Christine Jorgensen, la primera persona que se sometió a un cambio de sexo.
Hace ya más de sesenta años que Christine se sometió a la primera reconstrucción genital exitosa en la historia. Hoy en día es considerada “la madre de las transexuales” y pionera de la revolución sexual.
Christine Jorgensen nació con el nombre de George William Jorgensen, dentro de una familia afincada en el conflictivo barrio del Bronx neoyorkino. Se graduó del colegio en 1945 y casi de inmediato entró en el ejército. Christine nunca se consideró homosexual.
Aunque en su juventud se sentía atraído por los hombres, cuando uno de ellos le intentaba seducir, su reacción era de rechazo al grado de sentir cierta física.
A finales de los años 40, cuando se encontraba haciendo el servicio militar estadounidense, Christine leyó por casualidad el artículo de Christian Hamburger, un médico danés que se encontraba experimentando con la terapia hormonal de cambio de sexo en animales. Jorgensen viajó a Dinamarca para contactar con el investigador y allí inició un tratamiento hormonal paralelo a uno psicológico con el fin de adaptarse a su condición.
A pesar de los obstáculos legales, ya que la legislación danesa tenía prohibidas las cirugías de castración en seres humanos, el 1 de diciembre de 1952 se sometió a la intervención quirúrgica de reconstrucción genital. Además, recibió grandes dosis de hormonas que dieron lugar a cambios en su los contornos del cuerpo y la distribución de la grasa. La primera reacción fue un aumento de tamaño de las glándulas mamarias y, posteriormente, su cabello comenzó a crecer, curiosamente, cuando siempre había mostrado una gran calvicie en la sien.
Hoy en día la cirugía de reasignación sexual consiste en hacer una incisión en el escroto y estirar las terminaciones nerviosas del pene hacia el interior para diseñar una vagina, pero esta forma de cirugía no fue concretada hasta varios años después de la operación de Jorgensen.
“Yo simplemente corregí un error que había cometido la naturaleza”
Christine narró su experiencia en foros universitarios y de televisión, convirtiéndose en una celebridad y también en una suerte de símbolo de la liberación sexual más radical hasta entonces. Ella misma afirmaba: “Yo simplemente corregí un error que había cometido la naturaleza”.
Jorgensen eligió el nombre de Christine en honor del doctor Hamburger y se volvió una portavoz de las personas transexuales y transgénero. En 1952 protagonizó la portada del New York Daily bajo el titular: “Ex-GI se convierte en una bella rubia”.
Aunque se la considera la primer transexual operada de la historia, lo cierto es que antes tenemos a la danesa Lili Elbe, que fue operada por médicos alemanes pioneros en la materia como Magnus Hirschfeld, en 1930. La diferencia es que en el caso de Lili no hubo terapia hormonal.
Tuvo dos intentos de matrimonio, pero ambos fueron fallidos, en una ocasión porque no pudo obtener la licencia para casarse dado que su certificado de nacimiento seguía diciendo que era un hombre. A su prometido además, le despidieron de su trabajo en Washington D.C., cuando anunció que estaba comprometido con Jorgensen.
Durante la década de los setenta y los ochenta, Jorgensen asistió a numerosas universidades para hablar sobre su experiencia. También trabajó como actriz en clubes nocturnos y grabó varias canciones. Christine falleció víctima de un cáncer pulmonar con 62 años.
Fuente Cáscara amarga
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