El juzgado de Instrucción número 3 de Tolosa ha autorizado el primer cambio de nombre por motivos de transexualidad en Guipúzcoa que se ha materializado en una niña de cuatro años, vecina de la localidad de Asteasu, que ha pasado de constar como Luken a ser Lucía en el Registro Civil.
Lucía es una niña feliz, ajena al revuelo mediático que su caso esta generando por ser la menor transexual española de más corta edad. Con tan sólo 4 años, que consigue que le cambien el nombre en el DNI y posiblemente su caso es extraordinario porque cuando tan sólo tenía 3 años ya tenía muy claro su identidad sexual. Vive con sus padres en el pequeño pueblo guipuzcoano de Asteasu, de apenas 1.500 habitantes, y es una niña feliz y afortunada a la que le encanta la música y el ballet y a la que todos: vecinos, compañeros de colegio, parientes y padres respetan su firme determinación y le brindan todo su apoyo aunque el camino no sea nada fácil.
A Lucía le bautizaron con el nombre de Luken (Lucas en euskera) pero desde pequeña ya le gustaba jugar con muñecas, vestirse con ropa de chica y comenzó a hablar de sí misma en femenino en castellano (porque en euskera el género es neutro), que era como se identificaba. El año pasado les pidió a sus padres que les dijera a sus profesores y compañeros que ella era una niña y le trataran como tal porque estaba resuelta a afrontar todas las burlas. El auto, dictado en octubre de 2015, responde al expediente promovido por los padres de la menor que solicitaban el cambio de nombre y considera que existe una “justa causa” para llevar a cabo la modificación y porque la denominación femenina “Lucía” es la utilizada habitualmente. Un juzgado autorizó su cambio de nombre en el Registro Civil por motivos de transexualidad, es el caso más “prematuro” de España. Aunque el auto no ha trascendido hasta ahora, el juzgado de instrucción 3 de Tolosa resolvió el 28 de octubre a favor de la petición apoyándose en los informes médicos y en los testimonios de sus profesores y hasta el de la alcaldesa de Asteasu.
El juzgado de Tolosa recuerda que el artículo 4 de la Ley 3/2007 dispone que la rectificación registral de la mención de sexo se acordará siempre que la persona que lo solicite “acredite que le ha sido diagnosticada una disforia de género”, mediante un informe médico o psicológico.
En dicho informe deberá constar la existencia de una “disonancia entre el sexo morfológico o género fisiológico inicialmente inscrito y la identidad de género sentida por el solicitante”, así como la persistencia de esta circunstancia y que no exista un trastorno de personalidad.
El auto entiende que existe un “motivo justificado” que acredita el cambio de nombre por la necesidad de “adecuar la realidad social de Luken a su realidad registral” y en que existe un informe médico que constata la disforia de género del pequeño.
Esta condición implica “una identidad femenina que exterioriza” el menor “no solo físicamente, sino en su comportamiento, a pesar de su corta edad” que hace que sea “tratado como mujer”.
Respecto al uso del nombre Lucía, el auto asegura que viene acreditado por la declaración testifical de una compañera de clase que afirma que “tanto en el colegio como en el pueblo” se le llama de esta manera.
Para Lucía el asunto de su género quedó arreglado el día que le cambiaron el nombre en el perchero del colegio y siempre le repite a su madre: “Amá, cuando nacisteis me mirasteis el pitilín y pensasteis que era un niño, pero ahora me miráis el corazón y sabéis que soy una niña”.
Pero el camino no ha sido nada fácil para esta familia porque sus padres, Abi Labaien y Agus Arandia, y sus hermanos (ella es la tercera de cuatro) han tenido que afrontar esta situación pasando por diferentes estados de ánimo, desde la estupefacción pasando por el llanto y la alegría. Lo que comenzó como un juego terminó en ser algo que se convirtió en cotidianidad de Lucía que un día le preguntó a su madre “por qué tenía pene?”. Por eso, decidieron informarse recurriendo al asesoramiento y apoyo de la Asociación de Familias de Menores Transexuales, Chrysallis, donde encontraron comprensión y una segunda familia.
El año pasado, Abi y Agus pudieron decirle a su hija que había “niñas con pene” y el cambio en el Registro Civil ha sido una pequeña victoria en su “proceso de tránsito social”. Lo positivo de esta situación es que la familia está aprendiendo a reestructurar sus convicciones y la forma de ver la vida y que la niña vive en un entorno feliz porque hasta sus propios hermanos le ayudaron a elegir su nombre y a ella le encantó.
“La identidad sexual ya está determinada, en todos los seres humanos, sean hombre o mujer, entre los dos y los cinco años. Una cosa es la intensidad con la que cada niño lo reivindica y otra la intensidad con la que cada familia intenta escuchar”, opina la madre.
Los padres sólo piden reclamar al futuro Gobierno que la decisión de autorizar el cambio de sexo antes de los 18 años y es que los menores transexuales pueden -mediante resolución judicial- cambiar su nombre pero no su sexo. Los padres de Lucía dejarán que sea su hija la que decida libremente si quiere hormonarse cuando sea más mayor.
Al menos 30 menores habían logrado antes el cambio de nombre en el Registro Civil en España, pero ninguno tan joven como ella ya que para el cambio de género en la documentación se requiere ser mayor de edad y al menos dos años de tratamiento hormonal o la operación de cambio de sexo.
Este cambio de nombre es el segundo que se produce en la Comunidad Autónoma Vasca después de que en 2013 se aprobara otra petición en Vitoria, según ha informado la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis, que asegura que en el conjunto de España se han dictado alrededor de 30 autos en este sentido. Todavía hay una decena a la espera de resolución judicial o con ella denegada. La media de edad está en los 9 años.
Chrysallis ha pedido en un comunicado que la legislación registral prevea estas situaciones para permitir el cambio de nombre y la rectificación del sexo registral.
Fotografía: Publicada en Chrysallis
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