Nathan Deal, gobernador de Georgia
De haber sido aprobado, protegería a líderes religiosos y a propietarios de negocios que se nieguen a dar servicios a homosexuales si consideran que contradice sus creencias religiosas.
“Ley de libertad religiosa” de Georgia permitiría la discriminación contra personas homosexuales.
Hollywood se había unido para rechazar el proyecto de ley homófobo de Georgia, destino muy apreciado en Hollywood para rodajes por sus jugosos incentivos fiscales.
Como recordaban desde Human Rigths Campaign, existen cerca de 200 proyectos de ley discriminatorios contra el colectivo LGTB, que afectan a 32 estados de los Estados Unidos, aún pendientes de resolución. Por eso, el goteo de este tipo de proyectos, que mayoritariamente se escudan en la supuesta defensa de la libertad religiosa, es constante. En estos últimos días se han aprobado tres de esas leyes, que en meyor o menor medida afectan a los derechos de las personas LGTB. En Carolina del Norte y Kansas han recibido el respaldo final de sus gobernadores y han sido promulgadas. En Georgia, sin embargo, la ley que hubiera permitido negar prestaciones, servicios y empleo a las personas LGTB por razones religiosas ha sido vetada por su gobernador, aunque aún puede debatirse el levantamiento de ese veto.
El gobernador de Georgia, Nathan Deal, dijo que vetarría el proyecto legislativo que protege a los detractores de los matrimonios entre personas del mismo sexo después que varias compañías amenazaran con boicotear al estado si se convertía en ley.
Deal anunció su decisión en una conferencia de prensa en su oficina en el Capitolio estatal: “He examinado las protecciones que este proyecto se propone suministrar a la comunidad religiosa y no puedo hallar ejemplos de cualquiera de dichas circunstancias en nuestro estado. […] No creo que tengamos que discriminar a nadie para proteger a la comunidad religiosa en Georgia”.
El Senado y la Cámara de Representantes de Georgia, ambas en manos republicanas, aprobaron el proyecto de ley HB 757, que permitía rehusar la prestación de servicios por parte de empresas y comercios a las personas LGTB, siempre que se adujera “una sincera creencia religiosa”. Aún más, el texto aprobado concedía el derecho a las empresas de rechazar la contratación de personas LGTB, o incluso de despedir a las ya contratadas, si se aducía la misma excusa. El calado discriminatorio de la ley era tal, que el propio gobernador de Georgia, el también republicano Nathan Deal, expresó su desacuerdo cuando aún se estaba tramitando. La mayoría de legisladores republicanos aprobó el proyecto para satisfacer las exigencias de los sectores más consevadores del estado y a exaltadores de la religión. Así, el texto legal contemplaba una protección especial para las iglesias y grupos religiosos que se opusieran a casar a parejas del mismo sexo y a la instrumentalización de la fe como argumento para negarse a prestar un servicio o contratar a alguien para un trabajo determinado.
Los que se opusieron al proyecto defendieron que la ley pretendía legalizar la discriminación y podría ocasionar incongruencias con las ordenanzas locales que protegen a lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales. En aquella ocasión, Deal advirtió de que si no desaparecía cualquier referencia a la discriminación de las personas LGBT del proyecto de ley, ejercería su derecho a veto. El gobernador estimaba que se debía proteger el derecho de los ciudadanos a profesar las creencias religiosas, pero que “para hacer eso no debemos discriminar a otras personas”. También esperaba que sus correligionarios “reconozcan que el mundo está cambiando a nuestro alrededor”. Es más, llegó a considerar en sus declaraciones que la discriminación de una minoría estaba en contra de las enseñanzas de Jesús en la Biblia.
Pero la Cámara de Representantes del estado desoyó los consejos del gobernador y aprobó definitivamente el proyecto de ley, haciéndoselo llegar posteriormente para su promulgación. Desde todo el país llegaron voces de protesta por la aprobación de la ley LGTBfoba, sobre todo, al menos por su repercusión, por parte de grandes empresas, corporaciones y equipos deportivos. La lista incluía a Atlanta Braves, Atlanta Falcons, Atlanta Hawks, Dell, Disney,Dow Chemical Company, la Cámara de Comercio de Georgia, Hilton, Intel, Intercontinental Hotels, Live Nation Entertainment, Marriott, Marvel, MailChimp, Metro Atlanta Chamber, Microsoft, la liga de fútbol americano (NFL), Paypal, Salesforce, Square, Time Warner, Turner, Twitter, Unilever, The Weinstein Company, Virgin, Yelp, AMC, Viacom, Starz, 21st Century Fox, Lionsgate, Netflix, CBS, Sony, Comcast y MGM.
Disney y su filial Marvel amenazaban con dejar de rodar en Georgia producciones como Guardianes de la Galaxia 2. La NFL informaba que, de promulgarse la ley, Atlanta no acogería la Superbowl en 2019, quizás el acontecimiento deportivo más importante de Estados Unidos. Estudios de televisión y cine radicados en Georgia, como Tyler Perry Studios, comunicaban que cambiarían su sede de estado si se aprobaba “el fanatismo”. Figuras del espectáculo expresaban su indignación y solicitaban su veto el gobernador.
Coca-Cola y otras empresas poderosas de Georgia se sumaron a la Liga Nacional de Fútbol, a prominentes figuras de Hollywood y a los más importantes estudios de cine para pedir a Deal que rechazara la propuesta. Algunos amenazaron boicotear al estado si el gobernador no ejercía el veto.
Deal dijo que hubiera aprobado el proyecto de ley en su forma original, que se limitaba a proteger a los clérigos que no quisieran unir matrimonios de personas del mismo sexo. Pero agregó que su veto tenía como fundamento “el carácter de nuestro estado y de nuestro pueblo; Georgia es un estado acogedor, lleno de gente amorosa, amable y generosa”.
Disney, Viacom, AMC, Starz, 21st Century Fox, Lionsgate y Weinstein Company son algunas de las compañías que rechazaron el proyecto de ley conocido como “HB 757“ que, de ser aprobado, protegería a líderes religiosos y a propietarios de negocios que se nieguen a dar servicios a homosexuales si consideran que contradice sus creencias religiosas.
Estudios, compañías y cineastas de Hollywood se habían unido para mostrar su rechazo y amenazar, incluso, con un boicot a Georgia si finalmente el gobernador de este estado firma una polémica ley contra los homosexuales. “Disney y Marvel son compañías que van de la mano, y aunque hemos tenido experiencias geniales rodando en Georgia, planearemos trasladar nuestros equipo a otro lugar si cualquier legislación que permita prácticas discriminatorias se convierte en ley estatal”, aseguró ayer un portavoz de Disney, según el portal especializado Deadline.
También se pronunció la compañía Viacom, a la que pertenecen Paramount, Comedy Central, Nickelodeon y MTV, que aseguró que la diversidad y la aceptación son “valores centrales” de su empresa y urgió al gobernador de Georgia a “resistir y rechazar” el proyecto de ley, informó el medio especializado “The Hollywood Reporter”. Time Warner, dijo que la ley “claramente viola los valores y principios de inclusión”, y Weinsten Company, afirmó que no respaldará “la discriminación de las personas LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) o de cualquier americano“, se unieron también al movimiento de rechazo.
Asimismo, los artistas de Hollywood movieron ficha y treinta figuras del cine firmaron una carta junto a The Human Rights Campaign, la mayor organización de Estados Unidos para la defensa de los derechos civiles de la comunidad LGBT. El texto, dirigido al gobernador de Georgia, el republicano Nathan Deal, pide que se vete el proyecto de ley para enviar así un “potente mensaje” de que este estado “no tolerará la discriminación contra ciudadanos, trabajadores y visitantes”. Entre los firmantes de esta carta de protesta se encuentran los actores Julianne Moore, Anne Hathaway y Matt Bome; los guionistas Diablo Cody y Aaron Sorkin, y los cineastas Gus Van Sant, Seth MacFarlane y Rob Reiner.
Varios legisladores señalaron que la aprobación de la llamada “Ley de libertad religiosa” de Georgia crearía “ciudadanos de segunda clase” y permitiría la discriminación contra personas homosexuales.
El gobernador de Georgia ha expresado en varias ocasiones su preocupación ante la aprobación de la ley por parte de la legislatura estatal. No obstante, hasta el momento, no ha dicho si vetará o promulgará la “HB 757”. Conforme se acercaba la fecha límite del 3 de mayo, hasta cuando tenía de plazo Deal para pronunciarse, son cada vez más las empresas que se oponen a la propuesta, entre ellas las corporaciones Google, PayPal, Synovus, Intel y Hilton Worldwide.
Georgia se ha convertido en los últimos años en una pequeña meca del cine gracias a los incentivos fiscales aprobados para atraer a esta industria. De acuerdo con estimaciones de la industria, el estado ocuparía el tercer lugar en cuanto a producciones de cine y televisión, solo superado por California y Nueva York. Como muestra, Disney acaba de rodar en Georgia “Captain America: Civil War” y actualmente tiene en Atlanta la producción de “Guardians of the Galaxy 2“.
Y así ha sido, Nathan Deal comunicó este 28 de marzo que ejercía su derecho a veto y no promulgaba la ley. En un largo discurso, el gobernador explicaba lo innecesario de una ley semejante para proteger la libertad religiosa. Tomaba como ejemplo que la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos ya permitía a las iglesias rechazar la celebración de ceremonias que contraviniesen sus creencias, sin que se necesite que una ley lo estipulara. Curiosamente, también arguía que no son necesarias medidas especiales de protección por razones religiosas, porque en Georgia no existen leyes específicas que defiendan los derechos LGTB. Por supuesto, incluía referencias al daño económico y de imagen para el estado que la ley podía producir. Finalmente resumía así su decisión:
Como he dicho antes, no me parece que haya que discriminar a nadie para proteger a la comunidad de fieles de Georgia, de los cuales mi familia y yo formamos parte. Lo que haremos respecto a la ley HB 757 no estará encaminado únicamente a de la protección de la comunidad de fieles o la consecución de un clima de negocios que sirva para el crecimiento del empleo en Georgia.
Se trata también del carácter de nuestro estado y del carácter de su gente. Georgia es un estado de acogimiento, lleno de gente cálida, amable y cariñosa. Nuestras ciudades y nuestro campo están llenos de personas que adoran a Dios de miles de maneras y en muy diversos entornos. Nuestros ciudadanos trabajan los unos al lado de los otros sin tener en cuenta el color de su piel, o la religión que profesan. Estamos trabajando para mejorar la vida de nuestras familias y nuestras comunidades. Ese es el carácter de Georgia. Tengo la intención de hacer todo lo posible para que siga siendo así.
Por esta razón, veto la ley HB 757.
Chad Griffin, presidente de Human Rights Campaign, se ha felicitado por la decisión de Nathan Deal con las siguientes declaraciones: “El gobernador ha escuchado las voces de los habitantes de Georgia, de las organizaciones de derechos civiles, así como de los líderes de la industria del entretenimiento y del sector privado, que han condenado estos ataques a los derechos fundamentales de la población LGTB. Ha sentado un precedente que otras autoridades electas deben seguir”. Los líderes religiosos más intolerantes, sin embargo, han acusado al gobernador de rendirse ante la presión de las grandes empresas.
Los ponentes de la ley ya han amenazado con tomar medidas para revertir el veto. En todo caso, el gobernador Deal se ha unido así a sus homónimos de Indiana o Dakota del Sur, que también ejercieron su derecho a veto a leyes que vulneraban los derechos LGTB, influidos sin duda por la amenaza de graves pérdidas económicas si se terminaban promulgando.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga/Dosmanzanas
Cristianismo (Iglesias), General, Homofobia/ Transfobia.
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