Historia de Dios en la Biblia: Padre-madre, varón y mujer
Éste es un tema que sigue apasionando y dividiendo a estudiosos y gente de la calle, a clérigos y laicos, creyente sy no creyentes…
Si hay “algo” que se parece a Dios (que en cierto sentido “es” Dios) es el ser humano: Varón y mujer, madre y padre, hermana y hermano, amiga y amigo, adulto y niño etc. etc.
Así lo ha “sentido” y lo ha dicho la Biblia en un camino apasionante de experiencia y búsqueda que no ha terminado todavía.
Muchos han banalizado el tema, como si Dios fuera “espíritu puro” (sin rasgos de madre y de padre, sin cuerpo y sin “cristo”, sin pobres…”, creando así una religión desencarnada, contraria a la confesión de Jn 1, 14 y del mismo concilio de Calcedonia.
Otros muchos (y entre ellos cierta jerarquía de la Iglesia Católica) no se han querido enterar, y muestran bien que no han leído la Biblia (nos lo dijo de forma apasionada K. Rahner, nada sospechoso de anticatólico), por su forma de entender los ministerios masculinos (y negar los femeninos…).
Otros, en fin, siguen abiertos a las experiencias y preguntas abiertas por la historia de Dios en la Biblia, y entre ellos quiero contarme, y así lo he puesto de relieve en este libro.
La edición castellana apareció hace unos meses (primavera 2017, en PPC, Madrid: Imagen 2). Este mes se publica la edición italiana (imagen 1), con un título quizá más ajustado, en una prestigiosa editorial: Queriniana, de Brescia, en la colección GDT, Giornale di teologia 405.
Dios aparece en la portada como zarza ardiente, el Señor Yahvé, que no puede decirse ni nombrarse, pero que abre un camino de luz para la vida de los hombres y mujeres, como padre-madre, varón-mujer, comunión de vida.
Sigo poniendo en esta postal parte del prólogo de la edición castellana, con el texto de la contraportada y solapas de la edición italiana. Buen día a todos, con el Dios padre-madre.
Prólogo edición castellana
Los judíos dicen que es Yahvé (Soy-el-que-Soy), pero no se atreven a pronunciar su nombre. Los cristianos le llaman Abba (Padre), otros le ven como Señor, Gran Espíritu, Espíritu Absoluto… Yo quiero contar su historia en este libro, siguiendo el argumento de la Biblia, y presentarle como Abba-Imma (Padre-Madre), en el lenguaje de Jesús, que era arameo.
No es el nombre lo que más me importa, sino la historia de su Vida en nuestra vida. Con ese fin he debido recoger aportaciones fundamentales de la Biblia judía y cristiana, realizando una exégesis o lectura meditada y razonada de la Palabra de Dios, en perspectiva personal y social, cultural y religiosa. He llegado a la conclusión de que nosotros, cristianos del siglo XXI, seguimos formando parte de la historia de ese Dios de la Biblia, que es Padre-Madre, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, de forma que al hablar de Dios estamos hablando de nuestra propia vida.
El tema puede resultar complejo, no sólo porque se refiere a Dios, sino porque algunos de sus nombres (Yahvé, Elohim, Padre, Madre…) parecen hoy menos evidentes, y la historia de su revelación nos puede parecer lejana. Yahvé (el Señor), nombre clave del Dios israelita, resulta enigmático; y Padre, nombre central del Dios de Jesús, parece decirnos ya poco, pues se dice que la figura paterna ha perdido importancia en esta nueva sociedad que no quiere jerarquías patriarcales. Algunos añaden, de un modo simplista, que las dificultades de Dios se arreglarían volviendo a presentarle nuevamente como Madre, rechazando sus implicaciones patriarcales; pero el asunto de fondo (¡Dios!) es más complicado, y no todos concuerdan con la forma de actualizar su figura. Leer más…
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