El máximo representante de la Iglesia Católica en Australia y número tres del Vaticano, es acusado de abuso sexual a menores
La prueba del algodón de Francisco…
La Policía lo acusa de pederastia y tendrá que declarar en Melbourne el 18 de julio
Pell deja la Secretaría de Economía y regresa a Australia para defenderse de las acusaciones
El Papa Francisco le ha concedido “un periodo de excedencia para poderse defender”
El cardenal George Pell, máximo representante de la iglesia católica en Asutralia, así como responsable de las finanzas del Vaticano y principal consejero del Papa Francisco, es acusado de abusos sexuales a menores de edad.
(J. Bastante/Agencias).- Se veía venir, pero la noticia ha caído como un jarro de agua fría en las estancias vaticanas. La Policía australiana ha acusado al cardenal George Pell de múltiples abusos sexuales contra menores en Australia. El purpurado, “número tres” de la Santa Sede y responsable de las finanzas de la Santa Sede, ha negado “enérgicamente” los cargos, pero ha solicitado una excedencia al Papa para poder viajar al país y defenderse.
“La Policía de Victoria ha acusado al cardenal George Pell de delitos de abuso sexual” cometidos en el pasado, declaró el comisario adjunto Shane Patton a la prensa, después de una investigación que ha durado ocho meses y que incluyó una declaración vía satélite del propio Pell desde un hotel romano.
El cardenal George Pell, de 76 años de edad, ha sido imputado por presuntos delitos de pederastia por la policía del estado de Victoria este martes, 27 de junio, citándole para comparecer el 18 de julio ante la Corte de Magistrados de Melbourne. Responsable de las finanzas del Vaticano, consejero principal del Papa Francisco y máximo representante de la iglesia católica en Australia, es sospechoso de abusar sexualmente de varios menores cuando era sacerdote en Ballarat, entre 1976 y 1980, así como cuando era arzobispo de Melbourne, entre 1996 y 2001. Según un comunicado, Pall «está esperando que llegue si día en la corte para defenderse de los cargos enérgicamente».
La imputación de Pell se produce tras una larga investigación ordenada por el gobierno australiano en 2012, que se centra sobre el cardenal a partir de mayo de este mismo año, según la policía, cuando a través de un portavoz ya defendió su inocencia, atribuyendo las denuncias a una campaña de difamación en su contra. La policía no ha hecho públicos todos los cargos ni ha transmitido ninguna información sobre sus presuntas víctimas, tan sólo han adelantado que existen «múltiples denunciantes». Shane Patton, subcomisionado de la Policía de Victoria, ha querido constatar que «el proceso y los procedimientos que se han seguido en la acusación del cardenal Pell han sido los mismos que se han aplicado en toda una serie de delitos sexuales (…). El cardenal Pell ha sido tratado igual que cualquier otra persona en esta investigación».
George Pell fue nombrado en 2013 como uno de los ocho cardenales encargados de estudiar diferentes maneras de reformar la iglesia católica. Una entidad que a pesar de negarse a aceptar al colectivo LGBT y reconocer sus derechos como seres humanos, se ha visto expuesta en los últimos años numerosos casos de abusos sexuales encubiertos por ellos mismos en países como Brasil, Irlanda, Alemania, Australia, Holanda, Australia y los Estados Unidos. El propio Pell habría cubierto el abuso de varios sacerdotes cuando fuera arzobispo de Melbourne, reconociendo que su predecesor en el cargo, el arzobispo Frank Little, actualmente fallecido, habría destruido cierta documentación con la intención de proteger a esos sacerdotes.
En el proceso de esta investigación se han entrevistado a miles de víctimas que han denunciado abusos cuando eran menores de edad señalando a iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas. Según los datos extraídos, el 7 % de los sacerdotes católicos habrían estado acusados de abusar de niños en Australia entre 1950 y 2010, aunque nunca se habrían sido investigados. La edad media de las víctimas de estos abusos sexuales serían niñas y niños de entre 10 y 11 años, siendo el 90 % de los agresores varones.
A continuación el comunicado completo de la Santa Sede:
«La Santa Sede ha recibido con desagrado la noticia del envío a juicio en Australia del Card. George Pell por imputaciones referidas a hechos ocurridos hace varias décadas. Puesto al corriente de la situación, el Cardenal Pell, en pleno respeto a las leyes civiles y reconociendo la importancia de participar personalmente en el proceso, de forma que pueda desarrollarse en forma justa y favorecer así la búsqueda de la verdad, ha decidido retornar a su país para afrontar las causas de las que se le acusa.
El Santo Padre, informado de ello a través del proprio Cardenal Pell, le ha concedido un periodo de excedencia para poderse defender. Durante la ausencia del Prefecto, la Secretaría para la Economía continuará desarrollando los deberes institucionales que le son propios.
Los Secretarios permanecerán en sus cargos para tramitar los asuntos de carácter ordinario, donec aliter provideatur.
El Santo Padre, que ha podido apreciar la honestidad del Cardenal Pell durante los tres años de trabajo en la Curia Romana, le está agradecido por su colaboración y, en particular, por su enérgico empeño a favor de las reformas en el sector económico y administrativo y por su activa participación en el Consejo de los Cardenales (C9).
La Santa Sede expresa su máximo respeto hacia la justicia australiana, que deberá decidir con respecto a las cuestiones suscitadas.
Al mismo tiempo, se recuerda que el Cardenal Pell ha condenado desde hace décadas abiertamente y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables; ha cooperado en el pasado con las Autoridades australianas (por ejemplo, en las declaraciones ante la Royal Commission), ha apoyado la creación de la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores y, finalmente, como Obispo diocesano en Australia, ha introducido sistemas y procedimientos para la protección de los menores y para garantizar la asistencia a las víctimas de abusos».
La inculpación de Pell se produjo en las últimas fases de una larga investigación sobre las respuestas institucionales aportadas en Australia a los supuestos abusos sexuales cometidos contra niños, ordenada por el gobierno en 2012.
Pell, que había comparecido tres veces ante la comisión de investigación, afirmó haber errado en la gestión de los curas pedófilos en el Estado australiano de Victoria en los años 70. Según recoge The Guardian, después de que se conociera la posibilidad de que fuera inculpado, el cardenal aseguró que continuará cooperando plenamente con la justicia: “Me gustaría reafirmar mi inocencia”.
El eclesiástico fue ordenado sacerdote en Roma en 1966, antes de regresar a Australia en 1971, donde escaló peldaños de la jerarquía católica. Fue elegido en 2014 por el papa Francisco para arrojar luz y aportar transparencia a las finanzas del Vaticano.
La comisión ha entrevistado a miles de supervivientes y escuchado las denuncias de abusos contra niños que implicarían a iglesias, orfanatos, clubes deportivos, grupos juveniles y escuelas.
Según datos extraídos de la investigación y publicados en febrero, el 7% de los sacerdotes católicos habrían estado acusados de abusar de niños en Australia entre 1950 y 2010, aunque estas acusaciones nunca fueron investigadas.
Alrededor de 4.444 supuestos incidentes de pedofilia fueron reportados a las autoridades eclesiásticas y, en algunas diócesis, más del 15% de los curas habrían estado implicados en ellos, según la investigación. La edad media de las víctimas, en aquel momento, era de 10 años para las niñas y de 11 para los niños.
Fuente Religión Digital/Universogay
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