El Papa cesa definitivamente al obispo derrochador de Limburg.
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Tebartz-van Elst gastó 31 millones de euros en su palacio episcopal
“La situación impide el ejercici fecundo de su ministerio“, afirma la Santa Sede
El papa Francisco aceptó hoy la renuncia del llamado “obispo del lujo” de Limburgo, el alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst, quien estaba suspendido desde octubre del año pasado por gastar 31 millones de euros en la construcción de su palacio episcopal.
La Santa Sede explicó que “la situación en la diócesis de Limburgo impide el ejercicio fecundo de su ministerio“, por lo que el sumo pontífice aceptó la dimisión presentada el 20 de octubre pasado por el purpurado y nombró como administrador de la diócesis a Manfred Grothe.
El “obispo de lujo”, de 53 años, fue castigado por el “papa de los pobres” por sus excéntricos y desorbitantes gastos para reestructurar la sede de su arzobispado. En los 31 millones de euros entró si su bañera personal -15.000 euros-, y su comedor de 63 metros cuadrados, por el que pagó casi tres millones de euros.
El proyecto, decidido por su predecesor, costaba unos 5,5 millones euros, pero los gastos de la obra han aumentado notablemente, hasta alcanzar los 31 millones de euros.
En octubre último, el Vaticano informó que Franz-Peter Tebartz-van Elst había sido suspendido tras “un profundo examen sobre la construcción de la sede episcopal”, realizado por el cardenal italiano Giovanni Lajolo, y dejaba la administración de la diócesis de Limburg en manos del vicario general Wolfgang Rösch.
La decisión fue anunciada dos días después de que Van Elst se reuniera con el papa Francisco en el Vaticano, donde se cree que rindió cuentas por sus gastos, que causaron un fuerte rechazo en su país y en la Iglesia.
El Vaticano en coordinación con la conferencia episcopal alemana puso en marcha una investigación sobre los gastos de remodelación de la sede de la diócesis de Limburgo en octubre del año pasado.
Finalmente, precisa que el obispo saliente Tebartz-van Elst recibirá a su tiempo otro encargo. El Papa Francisco pide al clero y a los fieles de la diócesis alemana que acepten las decisiones de la Santa Sede “con docilidad y queriendo esforzarse en encontrar un clima de caridad y reconciliación”.
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