Comentarios desactivados en ABBA: Un grito del corazón
Del blog de Henri Nouwen:
“Llamar a Dios Abba no es darle un nombre familiar cualquiera. Llamar a Dios Abba significa entrar en la misma intimidad, sin temor, confiada,.. que Jesús tenía con Él. Esta relación se llama Espíritu y este Espíritu nos lo da Jesús que, con El, nos permite llamar a Dios Abba, Padre.
Llamar a Dios Abba, Padre, (véase Romanos 8,15; Gálatas 4,6) es un grito del corazón, una oración que nace de lo más hondo de nuestro ser. No es una manera de nombrar a Dios, sino que significa reivindicar a Dios como fuente de lo que somos. Ésta no es resultado de una ocurrencia del momento o de un convencimiento adquirido; es la reivindicación que hace el Espíritu de Jesús en comunión con nuestros espíritus. Es la reivindicación del amor.”
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú
me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
*
Blas de Otero Ángel fieramente humano (1950)
***
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
– “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario.”
Por algún tiempo se llegó, pero después se dijo:
– “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.””
Y el Señor añadió:
– “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?“
*
Lucas 18, 1-8
***
Toda oración nace de una situación de desconsuelo. Si ruego a alguien es porque tengo necesidad de él. Y si mi oración no es escuchada de inmediato, corre el riesgo de quedar humillada y puede hacer que me encierre en mí mismo, en un abismo aún más negro que aquel del que quisiera sustraerme: la desesperación. Toda oración que sea verdaderamente tal se sostiene, fatigosa y delicadamente, entre la desesperación y la esperanza.
Jesús nos sugiere que, cuando nos dirijamos a Dios, oremos siempre, sin cansarnos nunca. A largo plazo, por ser una oración verdadera, se confundirá con la espera humilde, paciente, vacilante, pero que no disminuye nunca, a no ser que quiera contentarme con una oración mágica, que haga saltar la respuesta de una manera automática, instantánea, barata.
Ahora bien, cuando se trata de oración verdadera, cuando se trata de la gran herida del mundo que se abre a la mirada de Dios, del fundamental desconsuelo del hombre que pide gracia, Dios desea que sea cara. Dios espera que el hombre luche con él, desea la confrontación entre la pobreza y la gracia, porque desea ardientemente dejarse vencer por la oración. Cuando un hombre grita su desconsuelo ante Dios – y no sólo el suyo propio, sino también la inmensa angustia del mundo-, se manifiesta y se realiza un gran misterio de amor. Dios escucha atenta, amorosamente, esta oración, como la respiración del universo.
Cuando la oración brota del corazón del hombre, es el mundo el que empieza a respirar. Dios se inclina y escucha esta oración convertida en el aliento secreto del mundo, que le da vida interior y que debe despertarlo a Dios. El mundo entero se encuentra, en toda oración, como un gran niño adormecido en los brazos de Dios y a punto de despertarse bajo su mirada, al rumor de su propia respiración.
*
A. Louf, Solo el amor será suficiente,
Cásale Monf. 1985, pp. 192-194, passim.
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú
me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
*
Blas de Otero Ángel fieramente humano (1950)
***
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
– “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario.”
Por algún tiempo se llegó, pero después se dijo:
– “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.””
Y el Señor añadió:
– “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?“
*
Lucas 18, 1-8
***
Toda oración nace de una situación de desconsuelo. Si ruego a alguien es porque tengo necesidad de él. Y si mi oración no es escuchada de inmediato, corre el riesgo de quedar humillada y puede hacer que me encierre en mí mismo, en un abismo aún más negro que aquel del que quisiera sustraerme: la desesperación. Toda oración que sea verdaderamente tal se sostiene, fatigosa y delicadamente, entre la desesperación y la esperanza.
Jesús nos sugiere que, cuando nos dirijamos a Dios, oremos siempre, sin cansarnos nunca. A largo plazo, por ser una oración verdadera, se confundirá con la espera humilde, paciente, vacilante, pero que no disminuye nunca, a no ser que quiera contentarme con una oración mágica, que haga saltar la respuesta de una manera automática, instantánea, barata.
Ahora bien, cuando se trata de oración verdadera, cuando se trata de la gran herida del mundo que se abre a la mirada de Dios, del fundamental desconsuelo del hombre que pide gracia, Dios desea que sea cara. Dios espera que el hombre luche con él, desea la confrontación entre la pobreza y la gracia, porque desea ardientemente dejarse vencer por la oración. Cuando un hombre grita su desconsuelo ante Dios – y no sólo el suyo propio, sino también la inmensa angustia del mundo-, se manifiesta y se realiza un gran misterio de amor. Dios escucha atenta, amorosamente, esta oración, como la respiración del universo.
Cuando la oración brota del corazón del hombre, es el mundo el que empieza a respirar. Dios se inclina y escucha esta oración convertida en el aliento secreto del mundo, que le da vida interior y que debe despertarlo a Dios. El mundo entero se encuentra, en toda oración, como un gran niño adormecido en los brazos de Dios y a punto de despertarse bajo su mirada, al rumor de su propia respiración.
*
A. Louf, Solo el amor será suficiente,
Cásale Monf. 1985, pp. 192-194, passim.
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú
me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
*
Blas de Otero
Ángel fieramente humano (1950)
***
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:
– “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario.”
Por algún tiempo se llegó, pero después se dijo:
– “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.””
Y el Señor añadió:
– “Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?“
Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.
Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.
El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.
Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada.
no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.
Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.
Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.
Nuevos Miembros
Para unirse a este grupo es necesario REGISTRARSE y OBLIGATORIO dejar en el FORO un primer mensaje de saludo y presentación al resto de miembros.
Por favor, no lo olvidéis, ni tampoco indicar vuestros motivos en las solicitudes de incorporación.
Comentarios recientes