Y refiriéndose especialmente a los «letrados», a quienes «quieren llevar las cosas por tanta razón y tan medidas por sus entendimientos, que no parece sino que han ellos con sus letras de comprender todas las grandezas de Dios», escribirá: «¡Si deprendiesen algo de la humildad de la Virgen sacratísima!».

Aprender algo de la humildad de María es escuchar lo que dice y comprender su modo de vivir la fe, que es hacer sitio, dar paso y facilitar, pero sin dejar de involucrarse, sin echarse atrás. Es implicarse.

A las palabras de María en el evangelio de Juan: «No tienen vino… haced lo que Él os diga», Von Balthasar añadía una pregunta: «¿No son suficientes para caracterizarla como el arquetipo de la Iglesia que toma partido por los pobres, en su misma pobreza?».

María está presente, su humildad y su discreción la hacen brillar en medio de muchas oscuridades que siguen ensombreciendo el mundo. María apunta el camino de la luz: tomar partido por Jesús y por sus preferidos.

Biblia, Espiritualidad , , , , , , , , , ,

“Ecuaciones teresianas”, por Gema Juan OCD

Miércoles, 22 de julio de 2015
Comentarios desactivados en “Ecuaciones teresianas”, por Gema Juan OCD

16557694044_d11b2b1a97_mDe su blog Juntos Andemos:

Teresa de Jesús tenía una lógica muy particular. Era una mujer inteligente y con ingenio, le gustaba pensar. Observaba y sabía hacer cálculos para lograr sus objetivos, porque su carácter apasionado no apagaba su espíritu práctico y su sentido común.

En Camino de Perfección, escribía: «Un buen entendimiento, si se comienza a aficionar al bien, ásese a él con fortaleza, porque ve es lo más acertado… Cuando este falta, yo no sé para qué puede aprovechar en comunidad, y podría dañar harto».

Una ecuación sencilla: cuando el buen entendimiento suma buenas costumbres da lugar a una buena vida. Igual de sencilla es aquella que explica que afrontar la vida sin un arrimo verdadero concluye en un fracaso. Y entonces hablaba de que Jesús es la puerta para adentrarse en lo profundo de Dios.

Era cuando explicaba que en la vida hay de todo: «Negocios y persecuciones y trabajos… tiempo de sequedades…, y que «nosotros no somos ángeles». Contando con eso –dice Teresa– si no se procura andar con Jesús, todo «es andar el alma en el aire, como dicen; porque parece no trae arrimo».

La ecuación es elemental y Teresa explicaba que, a veces, el orden de factores sí altera el producto y «querer ser María antes que haya trabajado con Marta», es decir, saltar pasos en la relación de amistad con Dios, da mal resultado. Lo mismo que hacer adiciones sin cuidado, de modo que una «motita de poca humildad, aunque no parece es nada, para querer aprovechar en la contemplación hace mucho daño».

También tiene su tabla de equivalencias: «Humildad es andar en verdad» o «amor de Dios es… servir con justicia y fortaleza de ánima y humildad». Y más: si se procura «siempre mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros, y tapar sus defectos… se viene a ganar una gran virtud, que es tener a todos por mejores que nosotros». Y –dice Teresa– el resultado es que se tiene una gran libertad.

A veces, tiene una lógica aplastante. Por ejemplo, cuando habla del dinero, ¿para qué sirve?: «¿Qué es esto que se compra con estos dineros que deseamos? ¿Es cosa de precio? ¿Es cosa durable? ¿O para qué los queremos? Negro descanso se procura, que tan caro cuesta».

Y no es que no supiese lo importante que es disponer de lo necesario. Se había visto «atada por tantas partes, sin dineros ni de dónde los tener»; buscando el modo como llevar adelante sus fundaciones y viéndose «sin ayuda de ninguna parte».

Pero, había visto que el dinero acababa marcando las relaciones, como si fuera el baremo de la vida, la medida de buenos y malos, hasta el punto de que –como escribió– «por maravilla hay honrado en el mundo si es pobre, antes, aunque lo sea en sí, le tienen en poco». Una ecuación tan clara como engañosa, a la que Teresa responde enérgicamente: «¡Oh, si todos diesen en tenerlos por tierra sin provecho!… ¡Con qué amistad se tratarían todos si faltase interés de honra y de dineros!».

Otra de sus ecuaciones dice que despejando el amor propio, se resuelve la incógnita del auto engaño, porque se echa a los ladrones y se descubre la verdad.

Decía: «No os aseguréis ni os echéis a dormir, que será como el que se acuesta muy sosegado habiendo muy bien cerrado sus puertas por miedo de ladrones, y se los deja en casa. Y ya sabéis que no hay peor ladrón, pues quedamos nosotras mismas».

Hay que aplicar unas fórmulas: «Andar contradiciendo su voluntad… ponerla en lo que nunca se ha de acabar», y hay que dejar de aplicar otras: «Una propia estimación, un juzgar los prójimos, aunque sea en pocas cosas, una falta de caridad con ellos, no los queriendo como a nosotros mismos».

La lógica que propone Teresa es la de ponerse manos a la obra. Sin miedo: «Esforcémonos» –dice– dejando los temores, porque a veces, «no osamos pasar adelante, como si pudiésemos nosotras llegar a estas moradas y que otros anduviesen el camino». Y sin pereza, aunque en ocasiones «como no hemos dejado a nosotras mismas, es muy trabajoso y pesado; porque vamos muy cargadas».

Solo queda observar la progresión: «Andar con particular cuidado y aviso, mirando cómo vamos en las virtudes: si vamos mejorando o disminuyendo en algo, en especial en el amor unas con otras».

El resultado final, en cifras, es que en la amistad con Dios, «lo que está dicho y se dijere… es una cifra de lo que hay que contar», porque Él es infinito y sus misericordias no se pueden calcular.

Espiritualidad , , , ,

“¿Teresa extraordinaria? (II)”, por Gema Juan OCD

Lunes, 6 de julio de 2015
Comentarios desactivados en “¿Teresa extraordinaria? (II)”, por Gema Juan OCD

ZTX- MATRIMONIO ESPIRITUAL. jpgDe su blog Juntos Andemos:

Cuando Teresa contaba ya cincuenta años, por fin puede escribir: «Mi alma la despertó el Señor… De esta manera vivo ahora», y explicaba que había llegado a una experiencia de paz inmensa y de abandono confiado en Dios.

Le costó mucho despertar, pero cuando sale del sueño de una vida entre dos aguas, de la mano del «buen amador Jesús», ya no se detiene ni se entretiene en lo que no sirve a Dios. Y lo que no sirve, ella lo veía claro: «¿Pensáis que es posible, quien muy de veras ama a Dios, amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del mundo, de deleites, ni honras, ni tiene contiendas, ni envidias; todo porque no pretende otra cosa sino contentar al Amado».

Teresa madurará hasta el final de la vida. No dejará de avanzar en la comunión y el conocimiento de Dios. Ha intuido un «fin que no tiene fin» y eso le impide despegarse de Él. Así, escribirá en una de sus Cuentas de Conciencia: «Conozco que por su bondad va en crecimiento mi alma en amarle cada día más».

Pero todo eso lo vive Teresa sumergida en la vida, es decir, a través de los vaivenes de las circunstancias y de su situación personal. Y es bueno ponerle marco al increíble retrato de esta mujer, porque ese marco revela su humanidad y el paso de Dios en ella.

Escribía: «Viéneme algunos días… que aunque quiera no sé qué cosa buena haya habido en mí». Basta un ejemplo para verla como una mujer entre la fragilidad y la fortaleza: «Unas veces me parece tengo mucho ánimo y que a cosa que fuese servir a Dios no volvería el rostro; y probado, es así que le tengo para algunas; otro día viene que no me hallo con él para matar una hormiga por Dios, si en ello hallase contradicción».

Bien avanzada su vida, todavía vivirá zozobras de todo tipo. Mientras preparaba la fundación de Palencia, escribe: «Todo se me hacía imposible, y si entonces acertara con alguna persona que me animara, hiciérame mucho provecho; mas unos me ayudaban a temer, otros, aunque me daban alguna esperanza, no bastaba para mi pusilanimidad».

Teresa busca apoyo humano, como cualquier persona en necesidad. Siente el peso de su edad y de sus enfermedades. No hay nada extraordinario en todo ello.

También, ella misma dirá que todas las personas son ricas por naturaleza. De modo que apuntan, sin excepción, a algo extraordinario porque son como «un diamante o muy claro cristal, adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo hay muchas moradas».

¿Qué marca la diferencia? ¿La diversidad o cantidad de cualidades? Teresa responde con su vida y su letra y dice que no. La diferencia la marcan la confianza y la verdad.

La mencionada fundación de Palencia lo muestra muy claramente: Teresa afronta con sinceridad el momento. Comprende que lo que la está frenando es un punto de desconfianza, y lo confiesa: «Parece no era la causa la enfermedad ni la vejez». Esa sinceridad le abre a la luz, de modo que a partir de ahí entenderá que ir a Palencia es seguir sirviendo a su Señor, que le asegura su presencia: «¿Qué temes? ¿Cuándo te he yo faltado? El mismo que he sido, soy ahora».

Por eso, Teresa avisa de lo que sabe por experiencia: «Este es nuestro engaño, no nos dejar del todo a lo que el Señor hace», no confiar del todo y en todo en Él. Solo hay una respuesta para ella: «Dejarse del todo en los brazos de Dios».

Pero no basta la confianza, es necesaria una verdad sin concesiones, casi despiadada, por amor del Amor. Porque Teresa decía: «Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad…: es porque Dios es suma Verdad, y la humildad es andar en verdad».

La confianza supuso para Teresa entrar en el espacio de la gratuidad de Dios y así entendió la verdad: que todo bien es recibido y que es Dios quien sostiene lo bueno en cada ser humano. Por propia experiencia podía decir: «Si no conocemos que recibimos, no despertamos a amar». Y resume lo que piensa, en unas palabras de su comentario al Cantar:

«No nos quejemos de temores ni nos desanime ver flaco nuestro natural y esfuerzo; sino procuremos de fortalecernos de humildad, y entender claramente lo poco que podemos nosotros y que si Dios no nos favorece, no somos nada; y desconfiar de todo punto de nuestras fuerzas y confiar de su misericordia».

Comprender esta verdad y vivir acorde a ella es un salto en la historia personal de cada ser humano; eso es lo que llevará a Teresa a vivir y hacer cosas extraordinarias.

Espiritualidad , ,

La humildad de Jesús…

Miércoles, 20 de mayo de 2015
Comentarios desactivados en La humildad de Jesús…

En definitiva… una llamada a nuestra propia responsabilidad…

Del blog À Corps… À Coeur:

jesusgoogle

No tengo todas las respuestas

PRUEBA EN GOOGLE

***

(Somos como chiquillos… no dejamos de pedirle… luego, Él hace lo que quiere, ese es su problema… y un poco el nuestro, algunas veces)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

“Una elección de amor”, por Gema Juan OCD

Jueves, 25 de diciembre de 2014
Comentarios desactivados en “Una elección de amor”, por Gema Juan OCD

16057272001_9d147d8d58_mDe su blog Juntos Andemos:

A todos los que compartís este espacio: ¡Feliz Navidad! y que entre todos hagamos un 2015 más fraterno.

Primero fue el asombro, y despertó el amor. Después, una intimidad apasionada que iba a transformar su vida y, finalmente, una complicidad creciente que se volvió fidelidad y solidaridad. Ese fue el recorrido que hizo Teresa de Jesús, al ir descubriendo al Dios hecho carne.

Decía: «Muchas veces he pensado espantada de la gran bondad de Dios, y regaládose mi alma de ver su gran magnificencia y misericordia». Para ella, la mayor misericordia de Dios, la máxima expresión de su bondad, había sido el regalo de Jesús: «Basta lo que nos ha dado en darnos a su Hijo, que nos enseñase el camino». Dios, con excesivo amor, ha dado cuanto es en Jesús y en Él ha abierto un camino nuevo a la humanidad.

Esa desmesura le hizo a Dios tomar carne, una carne –pensaba Teresa– como la suya. Por eso, decía: «Veía que, aunque era Dios, que era hombre». Así, Jesús se hizo «uno de tantos», de tal modo que «no le ha quedado por hacer ninguna cosa» por nosotros. «¡Bendita sea su misericordia que tanto se quiere humillar!» —exclamará.

Cuando Teresa hable de abajarse, de humillarse, estará siempre pensando en Dios, que «abajándose a comunicar con tan miserables criaturas, quiere mostrar su grandeza». La grandeza de Dios es descender amorosamente y entrar en conversación con los seres humanos. La verdadera humillación está ligada a la comunión.

Y pensará también en Jesús, en «las grandezas que hizo de abajarse a Sí para dejarnos ejemplo de humildad». La humildad que Teresa descubre en Jesús es una elección de amor y semejanza: «Como nos ama, hácese a nuestra medida». Es la decisión de «pasar de sí al Amado», que será la definición que dé Juan de la Cruz del amor. Puesto que Dios ama primero, Él es el que pasa de sí a los seres humanos, para que todos puedan pasar a Él.

Teresa descubre a un Jesús concreto: con historia, con cuerpo. Un hombre que trabajó con sus manos de hombre, pensó con su entendimiento de hombre, amó con su corazón de hombre. Que, nacido de María Virgen, se hizo uno de nosotros . Alguien de quien ella podía enamorarse y a quien podía «tratar como [con] amigo, aunque es Señor» Alguien a quien unirse y a quien podía decir: «Juntos andemos, Señor; por donde fuereis, tengo de ir; por donde pasareis, tengo de pasar».

Pero sabía que no es fácil reconocer la carne de Dios. No lo fue cuando apareció en un lugar pobre del mundo. Y tampoco a lo largo de su vida, por eso Teresa decía: «Solo le dejaron en los trabajos… parece le querrían tornar ahora a la cruz», porque no se le reconoce.

Pensando en aquel nacimiento, humilde y anónimo, Teresa escribía: «No veía el justo Simeón más del glorioso niño pobrecito; que en lo que llevaba envuelto y la poca gente con Él que iban en la procesión, más pudiera juzgarle por hijo de gente pobre que por Hijo del Padre celestial».

Rahner decía que el ambiente en que Jesús nació era estrecho, ordinario y sofocantemente monótono. Ni siquiera su pobreza fue extraordinaria. Y que Dios había elegido la angostura del tiempo. Otra vez, una elección de amor: la que hacía posible la comunicación con quienes solo entienden «vías de carne y tiempo», como diría Juan de la Cruz.

Reconocer a Dios en la carne y el tiempo, «conocer algo de quién es este Señor y bien nuestro», era lo que deseaba Teresa y sabía que la única forma de conocer y reconocer a Jesús era siguiéndole. Por eso decía: «Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa sino en el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió».

Y recordaba que «regalarle y hacer por Él» era vivir lo «dicho por su boca: Lo que hicisteis por uno de estos pequeñitos, hacéis por mí». Y seguirle era no abandonarle: «No le dejemos nosotros, que, para más sufrir [servir], Él nos dará mejor la mano que nuestra diligencia».

Conmueve que el Inmenso elija la fragilidad y la ambigüedad humana para expresarse. Asombra que Dios se haga niño, que se haga hermano. Hace enmudecer que se convierta en «esclavo», que el amor le haga inclinarse y bajar hasta lo profundo de los pozos humanos. «¡Qué gran amor del Hijo, y qué gran amor del Padre… Él vino del seno del Padre por obediencia, a hacerse esclavo nuestro» —decía Teresa.

Lo que hace pasar del asombro al amor y de la ternura y la complicidad a la solidaridad fiel es «no se apartar de andar con Cristo… tenerle siempre consigo… andar siempre con Él… nunca se apartar de tan buena compañía».

Por eso, Teresa insistía: «Siempre que se piense de Cristo, nos acordemos del amor con que nos hizo tantas mercedes y cuán grande nos le mostró Dios en darnos tal prenda del que nos tiene; que amor saca amor».

Espiritualidad , , , , , , ,

Corregir

Jueves, 30 de octubre de 2014
Comentarios desactivados en Corregir

Del blog Pays de Zabulon:

corriger-son-frere

¿Te gusta corregir a los demás? ¡ ¡Eso no viene de Dios!

 La verdadera corrección fraterna es bella y dolorosa a la vez explicó el papa Francisco en su homilía en la mañana del 12 de septiembre de 2014, pero debe siempre ejercitarse con amor, la verdad y con humildad.

Si sentimos placer al corregir a nuestro prójimo, entonces esto no viene de Dios. Este es el verdadero sentido de la homilía del papa después de la proclamación del Evangelio del día en el cual Jesús advierte a los que ven la paja en el ojo de su hermano y no se dan cuenta de la viga que se encuentra en su propio ojo.

*

(Fuente)

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , , ,

La esperanza

Domingo, 26 de octubre de 2014
Comentarios desactivados en La esperanza

Del blog de la Communion Béthanie:

james07

 

La Esperanza llegará sólo a los ojos quemados, a los ojos perdidos.

La Esperanza llegará sólo a los que ya no la esperaban más.

Llegará al día siguiente en que se marchiten las flores,
Cuando las guirnaldas de papel se decoloren, cuando los decorados se desmonten.

Llegará sólo al día siguiente cuando los trajes estén en el armario,
los maquillajes desenmascarados, cuando el rímel se haya corrido y cuando la escena esté vacía.

LLegará descalza, a tientas, como un cojo que se lanza a bailar
como un ciego que se pone a mirar, como un sordo que, de un solo golpe, oye

La Esperanza llegará como una fría mañana, como un sol todavía en su nube

Entrará no por la gran entrada de los artistas sino por la pequeña escalera de los maquinistas.

Llevará su traje de los comienzos y sus ojos de poema, sus dos manos de cada día, sus manos llenas de realidad.

La Esperanza no nos aportará lo que esperábamos sino lo que ya no esperábamos.

Llegará como una chispa, un hijo pródigo en el momento que menos lo esperaba..

Su voz será sólo una palabra grande abierta como la tumba de un resucitado.

*
Jean Debruyne

***

"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad , , ,

Monseñor Ramón Buxarrais: “Quiero morir aquí y que mis cenizas vayan a la fosa común, sin nombre ni epitafio”

Domingo, 31 de agosto de 2014

ramon-buxarrais-venturaEl obispo emérito es ahora capellán en Melilla, en un centro para mayores que no tienen dónde vivir

“La cárcel es dura porque ves la pobreza de las personas en todos los sentidos”

“Jesús es Dios hecho hombre que comprende al hombre. Que consuela al hombre “

(Diócesis de Málaga)- El obispo emérito D. Ramón Buxarrais Ventura celebrará su onomástica este domingo, 31 de agosto, rodeado del cariño de fieles y de vecinos de Melilla, donde vive desde hace 22 años como capellán del centro asistencial de mayores ‘La Gota de Leche‘.

-Pronto se cumplirán 23 años desde que usted llegó a Melilla, en el mes de septiembre. ¿Cuál es su balance en esta ciudad, D. Ramón?

-Muy positivo. Yo creo que he vivido una etapa de mi vida bonita, una etapa que es la de ser capellán de un centro asistencial. Cuando yo llegué, había 13 religiosas Hijas de la Caridad. Después se fue disminuyendo la comunidad por falta de vocaciones y quedaron cinco. Yo continué siendo el capellán, hasta que hace dos años y medio ellas decidieron dejar esto. Entonces recuerdo que el gerente me dijo: “¿Y usted también se irá?” Yo le dije: “No, si ustedes quieren yo me quedo“.

-¿Cuál es su labor pastoral como capellán de este centro?

-Cada día celebro la misa en la capilla y visito los cinco pabellones que hay en esta casa donde viven 115 ancianos. Les leo el Evangelio del día y hacemos una pequeña oración. Cantamos alguna cosa, hacemos alguna broma, un chiste…Y después doy la mano a todos. A Carmen, a María Asunción, a Paquita, a todas, todas. Y a los hombres también. Y entonces, ésta es mi labor pastoral aquí.

-¿A quiénes se atiende en ‘La Gota de leche’?

-A personas mayores que no tienen dónde vivir se las acoge aquí. El requisito es ser español con carné de residencia en Melilla. Entre ellos, musulmanes que son españoles. Se les acoge y se les hace la vida lo más agradable posible. El gerente es un hombre de mucha valía que conoce mucho esta casa y le pone mucho interés.

-También fue usted capellán de la prisión de Melilla ¿cómo recuerda esta etapa?

-Yo vi que me sobraban horas para hacer. Así que, cuando llegué, pregunté al anterior vicario, José Carretero, quién iba a la cárcel. Me dijo que no iba nadie. Entonces le pregunté: “¿Y puedo ir yo?” Me dijo “¡Claro!”. He estado 17 años yendo tres y cuatro veces a la semana a la cárcel. Era capellán de la cárcel, junto a Darío, un padre franciscano, párroco de Nador, la capital marroquí que está más cerca de Melilla. Recuerdo muy bien la experiencia, aunque es dura porque ves la pobreza de las personas en todos los sentidos. Yo intenté ayudarles en lo que podía. Cada mes repartía 300 euros que me llegaban como capellán de la cárcel. Esta cantidad no me la quedaba, sino que los daba a la administración para que diera diez euros a cada uno de los presos que no tenían ingresos. Hay muchos así, que llegan de Marruecos y caen aquí. Ellos se mostraban muy agradecidos con ese dinero. Era poco. Pero algo era. Se podía ayudar a 30 presos. Todavía vienen y me saludan por la calle. Me une cierta amistad con ellos. Tengo 84 años, estoy cumpliendo poco a poco los 85. Y hasta que Dios quiera.

-¿Y así fue como fundó el actual Voluntariado Cristiano de Prisiones?

-Sí, así es. Venía un seglar conmigo a tocar la guitarra. Se llama Adolfo y ahora está en Málaga. Venía conmigo. A partir de él quedó el Voluntario Cristiano de Prisiones. Está ahí. Funciona bien.

-¿Le marcó la experiencia de visitar a los reclusos en la prisión?

-Sí, sobre todo me marcó por ser comprensivo. Aún con la persona que hubiera cometido los mayores errores. Esto, al fin y al cabo, es la actitud de Jesús en el Evangelio. Jesús es Dios hecho hombre que comprende al hombre. Que consuela al hombre. Y entonces, esto es una actitud muy evangélica. La comprensión. Nunca negarse a comprender. Y ayudar a la otra persona.

-A usted también le preocupa el acceso a la cultura del pueblo marroquí. Por eso creó la ONG Insona, Iniciativas Sociales Nador. ¿Por qué surge y cuál es su cometido?

-Es una ONG marroquí aprobada por el Reino de Marruecos. Esta iniciativa surge cuando yo le dije al padre Darío: “Padre: ¿qué podemos hacer por el pueblo marroquí, por el pueblo musulmán?“. Y él me dice: “cultura, padre, cultura. Dales cultura a esta gente”. Porque la cultura puede ser el inicio de una nueva visión de la vida y de otras posibilidades. Cuando no tienen cultura, están muy encerrados en sí mismos. Y no ven más allá. Con esta idea, se crea una escuela profesional al lado de la parroquia de Nador, que costó entre la construcción y el mantenimiento durante dos años 83 millones de pesetas, que lo dio la Embajada Española en Marruecos. Ahora yo ya me he desentendido de esto y hemos pasado a hacer otra cosa. Ahora tenemos entre manos el Centro Al-Morafaka, un centro de promoción de la mujer, para que la mujer de Marruecos esté más desarrollada, tenga más cultura, más capacidad, sea tenida en cuenta y… ¡a ver si se consigue lo que se ha conseguido en Túnez! Ahora, la nueva constitución equipara a hombres y a mujeres. ¡Ojalá los demás países musulmanes también puedan copiar eso y hacerlo! Ahora estamos con este proyecto, pero si no hay ayuda exterior no podemos llevarlo a cabo. Hemos recurrido a Manos Unidas y hecho un dossier inmenso de 1.200 páginas con todas las necesidades del lugar. Esto se llevaría a cabo en el Cabo de Agua, situado a unos 70 kilómetros de Melilla. “Morafaka” es una palabra árabe que significa “acompañar”. Nosotros queremos acompañar a estas mujeres, que salgan de la postración y que puedan vivir y desarrollarse como personas en este centro.

-En Melilla son testigos día a día del drama que supone ver a muchas personas intentar saltar la valla en busca de un futuro mejor. ¿Cómo se puede afrontar esta circunstancia?

-El Señor Obispo de Málaga, Don Jesús Catalá, dijo una palabra que a mí me pareció oportuna: “El problema de la inmigración es un problema político”. Ojalá llegue el día en que no haya fronteras en el mundo entero y las personas se puedan trasladar adonde quieran. Porque yo comprendo que los emigrantes vienen de naciones donde se vive con dificultad, con muchas limitaciones, a veces con claras injusticias. Y buscan donde vivir mejor. Y vienen porque saben que en Europa se vive mejor que en muchas naciones africanas. Llegará el día en el que en África se viva tan bien o mejor que en Europa. ¡Entonces los europeos iremos buscando los países africanos! A mí me parece que es un problema político. El problema está ahí. Esos mil y pico musulmanes que están en el Monte Gurugú esperando cruzar la frontera. Eso hace pensar, hace temer…Pero, por un lado, uno tiene que comprender que el Estado español tiene que regular. Yo pienso que el mundo irá mejorando y que llegará un día en el que cada uno podrá ir donde quiera y con facilidad. Ahora, a esto… ¡échale muchos años para llegar a esto!

-Ahora que comparte su día a día con los abuelos, ¿aprende cosas de ellos?

-Yo aprendo, con ellos, a saber estar. A veces, cuando estamos en la mesa pienso: “¿Qué haces tú aquí?”. Yo comparto todos los días la comida con Gabriel, que tiene demencia senil absoluta, con Carmelo, al que tengo que ayudar un poco. El que está frente a mí está muy bien. Bromeamos y hablamos. Pero Gabriel, creo que no sabe ni dónde está. A veces come el postre antes que la comida. Entonces yo pienso: “Bueno, les han dejado aquí, para que les cuiden”. Mi final es éste. Y quiero morir en Melilla. Roberto es el capellán del hospital y entonces vendrá a verme (sonríe) y dirá: “¡Don Ramón, que ya le ha llegado la hora!“. Lo aceptaremos con serenidad.

-Vive de forma austera ¿no siente que le falte nada?

-Necesito poco para vivir. Yo soy de una familia pobre. Yo era el pequeño de cinco hijos. Viví las privaciones de una familia que no tenía a veces para vivir. Recuerdo noches sin cena. Y pasar hambre. Alpargatas rotas. Quizá esto me preparó para que yo viviera con sencillez y que no aspirara a más que lo que el Señor me iba ofreciendo en la vida. Y nada más.

-El papa Francisco hace continuas referencias a la pobreza ¿sigue sus mensajes?

-Soy seguidor como todo cristiano. Dice mensajes sencillos que la gente capta y que la gente sabe interpretar y sabe vivir. Doy las gracias a Dios por este Papa. Faltaría más.

“La vocación es un fruto que madura en el campo bien cultivado del amor recíproco que se hace servicio mutuo”, dijo el papa Francisco el pasado mes de enero en la 51ª Jornada Mundial de la Oración. ¿Le preocupa a usted también la falta de pastores en la Iglesia?

-Cada día rezo a San José para que haya aumento de vocaciones consagradas y militantes seglares. Que haya más vocaciones. Tenemos, todos los jueves, una Hora Santa para pedir por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Vienen grupos. El otro día había 15 o 17 personas. Creo que esta oración constante ante el Santísimo Sacramento, que lo exponemos, para pedir al Señor que nos envíe vocaciones sacerdotales y militantes seglares parece que es significativo. Es una cosa que demuestra nuestro interés por las vocaciones.

-¿Qué puede hacerse desde la Iglesia para alimentar las vocaciones?

-Vivir el Evangelio, los que estamos ya dentro, con alegría y con ilusión. El Papa lo subraya mucho: vivir el Evangelio con alegría. Eso también infundirá interrogantes en la juventud. La juventud está muy distraída por la sociedad del consumo. Quizá llegue un día en que las cosas cambien a mejor. Tenemos que confiar y tener esperanza.

-¿Echa de menos algo ahora mismo?

-No, no echo de menos nada. Lo vivido, vivido está. Pero no echo nada de menos de lo que he vivido. Nunca volvería al día anterior. Hoy no volveré al día de ayer. Y espero que el día de mañana sea mejor. Como dicen los enamorados en el Día de San Valentín: “te quiero más que ayer pero menos que mañana”. Creo que el mundo está hoy mejor que ayer, pero peor que mañana. Y esto a pesar de las guerras, de los odios y de las personas malas que puede haber.

-¿Piensa a veces en la muerte?

-Pienso mucho en la muerte, es curioso. Es una de las cosas en las que más pienso. Casi cada día. Tengo a mucha gente alrededor. Después de reunirles para leer el Evangelio, paso por las habitaciones de los inválidos y las inválidas, que no pueden moverse. Les dirijo unas palabritas, rezamos el Ave María con los enfermos. A uno, por ejemplo, le digo: “José Serrano, tú tienes 82 años, yo tengo 84 y voy para los 85 y espero llegar a los 90“. Me dicen: “Gracias por habérmelo dicho, mañana me lo dices también” (ríe). Ésta es mi vida. Aprendo y me siento acogido aquí. Como en casa, estoy muy bien.

-¿Cómo le gustaría que se le recordara?

-Diré una cosa. Quisiera que no se me recordara. Esto sería para mí, que se pensara: “Pasó una persona, que se llamó Ramón Buxarrais Ventura”. Y nada más. No deseo que nadie me recuerde. Quiero morir aquí y que me incineren y que mis cenizas vayan a la fosa común. Sin nombre ni epitafio. Quisiera que no se me recordara.

Fuente Religión Digital

General, Iglesia Católica , , , , , , , , , , , ,

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.