La Corte Suprema de la India ha emitido una sentencia que obliga a ese país a reconocer un “tercer sexo” en los documentos oficiales para dar acomodo jurídico a la realidad de las personas transgénero, una comunidad especialmente discriminada en la India. Pero la sentencia va más allá al ordenar tanto al gobierno federal como a los gobiernos de los estados incluir específicamente a las personas transgénero en los programas de ayuda social y en materia de educación, sanidad y trabajo.
Es por ello que la sentencia de la Corte Suprema india puede considerarse histórica al reconocer derechos y proporcionar un marco de protección jurídica más general a las personas transgénero. Conviene aclarar que las tradiciones india y paquistaní reconocen a los “eunucos” o hijras, como se les llama en lengua urdu, y que en su mayoría son mujeres transgénero. Si bien han tenido asignadas ciertas funciones en la cultura tradicional, a día de hoy estas personas pertenecen al estrato más mísero de la sociedad y la mayoría vive en la marginalidad, siendo sujeto de discriminación a la hora de acudir a la escuela o a los hospitales o de ser propietarias o arrendatarias. A veces son directamente asesinadas. En muchos casos la discriminación llega más allá de la muerte, al negársele la celebración de los ritos funerarios habituales. Por ello con frecuencia se ven obligadas a establecerse juntos en colonias o barriadas separadas, que con frecuencia han sido atacadas u hostigadas, incluso por las propias fuerzas del orden.
“Los transexuales son también ciudadanos de este país. Es el derecho de cada ser humano elegir su género”, dijeron los jueces K. S. Radhakrishnan y A. K. Sikri en la sentencia. De esta manera, el Tribunal Supremo de la India dictaminó este martes que los transexuales son un “tercer género” y ordenó al Gobierno que los trate como tal en los documentos oficiales, de acuerdo con fuentes judiciales citadas por los medios locales. El máximo organismo judicial indio también pidió al Ejecutivo que considere a los transexuales como un grupo “social y económicamente subdesarrollado” y que reserve trabajo público y plazas en centros educativos para ellos. “El espíritu de la Constitución es proporcionar oportunidades iguales a cada ciudadano para que crezca y alcance su potencial sin importar su casta, religión o género”, se explica en la sentencia.
Hasta ahora los transexuales debían marcar la casilla “hombre” o “mujer” en los documentos oficiales, pero tras la sentencia del Supremo el Gobierno deberá emitir pasaportes y licencias de conducir que incluyan el nuevo género. Además, a partir de ahora se incorporan al sistema de “discriminación positiva” indio que desde 1950 reserva puestos de trabajo público y en universidades para los miembros de castas bajas.
En la India, las personas transexuales se enfrentan a una gran discriminación y muchas veces no tienen más remedio que dedicarse a la prostitución, tras ser rechazadas por sus familias y la sociedad, a pesar de que en el país existe la tradición de las “hijras”, transexuales o travestis que forman parte de una comunidad como gurús y bendicen recién nacidos y matrimonios.
La sentencia llega después de que el Supremo declaró ilegales las relaciones homosexuales el pasado 11 de diciembre, cuatro años después de que el Tribunal Superior de Nueva Delhi las legalizase.
La India sigue así el ejemplo de su vecina Pakistán, donde ya los hijras han conseguido reconocimiento legal. Fue en 2009 cuando la Corte Suprema de ese país ordenaba que se les censara, se les permitiera tener documentación propia que les reconociera como un tercer sexo y se tuvieran en cuenta sus necesidades. De hecho ya en la propia India habían visto conquistado su derecho, también en el año 2009, a identificarse como una categoría separada de los sexos masculino y femenino en los formularios de registro electoral, un documento de gran importancia en un país de más mil millones de habitantes y con grandes dificultades para censar a su población.
También en otros países, como Nepal o Australia
También en Nepal, otro vecino de la India, las personas transgénero e intersexuales pueden registrarse como un tercer sexo si así lo desean. Una posibilidad que fue autorizada en mayo de 2012. Los documentos de identidad sin identificación de género empezaron a emitirse en enero del año pasado. Pero no solo los países asiáticos han establecido este tipo de soluciones para las personas cuya identidad no es conforme a uno de los dos sexos tradicionales. También lo han hecho, aunque de distintas formas, algunos países occidentales. En Alemania, ya desde el pasado noviembre, los padres pueden decidir qué sexo debe figurar en el certificado de nacimiento de sus hijos y tienen la opción de dejar en blanco ese campo del certificado.
Y en Australia ya desde 2011 es posible que personas transgénero e intersexuales se acojan a una tercera categoría de género (“indeterminado, no especificado o intersexual”) en los pasaportes, sin que ello signifique que las personas transexuales que deseen modificar el género de masculino a femenino o viceversa no puedan hacerlo de acuerdo a los cauces legales establecidos para ello. Hace pocos días, además, la Alta Corte australiana daba definitivamente la razón a una militante transgénero de Sydney que llevaba años batallando para conseguir el reconocimiento del estatus de “sexo no identificado” de forma general. Tras conseguirlo momentáneamente en 2010, el eco mediático alcanzado por la noticia (tratada en muchos casos de un modo amarillista) movió al fiscal general de Nueva Gales del Sur a intervenir en el asunto y pedir aclaraciones, al tiempo que la oficina del Registro Civil comunicó a la activista que el certificado que ya le había sido entregado no era válido dado que este solo podía consignar dos posibilidades: o sexo masculino o sexo femenino. Cuatro años después la justicia le ha dado la razón. Habrá que ver ahora qué ajustes legales hacen tanto el estado de Nueva Gales del Sur como la autoridad federal australiana en respuesta a la sentencia.
Fuente Cáscara Amarga y Dosmanzanas
General, Historia LGTBI
A. K. Sikri, Hijras, India, K. S. Radhakrishnan, Nueva Delhi, Sentencia, Tercer sexo, Transexuales, Transexualidad, Tribunal Superior
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