La nueva ministra francesa de Familia confirma que las parejas de lesbianas seguirán teniendo prohibido el acceso a la reproducción asistida
El Gobierno francés ha renunciado a modificar la ley que impide a las parejas de mujeres o a las mujeres sin pareja acceder a la reproducción asistida. Lo ha confirmado la nueva ministra francesa de Familia, Infancia y Derechos de las Mujeres, la socialista Laurence Rossignol, que asegura sin embargo estar a favor “a título personal” e incluso asegura estar convencida de que “toda la izquierda” lo está…
En Francia, la reproducción asistida solo está permitida a parejas de distinto sexo, casadas o no, que además deben acreditar la esterilidad de al menos uno de sus miembros. Se trata de una prohibición total, que afecta tanto a clínicas públicas como privadas, y que obliga a cualquier mujer francesa sin pareja masculina que desee ser madre a acudir a centros de países vecinos, como Bélgica o España.
La modificación de esta prohibición había sido durante años una de las banderas del Partido Socialista francés en materia de derechos LGTB, y de hecho la promesa estaba incluida en su programa electoral (“L’accès à l’AMP [Assistance Médicale à la Procréation] doit être ouvert aux femmes sans condition de situation de couple ou d’infertilité”, puede leerse en la página 50 del programa electoral con el que los socialistas franceses ganaron las elecciones legislativas de 2012). El propio presidente François Hollande se posicionó siendo candidato presidencial a favor del cambio. Fue en abril de 2012, justo antes de las elecciones, en una entrevista concedida a la revista Têtu. Tras su elección, sin embargo, pasó a adoptar una posición ambigua, respondiendo cuando se le preguntaba una cosa u otra en función del auditorio que tuviera delante.
No fue sin embargo hasta 2014, tras la remodelación que siguió a la derrota socialista en las elecciones municipales y que convirtió a Manuel Valls en el nuevo jefe de gobierno, cuando se anunció la renuncia a aprobar la modificación legal. Una marcha atrás que tenía lugar en el contexto de la derechización que Valls impuso al Gobierno socialista, uno de cuyos elementos ha sido el acercamiento a la Iglesia católica y a los contrarios a los derechos LGTB. La propia Laurence Rosignol, que entró con Valls en el gobierno francés como secretaria de estado de Familia, recibió, en el que fue uno de sus primeros gestos políticos, a los representantes de la Manif pour tous, el movimiento homófobo que lideró las protestas contra el matrimonio igualitario, ante los cuales adelantó la renuncia a modificar la reproducción asistida.
Una renuncia que ahora la propia Rossignol, recién ascendida a ministra, se ha encargado de confirmar en una entrevista al diario francés Libération. “No tengo hoy más razones que ayer, cuando estaba al cargo de las políticas de familia, para relanzar este asunto. A título personal, soy favorable para las parejas de lesbianas, y creo que toda la izquierda lo es. El problema es claro: ¿hasta dónde volver a incrementar el nivel de excitación?”, justifica. “No quiero que se diga que la izquierda promueve debates sociales para distraer la atención, como fue el caso durante el debate sobre el matrimonio igualitario. La vociferación de la Manif pour tous lo paralizó todo. No quiero verme impotente en todo lo que tengo que hacer por lanzar un debate sobre la PMA [procréation médicalement assistée, o reproducción asistida]. Ahora, usted dice ‘PMA’ y las redes sociales arden. Estos temas deben ser tratados por una sociedad apaciguada. Y yo ahora trabajo para apaciguarla”, añade.
Una argumentación cobarde
Una argumentación, la de Rossignol, que nos parece especialmente cobarde. Que un gobierno democráticamente elegido renuncie a acabar con una disposición legal discriminatoria en materia de derechos civiles, tal y como había prometido, para así mantener “apaciguados” a los defensores de dicha discriminación hace virtualmente imposible el avance.
No está de más recordar que la cobardía del actual Gobierno francés va incluso más allá de negar a las mujeres sin pareja masculina el derecho a la reproducción asistida, aún pagándola de su bolsillo en una clínica privada. El gobierno que preside Valls se negó incluso a apoyar en 2014 una enmienda legislativa presentada por dos diputados verdes cuyo objetivo era asegurar que al menos en aquellas parejas de lesbianas que ya son madres (por haber recurrido a la reproducción asistida en otros países) la madre no gestante fuese reconocida legalmente. Afortunadamente, pese a la negativa gubernamental, la Corte francesa de Casación acabó por confirmar ese derecho, aunque obligando a las madres no gestantes a iniciar un proceso de adopción de los que al fin y al cabo son sus propios hijos.
Fuente Dosmanzanas
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