La guerra intensifica la persecución a los gays en Siria: los testimonios de las víctimas.
Refugiados sirios gays luchan por sobrevivir en el Líbano
Perseguidos por el gobierno y también por los rebeldes y además rechazados y amenazados por sus propias familias. El día a día de los gays en Siria pinta un panorama desolador. La situación de guerra que vive el país ha intensificado la persecución a los gays en todo el territorio y las amenazas llegan en muchos casos a los que se refugian en el vecino Líbano. Human Rights Watch (HRW) ha denunciado en su web “la doble amenaza” que vive la población homosexual en el país y que se concreta en los testimonios de una veintena de hombres gays con los que han podido entrevistarse. Las lesbianas están mucho más invisibilizadas en el país.
“Por supuesto, la guerra no ha traído la homofobia a Siria. Los gays han sido desde hace mucho el objetivo de ‘asesinatos de honor’, al ser considerados una desgracia para sus familias. Otros han sido encarcelados basándose en el Artículo 520 del código penal del país de 1949, que incluye penas de tres años de cárcel por ‘conocimiento carnal contra el orden de la naturaleza’. La guerra, sin embargo, ha intensificado la vigilancia, la cacería y la exposición pública de los hombres gays”, explica Graeme Reid, de HRW.
Los testimonios recogidos hablan de cárceles abarrotadas, de amenazas, burlas y torturas. Uno de las historias recopiladas es la de un chico de 26 años, técnico de móviles y taxista en Alepo, que fue detenido en un control del Frente de Liberación Islámico de Siria, acusado en principio de colaborar con el régimen, pero también por ser homosexual. Estuvo detenido 23 días en una antigua fábrica de helados reconvertida en centro de detención donde le obligaron a presenciar cómo ejecutaban a dos prisioneros por blasfemia. Cuando su padre, un lider tribal, pagó el rescate, los islamistas le dijeron que su hijo era gay y tanto su padre como su hermano menor, también islamista, le amenazaron con encontrarlo y matarle.
Otro caso narra como una pareja fue detenida tras comprobar al mirar sus móviles que estaban juntos. Durante diez días los milicianos les golpearon y les obligaron a desnudarse y tener relaciones delante de todos mientras se burlaban de ellos y les insultaban, les pintaban y les llamaban ‘titas’. Es un tipo de trato degradante que se repite en los testimonios. Otro hombre fue obligado a desnudarse para ser violado por los milicianos. En otros casos, los detenidos han contado cómo los islamistas les ataron al techo con esposas y los ojos vendados y les torturaron para obligarles a proporcionar una lista de sus amigos gays. Un joven sastre de 25 años fue detenido en dos ocasiones por los islamistas para que les proporcionara nombres.
Otro problema es el de las amenazas de muerte por parte de sus propios familiares. Así, un profesor de 30 años se vio obligado a huir a Líbano después de que su hermano asesinara a su pareja y le buscara para asesinarle también. Otros muchos hombres se han encontrado con que sus familias les han retirado todo apoyo o ayuda económica al enterarse de su orientación sexual, lo que les ha dejado en una situación muy delicada al ser además refugiados de guerra.
Tampoco las autoridades libanesas son seguras y HRW ha documentado al menos dos casos en que los refugiados fueron sometidos a exámenes anales por parte de la policía, una práctica considerada tortura, para determinar su orientación sexual. Las leyes en Líbano también castigan la homosexualidad. Además, los grupos islámicos también actúan en este país y una pareja de refugiados denunció que un grupo de islamistas les golpeó y les dijo que “en lugar de ir a Líbano a ser gays deberían estar luchando en su país”. HRC demanda que las autoridades libanesas aseguren la protección y el trato justo a los refugiados sirios LGBT en este país.
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