Los obispos paraguayos piden perdón por los casos de abusos a menores en sus diócesis
Prometen seguir “con las investigaciones (locales) hasta que se diluciden los casos”
“Estos hechos contradicen el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia”
La Conferencia Episcopal Paraguaya pidió perdón el jueves por abusos de menores perpetrados por clérigos locales y en particular, dijo, por los cometidos por el sacerdote argentino Carlos Ibáñez.
En un comunicado, los obispos se comprometen “a luchar para evitar que hechos de esta naturaleza produzcan el incalculable daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores”.
“Los obispos del Paraguay ante denuncias que involucran a eclesiásticos, en casos de abusos de menores y otros hechos punibles y, en particular del caso Carlos Ibáñez, manifestamos que sentimos un inmenso dolor“, dijo el documento.
“Estos hechos no los aceptamos y los condenamos, porque contradicen el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia, y pedimos perdón por todos ellos”, afirmaron los obispos.
El sacerdote Ibáñez, de 57 años, de acuerdo con una investigación del matutino local La Nación, llegó a Paraguay en 1994 tras haber sido suspendido en la provincia de Córdoba para ejercer funciones eclesiásticas. La justicia ordinaria de Córdoba lo imputó por el presunto delito de abuso de menores en la comunidad Villa María.
Aparentemente, Ibáñez ingresó a Paraguay en forma clandestina. Su caso está extinguido en Paraguay al rechazarse en 1995 en forma reiterada los exhortos de extradición por defectos de forma. Al parecer retornó a Argentina tras descubrirse que ejercía actividades docentes en el área del obispado de San Lorenzo, a unos 17 kilómetros de la capital.
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, en otra reunión de prensa dijo que “cuando se presenta una persona extranjera ante nosotros y dice ser sacerdote, nosotros no le pedimos documentos porque parecería ofensivo el requerimiento”.
“En el caso de Ibáñez, fuimos muy inocentes al no pedirle documentaciones. Debemos mejorar en ese aspecto pero como yo no soy policía, no puedo saber si cometió o no delitos en su país“, acotó. La Conferencia también se refirió a la suspensión eclesiástica de los sacerdotes paraguayos Francisco Javier Bareiro y Gustavo Ovelar, de la Congregación Oblatos de María, por abusar presuntamente de menores, en el pueblo Paso Yobai, a unos 190 kilómetros al este de Asunción.
Ambos rechazaron las acusaciones, en reunión de prensa, pero la fiscalía abrió un expediente a los dos. La Conferencia Episcopal prometió seguir “con las investigaciones (locales) hasta que se diluciden los casos y los que resulten culpables sean severamente sancionados como corresponde”.
Comunicado de los Obispos de Paraguay:
Los Obispos del Paraguay ante denuncias que involucran a eclesiásticos, en casos de abusos de menores y otros hechos punibles y, en particular del caso Carlos Ibáñez, manifestamos que:
1) Sentimos un inmenso dolor por el escándalo de quienes han causado graves consecuencias en personas vulnerables. Estos hechos no los aceptamos y los condenamos, porque contradicen el mensaje cristiano y la misión de la Iglesia, y pedimos perdón por todos ellos.
2) Rechazamos la acusación de encubrimiento de los hechos y reafirmamos nuestro compromiso con la verdad, la transparencia y la acción firme. Por eso, proseguiremos con las oportunas investigaciones, según las prescripciones previstas en el Protocolo para investigar denuncias contra clérigos sobre abuso sexual de menores (julio 2015) hasta que se diluciden los casos y los que resulten culpables sean severamente sancionados como corresponde.
3) Mientras aseguramos nuestro compromiso sincero y determinado en la búsqueda de la verdad, valoramos el papel que cumplen los medios de comunicación en la formación de la opinión pública y entendemos que la población tiene derecho a recibir información veraz, responsable y ecuánime.
4) Expresamos nuestra cercanía con los afectados por estos graves delitos y asumiendo nuestra responsabilidad de pastores nos comprometemos a luchar decididamente para evitar que hechos de esta naturaleza produzcan el incalculable daño a todos los que confían en la Iglesia y sus pastores.
Encomendamos a la ferviente oración de toda la comunidad eclesial la tarea evangelizadora que tenemos como Iglesia.
Obispos del Paraguay
Asunción, 5 de mayo de 2016
Fuente Religión Digital
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