Pozo blanco del amor del hortelano. En memoria de S. Juan de la Cruz) (I-IV)
Del blog de Alfonso J. Olaz El Rincón del Peregrino:
Pozo blanco del amor del hortelano
(En memoria de S. Juan de la Cruz) (I-IV)
Pozo blanco del hortelano divino (I)
Descanso de amores ya cumplidos
Terminada la tarea, y comenzando ya el reposo bien merecido
El hortelano te ofrece sus amores,
De todos sus jugos que embriagan y no dan amargura.
De flores olorosas, fragancias divinas
De rosas sin espinas, De mieles que saben al amado.
Amores que no hechizan,
Dardos que van directamente al corazón
Amor que hiere de amor, sin heridas que desangran,
Sin marcas ni cicatrices siendo corazón amado.
Fundiéndose en el Sol del amado,
Y ya habiendo entregado tu corazón partido
Ahora lo recibido será el corazón del amado
Cantos que se hacen amores,
De lenguas varias y con muchos sentidos.
Sentidos que se hacen divinos, de corazón, con mucho amor.
Alma que toda se trastoca,
Llorando el corazón de los sentidos que la razón no alcanza
Y volando tan alto, tan alto,
Que nada puede hacer y solo dejarse hacer
Ya no hay miedo, Ya no hay muerte
No es muerte porque es vida muy sentida,
Que rompe todos los sentidos,
De esta vida y sabe que eso es la Vida.
Ya no hay miedo, y de miedo nadie muere
Y en el miedo no está la Vida
Es Vida que es más grande que el miedo,
Pues es Vida y de esto nadie ha muerto.
Y sí de Vivir con Miedo,
Que es la Muerte en vida, Sin vivir
Y morimos sin haber vivido,
Olvidando que hubo un hombre hortelano que está vivo,
Y esperando a que le demos vida,
Para ser Vida de nuestra vida.
Pozo blanco del amor del hortelano (II)
En las luces y olores de tu huerto,
Que no son de esta tierra mojada
Que está siempre iluminada,
De los vestidos de sus frutales
De las flores que son para la amada
Y de los frutos que recoge el amado.
En este Valle de Lágrimas que hacemos,
Es posible un lugar llamado paraíso
Del paraíso ya aquí también recibido,
Donde es posible el amor del amado
Y Él te susurra que seas paraíso,
Donde caben todos, todos, Todos…
Seré paraíso para todos, para todos mis hermanos.
El huerto del Hortelano Junto al pozo blanco (III)
Junto a la casita de mi amado,
Seré fraternidad para todos mis hermanos
Pozo blanco del amor del hortelano
Huerta divina en la brisa del mediodía,
Que seca el sudor del amado.
En la tarde peina sus cabellos de caracol de plata
Para en la gran noche danzad, amado con amada
Entre sus rosales, besos de fresa
Y entre las fresas,
Cintas de tus amores de todos tus colores.
En el huerto luce un pequeño jardín,
En el jardín una fuente, en la fuente una jarra
La Jarra es del hortelano divino
Y junto a ella unos vasos para invitar a sus amigos
Agua fresca con limón, con menta y albahaca.
Enamorados, Pasos de dos amores,
Ritmos de la guitarra del hortelano,
Adagios, Arabescos, giros y saltos perfectos.
Y allí los dos os miraréis entre las estrellas
Y subiréis a ellas, sin las miradas del hombre
Con la escalera del Maestro divino
Con su bendición, sombrero de plata y bastón de nácar
Y allí tocando la más alta estrella,
Me darás a probar de lo que me diste el otro día
Amor que no cesa, que embriaga sin resaca
Rasgando dulcemente la tela de la amada,
Sin dolor, sintiendo, sin sentidos.
Cantando sin garganta,
Con la tuya tocando el Arpa de tu memoria divina,
Entre los rosales y las moreras de tu huerto
Y allí de las parras de tus uvas,
Me darás de ellas para saciar mi sed por mi amada
Y mi amada recibirá lo que yo no le di y siempre me pidió:
Ir por donde yo no quería ir, para hacer lo que yo no quería hacer.
Pozo blanco del amor del hortelano Hortelano divino (IV)
Que cada día riegas y estercolas tu huerto,
Eres Amor que enamoras Todo…
Y en tu locura del Amor por el hombre,
Te has fijado para darle de tu brisa,
Y tu corazón se lo has dado Todo.
¿Cómo es posible amar?
¿Y morir cada día por el amor que te has dado?
¡Haciéndote el menor entre los menores!
Humillándote siendo Dios, Creo porque eres Padre.
Pozo blanco del amor del hortelano
Y porque eres el Maestro Hortelano del pozo blanco
Has dejado en cada uno de nosotros,
Ser semilla en tu huerto,
Vivir en tu pozo blanco,
Cerca de tu fuente junto a la casita del hortelano.
Para que creamos que somos de tu misma familia
Que siempre hemos estado junto a tu parentela,
Y somos de tu descendencia.
La misma que pasaba las tardes en Nazaret,
Junto a tu madre María, Y tu padre José.
En vuestro pequeño huerto, Limpio y recogido
Esperando a que la voz del sol se recogiera.
Para contemplar la noche divina con Jesús
Y junto a vosotros, querida familia
Escuchar los cuentos y cantos que tuvimos en aquellas noches,
Que nos has dejado Y ahora ya son nuestras.
Pozo blanco del amor del hortelano
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Alfonso Olaz
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Segunda imagen tomada de https://www.educo.org/blog/por-que-son-importantes-los-huertos-escolares
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