Campaña de Amnistía Internacional: No queremos más personas en las cárceles de Camerún por ser homosexuales
La homofobia es endémica en la sociedad camerunesa, y las detenciones, reclusiones y juicios de homosexuales, y de sospechosos de ser homosexuales, son sistemáticos en virtud del Código Penal de Camerún.
“Fuimos torturados con machetes. Teníamos que poner los pies
hacia arriba y la cabeza hacia abajo. Después de 12 meses y 12 días, admití que era gay”
(Testimonio de hombre homosexual camerunés a Amnistía Internacional)
Jonas Nsinga y Frankie Ndome son solo dos de los muchos gays de Camerún. Fueron encerrados en la cárcel, acusados de prácticas homosexuales y pasaron varios meses entre rejas. El caso de Jean-Claude Roger Mbede fue aún más triste. Fue encarcelado por ser homosexual, con una prueba principal en su contra consistente en un mensaje de texto en el que decía que quería a su pareja. Murió a principios de 2014, al no recibir el tratamiento médico que necesitaba porque su familia se lo negó. Martine Solange y Esther Aboa también fueron encarceladas por ser lesbianas, y cuando fueron liberadas su familias las rechazaron, no querían saber nada de ellas. Estas personas son algunas de las lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) que son víctimas de violaciones de derechos humanos diariamente.
La homofobia es endémica en la sociedad camerunesa, y las detenciones, reclusiones y juicios de gays, y de sospechosos de ser gays, son sistemáticos en virtud del artículo 347 bis del Código Penal de Camerún. También ha habido detenciones y procesamientos de lesbianas. Esto supone una violación grave de tratados internacionales de derechos humanos de los que Camerún es parte.
A las personas detenidas en virtud del este artículo se les niegan sistemáticamente sus derechos fundamentales. A menudo permanecen recluidas sin cargos durante más de 48 horas, superando el plazo máximo establecido por la ley camerunesa. Cuando se formulan cargos, los tribunales con frecuencia niegan a los detenidos la libertad bajo fianza, o la establecen en unos términos imposibles de satisfacer. Los juicios pueden tardar meses en celebrarse, y durante ese tiempo los acusados permanecen en detención preventiva en comisarías o prisiones, junto con la población reclusa general. La policía y el personal de prisiones someten sistemáticamente a abusos, y lo hacen impunemente, a las personas detenidas como sospechosas de conducta homosexual. Las autoridades policiales a menudo ordenan exámenes médicos anales inhumanos, degradantes e invasivos para demostrar supuestamente un historial de penetración.
Aparte de la detención, las personas LGBTI, corren un mayor peligro de ser víctimas de otras formas de persecución. Pueden ser más vulnerables a los ataques violentos tanto dentro como fuera del ámbito familiar, y se arriesgan a ser detenidas por conducta homosexual si denuncian un delito. También tienen probabilidades de ser sometidas a ostracismo por miembros de sus familias y a verse estigmatizadas por la sociedad en general.
No permitamos que esto siga sucediendo y firma para que se reforme el Código Penal. ¡Actúa!
Imagen: Stéphane Koche, activista LGBTI camerunés, fue arrestado y detenido durante varias horas el 27 de Marzo de 2012, después de organizar un taller sobre los derechos de las minorías sexuales
Fuente Amnistía Internacional
El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo
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