PP y Ciudadanos acuerdan ceder terreno público en Málaga a la Universidad (privada) Católica de Murcia
Para no ser homófobos, hay que reconocer que tanto el Partido Popular como Ciudadanos lo disimulan de maravilla. A los primeros ya los conocemos de hace tiempo, a los otros hay algunos que los están descubriendo ahora. Pero serlo, lo son. Y para muestra un botón.
Hace unos años el presidente de la Universidad Católica de Murcia (UCM), Jose Luis Mendoza, ofreció un discurso para inaugurar el curso en el que dijo, por ejemplo, que “el mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios“; y también cargó contra el aborto y la eutanasia.
Mendoza ya se enfadó muchísimo cuando se aprobó el matrimonio igualitario en España porque, según él, “permitir la adopción de niños a las parejas homosexuales es aberrante” porque “está demostrado que los niños que han sido educados por padres homosexuales han acabado siéndolo también ellos en un porcentaje muy elevado“.
En diciembre de 2016 la UCM, junto a la Universidad Católica de Valencia y varias organizaciones ultracatólicas, formaron la “Plataforma por las libertades“. La asociación en cuestión, con Jaime Mayor Oreja y Lourdes Méndez (ambos ex políticos del PP), intentó recurrir la Ley LGTBI de la Comunidad de Madrid, pero sin éxito. Dentro de esa Plataforma había organizaciones como la Asociación de Derechos y Víctimas de la Ideología de Género de Murcia.
Pues Jose Luis Mendoza (en la foto con el ínclito Réig Plá… Tanto Monta, Monta Tanto…), que va misas privadas del Papa, tiene un motivo para estar contento: el Ayuntamiento de Málaga acaba de dar el visto bueno a la cesión de 40.000 metros cuadrados de terreno público para que pueda construir un nuevo campus de la Universidad Católica de Murcia gracias al voto del Partido Popular y Ciudadanos.
Lo del Partido Popular era de esperar. Lo de Ciudadanos es peor: en junio se suben a la carroza de los vientres de alquiler en el Orgullo LGTB+ para parecer súper gay friendlys y en octubre le ceden el terreno de todos a una organización privada y ultra católica que cree que el hecho de que las parejas gais tengan hijos es “abominable“.
Desde el Ayuntamiento su concejal de urbanismo, Francisco Pomares, ha defendido la aprobación de esta cesión de terrenos alegando que “es bueno para el desarrollo de la ciudad” porque el proyecto “está respaldado por el Comité Olímpico Español” y “traerá estudios vinculados con la actividad deportiva“. Por su parte el concejal de Ciudadanos Alejandro Carballo ha querido matizar que a la UCM no le saldrán gratis los terrenos; que “tendría que pagar un canon y le exigiríamos también otras contraprestaciones, como becas“.
Desde Izquierda Unida Málaga para la Gente presentaron una moción reclamando que se rechazara la operación, pero PP y Ciudadanos votaron en contra y dieron vía libre a los planes de la UCM. Tanto IU como PSOE y Málaga Ahora han denunciado la implantación en la ciudad de una universidad “de dudosa reputación” que está calificada entre las más bajas en el ranking de universidades españolas. Para estos partidos la UCM no es más que un negocio privado que se dedica a vender títulos universitarios que no merece el trato de favor que le ofrece el Ayuntamiento. Y es que, como bien dice Sergio Brenes del PSOE, “si quieren venir que lo hagan, pero con sus medios, no a costa del patrimonio de todos los malagueños, que compren suelo y monten su negocio“.
Por lo que parece, es bastante probable que el proyecto no llegue a nada. La competencia para autorizar la construcción e implantación de universidades privadas corresponde a la Junta de Andalucía, que ya denegó a la misma UCM un plan similar para instalarse en Málaga.
Fuente La Opinión de Málaga, vía HazteQueer
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