“Benditos los herejes y los “herejes” “, por Héctor Alfonso Torres Rojas, Licenciado en Teología y Sociología
Leído en la página web de Redes Cristianas
A propósito de la excomunión de dos creyentes de a pié, líderes cofundadores del Movimiento Internacional “Somos Iglesia” (1995). Y de la excomunión permanente lanzada contra las mujeres obispas y sacerdotisas. Así no haya nueva declaratoria eclesiástica de excomunión, por el sólo hecho de haber recibido la ordenación, quedan excomulgadas, según el Derecho Canónico.
Pero las herejías y las “herejías” han permitido y permitirán profundizar la fe y ser más fieles al mensaje de Jesús de Nazaret.
Inicio esta columna con las palabras herejes y “herejes” porque no todas las excomuniones tuvieron razón. La historia ha mostrado en diferentes casos que la autoridad eclesiástica se equivocó, tuvo que reconocer su error y reivindicar post mortem a la víctima.
Jesus de Nazaret fue un hereje
Jesús de Nazaret fue un hereje para las autoridades religiosas de su tiempo. Quisieron acallar su palabra libre y sus gestos proféticos. Las autoridades del Templo y los doctores de la Ley, lo consideraron hereje. Y como hereje murió.
Pero además de haber sido un hereje, la persona de Jesús y su mensaje han sido y serán objeto de controversia por el significado que han tenido y tienen para una parte de la humanidad (menos del 35% de la población del Planeta es cristiana), es decir, seguirá habiendo herejías y “herejías”. Unas y otras ya no se pueden evitar a punta de excomuniones. Al contrario, se deben expresar y manifestar de manera libre, dentro de las iglesias y en la relación del mensaje cristiano con las demás religiones y culturas del mundo. Jesús fue objeto de controversia desde sus días terrenales y seguirá siendo objeto de controversia hasta cuando exista la comunidad de creyentes.
La excomunión no tiene hoy el mismo significado
A pesar de lo que puedan afirmar las autoridades eclesiásticas, por el cambio de paradigmas, en el mundo y dentro de las iglesias, la excomunión ya no tiene hoy el mismo significado, efecto y peso que ayer, por varias razones:
1. Porque se ha ganado el derecho a la libertad de conciencia, a la conciencia liberada, a la libertad de pensamiento, a la libertad de expresión oral o escrita, inclusive para las y los creyentes.
2. Porque muchas cuestiones teológicas son vistas desde varios ángulos, comenzado por la interpretación de los textos bíblicos. La historia de la iglesia y de la teología muestran hoy que ha habido un uso amañado, consciente o incosciente, de los textos bíblicos. Ejemplos grandes: la teología sobre las mujeres, la teología sobre el sacerdocio, la teología sobre el Romano Pontífice, la teología sobre la sexualidad…
3. Porque hoy se ve con más claridad que los dogmas han tenido una historia y que la formulación de éstos han tenido un contexto cultural propio y específico. No tiene justificación quedarnos apegados a este contexto porque la historia avanza, es dinámica. No podemos dar razón de nuestra adhesión a Jesús de Nazaret con esquemas culturales, razones y argumentos de ayer.
4. Hay creyentes que se preguntan si la excomunión excluye de la Iglesia-Comunidad, de la Iglesia-Pueblo de Dios, de la Comunión de hermanos y de hermanas, o solamente de la comunión con la autoridad eclesiástica. Aquí no se trata solamente de un juego de palabras.
No todos los dogmas y doctrinas tienen el mismo peso teológico.
5. En siglos y años anteriores hubo un miedo y terror cuando se aplicaba la excomunión, porque este castigo, en la vieja teología, no sólo ponía en la picota a las personas excomulgadas, sino que se les negaba el acceso a los sacramentos y llevaba implícita la posible condenación, en caso de muerte sin abjurar de la llamada herejía.
En ese orden de ideas, las personas excomulgadas que son objeto de esta nota, han rechazado la excomunión, no la aceptan y la ponen en tela de juicio.
Laicos-laicas y excomuniones
Hasta hace unos 15 años pareciera que no ha habido creyentes de a pié, investigados por la Inquisición, es decir, por la Congregación para la Defensa de la Doctrina de la Fe (CDF), y menos aún excomulgados, por razones teológicas, doctrinales y de opinión, salvo los ya mencionados: las mujeres obispas y sacerdotisas, hecho ya bien conocido y la de las dos personas que han motivado esta columna.
“Este es el final de un largo enfrentamiento entre el movimiento «Wir sind Kirche» («Somos Iglesia») y el Vaticano. Según la información del diario Tiroler Tageszeitung, los austriacos Martha Heizer, responsable en Austria del movimiento, y su esposo, Gert Heizer, han sido excomulgados por atentar la celebración de la eucaristía, uno de los «graviora delicta» que deben ser juzgados por la CDF con un procedimiento especial. El diario alemán Die Welt asegura que la información ha sido confirmada en «círculos católicos»”. (Graviora delicta = Delitos muy graves).
Han sido pocos los momentos de la historia de la Iglesia, en que las y los creyentes de a pié han sido llevados ante los tribunales de la Inquisición y a sus llamas de muerte. La razón: los laicos y las laicas NO han contado históricamente como protagonistas en la formación de doctrina y de opinión en la Iglesia, precisamente porque se les ha dejado en el analfabetismo bíblico y teológico. Se les ha mantenido en “la fe del carbonero”. Y cuando se atreven a cuestionar o dudar, se les ha dicho y todavía se les dice: “Doctores tiene la Madre Iglesia que sabrán responder”. Conclusión: “Cállense”.
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