Presentan en Reino Unido proyecto de Ley que impone multas de 5.000 libras a quienes ofrezcan terapia de conversión gay
El diputado laborista Geraint Davies (en la fotografía) ha publicado un proyecto de ley que penalizaría la terapia de conversión y dejaría a los médicos con una multa de 5.000 libras esterlinas por violarla.
El político laborista publicó el martes (19 de marzo) el proyecto de ley sobre Consejeros y Psicoterapeutas (Regulación) y Terapia de Conversión, que tipificaría como delito penal el intento de “curar” a los homosexuales en Inglaterra y Gales.
Según el proyecto de ley, sería un delito intentar “cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona, o suprimir la expresión de orientación sexual o identidad de género de una persona” basándose en el supuesto de que “cualquier orientación sexual o identidad de género es inherentemente preferible a cualquier otra”.
El proyecto de ley también tipificaría como delito el hecho de que una persona “finja ser un consejero o psicoterapeuta” sin poseer las cualificaciones pertinentes y sin estar inscrita en el Consejo de Profesiones de la Salud y el Cuidado de la Salud (Health and Care Professions Council).
Las personas que violen la ley propuesta, que es similar a las leyes que existen en 15 estados de EE.UU., serían culpables de un delito que podría acarrear una multa máxima de 5.000 libras esterlinas.
Davies, el diputado por Swansea West, dijo a PinkNews: “Mi proyecto de ley faculta al gobierno para cumplir con las promesas del plan de acción LGBT 2018, criminalizando la terapia de conversión y permitiendo a la gente responsabilizar a los profesionales. Es chocante que al 7 por ciento de las personas LGBTQIA+ en el Reino Unido se les haya ofrecido o se hayan sometido a terapia de conversión. Se ha comprobado que las prácticas que buscan’curar’ o corregir la orientación sexual o la identidad de género de las personas tienen un impacto perjudicial en la salud mental de las personas a las que se pretende tratar con algunas víctimas que experimentan un trastorno de estrés postraumático a largo plazo como resultado de ello. Es hora de que esta práctica abusiva sea reconocida y castigada como un delito.”
El diputado lleva años haciendo campaña para que se tomen medidas al respecto.
En junio de 2018, el gobierno del Reino Unido publicó un Plan de Acción LGBT que incluía el compromiso de “presentar propuestas para poner fin a la práctica de la terapia de conversión en el Reino Unido”. El plan decía que el gobierno “consideraría plenamente todas las opciones legislativas y no legislativas para prohibir la promoción, el ofrecimiento o la realización de terapias de conversión”. Sin embargo, el gobierno aún no ha presentado propuestas más detalladas.
En una entrevista con PinkNews en febrero, la baronesa Williams, ministra de Igualdad, dijo: “Toma diferentes formas, terapia de conversión, no es algo sencillo, y estamos investigando, investigando cuáles son las soluciones adecuadas, tanto en el espacio legislativo como en el no legislativo. No me adelantaré, pero es muy posible que la legislación se presente.”
En Europa, Malta fue pionera
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, en discusión en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que en cualquier caso permanece encallado por el desacuerdo entre las diferentes fuerzas políticas que en teoría lo apoyan y cuya aprobación a día de hoy no está asegurada.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
“No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Cromosomax/Cristianos Gays
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