El Gobierno de Italia no puede impedir la inscripción de matrimonios entre homosexuales en los registros civiles
El alcalde de Roma, Ignazio Marino, inscribió en octubre de 2014 a 16 matrimonios igualitarios celebrados en el extranjero en el registro civil de la capital
Varios Ayuntamientos de Italia, como el de Nápoles, Roma y Milán, han procedido a incorporar en sus registros matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero debido al vacío legislativo existente en el país transalpino.
La incorporación en el Registro Civil italiano de parejas homosexuales casadas en el extranjero solo podrá ser anulado por un tribunal y no por los delegados del Gobierno, tal y como había solicitado el ministro del Interior, Angelino Alfano.
Este fue el fallo del Tribunal Administrativo Local del Lazio (centro), que de este modo resolvió hoy la polémica levantada hace unos meses, cuando Alfano pidió a los delegados del Gobierno que recurrieran este tipo de prácticas en los municipios en los que se llevaran a cabo.
El pasado 18 de octubre, dieciséis parejas homosexuales registraron su unión en el ayuntamiento romano y ante el propio alcalde, Ignazio Marino. Ante este hecho, el titular de Interior, líder del partido conservador Nuevo Centroderecha, que forma parte de la coalición gubernamental, invitó a todos sus delegados a proceder y anular las transcripciones en sus ciudades.
El prefecto de Roma, Giuseppe Pecoraro, después de pedir a Marino que anulara los actos, emitió una ordenanza a tal fin y algunas parejas presentaron un recurso al Tribunal Administrativo Local, que falló hoy a su favor.
Marino celebró la sentencia y señaló que “todo esto debe ser ahora interpretado como un estímulo al Parlamento y al primer ministro Renzi para que inicie un recorrido legislativo que colme un vacío que en Europa solo existe en Grecia y en Italia”.
Flavio Romani, presidente de la asociación LGBT Arcigay, se congratuló del veredicto y solicitó la dimisión del ministro, a quien acusó de promover una persecución hacia el colectivo homosexual.
Este tipo de registros constituyen un gesto burocrático y únicamente local con el que se pretende solventar el vacío legal en el país, que carece de una legislación específica en este sentido.
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