Romero, el obispo mártir que puede convertirse en el primer santo salvadoreño.
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El obispo de San Salvador fue asesinado hace 34 años
Muchos salvadoreños y latinoamericanos desde hace años llaman al arzobispo asesinado “San Romero de América”
Tras el giro dado a su causa por Francisco, podría ser beatificado en 2015
El arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado hace 34 años, fue “un gran profeta” y puede convertirse pronto en el primer santo salvadoreño gracias al nuevo giro que el papa Francisco le dio a su proceso en el Vaticano. Así lo dijo a Acan-Efe el presidente de la Fundación Monseñor Romero, Ricardo Urioste, quien durante el arzobispado de Romero fue su vicario general (segundo al mando) y cuya institución organiza homenajes por los 34 años del asesinato, que se cumplirán el lunes.
Urioste dijo confiar en que Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 por un francotirador desconocido mientras oficiaba una misa en San Salvador, sea beatificado y canonizado durante el papado de Francisco, quien en abril del año pasado ordenó que se desbloqueara su proceso de beatificación, que empezó en 1994.
Romero se caracterizó por denunciar las injusticias cometidas en los años previos al conflicto armado salvadoreño (1980-1992), que ocasionó unos 75.000 muertos, 8.000 heridos y 12.000 desaparecidos.
De acuerdo a Urioste, el primer paso hacia la santificación de Romero, para que sea venerado a nivel mundial, es que sea declarado beato, lo cual podría ocurrir antes de 2017.
En septiembre del año pasado “estuve platicando” con el arzobispo postulador de la causa de Romero en el Vaticano, Vincenzo Paglia, quien aseguró que podría ser beatificado “antes” de los próximos tres años, relató.
“No puedo detallar qué, pero por ciertos datos que hemos tenido (de Roma) es muy posible que sea en el 2015; no absolutamente seguro, pero es muy posible“, indicó.
Señaló que “la beatificación es el primer paso, con el cual se dice que la persona está en el cielo y que se le puede dar culto en el país de donde él es originario, pero no universalmente”.
El siguiente paso, “la canonización, en cambio, abre la posibilidad de darle culto en el mundo entero” como un santo, explicó.
Urioste reconoció que no se puede establecer cuánto tiempo pasaría entre beatificación y canonización, ya que “todo depende del estudio que se vaya haciendo, aparte de que para ser canonizado (…) se necesita que haga un milagro comprobado científicamente” como tal.
Sin embargo, destacó que el Papa “puede dispensar de ese milagro, si él lo quiere, como de hecho ha dispensado al papa Juan XXIII, que va a ser canonizado ahora en abril”, aunque “no hizo el milagro necesario”.
El papa Francisco ha sido “fundamental” para que el proceso de Romero avance, por lo que su canonización también “podría llegar en su período”, destacó Urioste.
Pese a que su proceso sigue en estudio, muchos salvadoreños y latinoamericanos desde hace años llaman al arzobispo asesinado “San Romero de América”.
“Definitivamente, (Romero) fue un hombre muy santo, un hombre de mucha oración (…), que cumplió su cometido de obispo (…) igual que Jesús, un hombre muy cercano a los pobres“, recordó Urioste.
Cada año, en marzo, el magnicidio de Romero es conmemorado en El Salvador, principalmente por la Fundación Monseñor Romero.
La celebración de este año se inició el lunes 17, con distintas actividades, y concluirá el domingo próximo con una misa en la Catedral Metropolitana, en el centro de San Salvador.
Pero el “Día Grande” de la celebración será el sábado, cuando se celebrará la tradicional “Peregrinación de la luz” que recorrerá las principales calles de San Salvador hasta la catedral, donde los restos del obispo mártir están sepultados.
Romero era “humilde” y “tímido”, pero cuando “llegaba al púlpito se transformaba”, denunciaba todas la injusticias de aquel entonces y defendía a los más pobres y desprotegidos, evocó Urioste.
Fue “un gran profeta” que nunca tuvo miedo, concluyó.
La Comisión de la Verdad, que investigó los crímenes cometidos durante la guerra civil, señaló como uno de los autores principales del homicidio del arzobispo al ya fallecido militar Roberto D’Aubuisson, fundador de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), partido que gobernó el país durante 20 años (1989-2009) y que ahora está en la oposición.
Pese a que el actual Gobierno ha pedido perdón por la muerte de Romero y le ha rendido homenajes, como denominar con su nombre el aeropuerto del país y el salón de honores de la Presidencia, su crimen sigue impune 34 años después, al igual que muchos que se cometieron en el marco de la guerra civil salvadoreña.(RD/Agencias)
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