Guido Westerwelle, exministro de Exteriores abiertamente gay, culpa a Merkel de impedir el matrimonio igualitario en Alemania.
El que fuera vicecanciller y ministro de Exteriores durante el anterior Gobierno alemán, Guido Westerwelle, ha señalado a la canciller Angela Merkel como la responsable de que el país carezca todavía de matrimonio igualitario. El político liberal parece olvidarse, de esta manera, de las numerosas votaciones en las que su partido, el FDP, apoyó a los democristianos de la CDU/CSU en contra de la igualdad LGTB.
Retirado de la vida pública desde que tomara posesión el Ejecutivo de gran coalición entre la CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD, Westerwelle ha concedido una entrevista al semanario Stern en la que habla de sus vivencias como uno de los principales políticos abiertamente homosexuales de Alemania. En ella llama la atención la nula asunción de responsabilidades por la falta de avances en materia de derechos de gays y lesbianas, que achaca únicamente a la voluntad de Angela Merkel.
Westerwelle se felicita por la reacción positiva del Gobierno alemán a la salida del armario del exfutbolista Thomas Hitzlsperger, pero declara que habría preferido “la igualdad legal completa de las uniones civiles entre personas del mismo sexo con el matrimonio”. El exministro del FDP afirma que fue la oposición de la canciller la que impidió esta medida, y la emplaza a hacerlo ahora: “Está en sus manos”. Westerwelle, sin embargo, volvería a alinearse con los democristianos para gobernar en coalición, si tuviera la oportunidad (el FDP no consiguió entrar en el Bundestag tras las elecciones del pasado septiembre). Y ello a pesar de opiniones como las del exministro de la CDU Norbert Blüm, quien hace unas semanas negó a las familias homoparentales el carácter de tales e instó al Tribunal Constitucional alemán a “no ceder” a la igualdad LGTB. Según Westerwelle, “el SPD no era mucho mejor”.
En cuanto a la política exterior, el exministro defiende su lucha contra la discriminación y la penalización de la realidad homosexual en los países árabes y del este de Europa: “Era en primer lugar el ministro de Exteriores, y en segundo lugar, un ministro de Exteriores gay”. Westerwelle reivindica su papel en países como Arabia Saudí, en donde defendió los derechos humanos “de una forma mesurada y diplomática, como es habitual a nivel internacional en temas controvertidos”; y afirma que, si fuera miembro del Gobierno, viajaría a las olimpiadas de invierno de Sochi (a cuyo boicot se opuso), “y no iría solo”. El político liberal acaba con un pronóstico: para cuando muera, “ser gay será lo más natural del mundo”.
Los liberales en el Gobierno: unos fieles aliados de Merkel
Conviene no olvidar, en casos como este, la posición que mantuvo el FDP cuando gobernó en Alemania en coalición con la CDU/CSU de Angela Merkel, entre 2009 y 2013. Los liberales no se separaron en ningún momento de las directrices de sus socios democristianos y votaron en contra de prohibir las “terapias reparadoras” de la homosexualidad en menores, de la equiparación fiscal de las parejas del mismo sexo, de ampliar la protección contra los crímenes de odio homófobos o del propio matrimonio igualitario, entre otros ejemplos.
A nivel regional, el FDP volvió a quedar recientemente en evidencia cuando el jefe del grupo parlamentario liberal en el estado de Baden-Wurtemberg, Hans-Ulrich Rülke, declaró que considera “otras formas de vida como tolerables, pero no como equivalentes”, en referencia a las parejas del mismo sexo, y se mostró partidario de “favorecer a la familia”, negando por tanto tal carácter a las familias homoparentales. Una homofobia tan evidente que un compañero de partido expresó su “vergüenza” y movió finalmente a Rülke a retractarse parcialmente.
Fuente Dosmanzanas
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