El Papa defendió modelo de familia tradicional y excluyente para criar a los hijos
El sumo pontífice bautiza a un bebé en el Vaticano. (Imagen: AP).
Lo sentimos, Francisco… A lo que tiene derecho un niño es a ser amado… lo que no garantiza necesariamente el tipo de familia tradicional… ¿hay que recordar cómo tantos jóvenes son echados de sus casas por ser homosexuales?
Jarro de agua fría para todos aquellos que esperan que el nuevo papa pase de las palabras a los hechos en el muchas veces anunciado proceso de aperturismo en cuestiones morales, incluida la homosexualidad. Jorge Bergoglio inauguró el pasado lunes una conferencia interreligiosa en el Vaticano sobre la familia tradicional, en la que rechazó de manera implícita el matrimonio igualitario y la adopción homoparental. Este coloquio interreligioso ha reunido en el Vaticano durante tres días a dirigentes católicos, judíos, musulmanes y otras confesiones con el “fin de proponer de nuevo la belleza de la unión natural entre el hombre y la mujer en el matrimonio”.
Humanum, “un coloquio internacional interreligioso sobre la complementariedad del hombre y la mujer” según lo define su página web, tenía como objetivo aunar posiciones entre las distintas religiones para luchar contra el matrimonio igualitario y en él han participado, durante tres días, unos trescientos representantes de catorce confesiones como el jainismo, el judaísmo, el anglicanismo o el mormonismo, además del catolicismo. En el discurso de apertura, el papa afirmó que la unión entre un hombre y una mujer está “en la raíz del matrimonio” y que “los niños tienen derecho a crecer en una familia con un padre y una madre capaces de crear un entorno adecuado para el desarrollo y la madurez emocional del niño”, según extractos de su discurso difundidos por la radio vaticana.
Según el papa Francisco, “el matrimonio y la familia están en crisis”, porque “vivimos en una cultura de lo temporal, en la que cada vez más gente está renunciando al matrimonio como un compromiso público”. A pesar de que no hizo ninguna mención explícita a gays y lesbianas, el discurso del pontífice podría incluso ser suscrito por alguno de los mandatarios africanos, por ejemplo cuando declaró que “la revolución en las costumbres y la moral ha enarbolado con frecuencia la bandera de la libertad, pero en realidad ha traído la devastación material y espiritual a innumerables seres humanos, especialmente a los más pobres y los más vulnerables”.
Varios de los líderes religiosos participantes en la conferencia han mostrado su acuerdo con las declaraciones del papa. Russell Moore, de la Convención Baptista Sureña, celebró que la concepción excluyente del matrimonio “no pueda ser revisada por las ideologías actuales”. Henry B. Eyring, de la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días (comúnmente conocida como iglesia mormona), también expresó su satisfacción porque las diferentes confesiones se hayan mostrado unidas sobre la “santidad del matrimonio entre un hombre y una mujer”.
Por su lado, el cardenal Gerhard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, había resaltado el domingo, en el Osservatore Romano, diario del Vaticano, que “el primer lugar de la diferenciación sexual (…) es la experiencia de la filiación”.
El Vaticano celebró el mes pasado un Sínodo sobre la Familia, reuniendo a cardenales y obispos, que dio lugar a fuertes tensiones, fundamentalmente sobre la cuestión de la homosexualidad.
Los activistas LGTB, como es lógico, se han sentido decepcionados, pero algunos de ellos han visto en las declaraciones de Bergoglio una confirmación de su escepticismo previo con respecto a los repetidos mensajes de apertura moral. Jeremy Hooper, asesor de GLAAD, publicó en Twitter una foto de su hija con el texto: “Mientras #Humanum ataca a mi familia, yo celebro la alegría de ser padre. De la vida. Del amor”. “Durante los últimos dos años, he escuchado cada vez a más personas decirme que el papa Francisco es algo así como un activista secreto LGTB”, añadía Hooper. “Tenía, como mínimo, reservas. Ahora debo decir por desgracia que su discurso de apertura en esta convención solo ha reforzado mi escepticismo”.
En definitiva, vuelve a quedar de manifiesto la debilidad del tan proclamado proceso de flexibilización del rigorismo moral católico encabezado por el papa. Frente a declaraciones inclusivas como mencionar la homoparentalidad al referirse a la necesidad de abrirse a nuevas realidades o mostrarse abierto a aceptar las uniones civiles, a la hora de la verdad parece que la ortodoxia sobre la homosexualidad se impone. Así quedó también de manifiesto en el documento final del reciente Sínodo de la Familia, que había generado unas expectativas que se tornaron en decepción.
Fuente Los Andes
General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), Judaísmo
Comentarios recientes