Denuncia a la policía porque no investigan ataque homofóbico en Dublín
Un inmigrante polaco que huyó de la homofobia de su país, denuncia a la policía irlandesa por no tomarse en serio un violento ataque homofóbico del que ha sido víctima en Dublín.
Un ingeniero industrial, Marcin, de 38 años de edad, ha interpuesto una denuncia formal ante la Garda Síochána Ombudsman Commission, el organismo que vela por el correcto funcionamiento de la policía en Irlanda, alertando sobre el trato que ha recibido en la investigación de un ataque homofóbico del que había sido víctima el 30 de julio.
«Parecía que todo estaba organizado desde el principio. Todos iban en bicicleta y delante de ellos estaban esos muchachos en el Golf negro, animándoles. Habían salido a la caza de víctimas. Los hombres del coche gritaban ‘matad al marica’», explica Marcin, quien fue golpeado e insultado por un grupo de 10 adolescentes en bicicletas que le asaltaron cuando cruzaba el parque Phoenix para ir a su domicilio, en Blanchardstown, sobre las 21:30 de la noche, después de salir de su trabajo. Él está convencido de que sus atacantes estaban siendo dirigidos por un grupo de hombres de edad avanzada, que también le insultaban desde un Volkswagen Golf de color negro.
«Traté de perderlos en mi bicicleta cuando empezaron a seguirme, pero me habían alcanzado para el momento en que llegué al club de cricket y choqué contra un árbol. Algunos de los chicos corrieron al maletero del coche y sacaron barras de metal, y entonces supe que tenía que luchar por mi vida», explica Marcin, quien se enfrentó a sus atacantes, pero no pudo con todos. «Estaría muerto sino fuera por un hombre que pasaba por el parque y corrió a ayudarme. En cuanto le vieron, los matones salieron huyendo, cogieron sus bicicletas y siguieron al coche en dirección a la calle Parkgate».
Marcin sufrió cortes y hematomas en todo el cuerpo, incluyendo la cara. Inmigrante de origen polaco, había llegado a Irlanda huyendo de la homofobia de su país, llevando tan sólo un mes en Dublin, donde se había mudado tras pasar una temporada en Galway, para ser víctima de este violento ataque que reporta a la policía como un crimen de odio. Sin embargo, denuncia que el trauma del ataque se ha visto agravado por la manera en que la policía irlandesa ha llevado su caso.
Ningún oficial se persona en el hospital para tomarle declaración, que le toman el 4 de agosto, cuando él mismo se presenta para hacerlo y muchos detalles del ataque ya se han desvanecido. En este primer encuentro llega a sentirse desamparado cuando le cuestionan que fuera realmente un ataque producido por homofobia, una percepción que pudo confirmar cuando una oficial le llama posteriormente por teléfono para preguntarle si no habría hecho algo para provocar a sus atacantes, insinuando que podría estar intentando ligar en el parque. Aunque lo que provoca realmente su enfado es recibir un carta con detalles sobre el ataque que había sufrido y una lista de organizaciones de ayuda a víctimas. Una carta que le dejan sin cerrar ni sellar en el buzón de su domicilio, que comparte con otras personas, quienes podrían haber leído su contenido.
«Solía pensar que Dublín era una ciudad gay-friendly, sobre todo después del referéndum del año pasado para legalizar el matrimonio entre homosexuales. Pero mientras te puedes casar si eres gay y tu matrimonio es legal para la legislación irlandesa, todavía no estás protegido contra el crimen de odio en esta ciudad. Este fue un ataque organizado y si no se toma en serio habrá otras víctimas que quizás no sean tan fuertes o capaces de enfrentarse, y que podrían terminar en un estado mucho peor que yo», declara Marcin, cuya identidad no ha sido revelada por cuestiones de seguridad. Un portavoz de la Garda ha declinado hacer ninguna declaración sobre el caso al haberse cursado una queja oficial.
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