Es un primer paso: El Sínodo sobre la familia debate sobre la realidad LGTB de forma más abierta que nunca pero… ¿será el “kairoi” o el “bluf” de Francisco?.
Dice Pablo Ordaz en El País que la “Iglesia sigue teniendo claro –señala el documento de 58 puntos presentado por el cardenal Erdö— que “las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer”, pero el aviso enviado a quienes, como el obispo de Alcalá, todavía practican desde el púlpito la caza al gay es claro y diáfano: “Las personas homosexuales tienen que ser respetadas, como es respetada la dignidad de toda persona independientemente de su tendencia sexual”. En el seno del activismo LGTB cristiano muchos quieren ver el inicio de un camino. Francis DeBernardo, director general de New Ways Ministry, cree que “lo que estamos viendo es una ruptura en el hielo que habíamos estado esperando desde hace mucho tiempo (…) Es la señal de un primer paso”. Por su parte, la revista America, publicación jesuita de Estados Unidos, habla de un “cambio asombroso” en el enfoque hacia las personas LGTB. Otros activistas se muestran mucho más prudentes y ponen freno a las expectativas, recordando quizá como el cardenal Francesco Coccopalmerio sentenciaba el pasado jueves que la iglesia “nunca” aceptará el matrimonio entre personas del mismo sexo ni bendecirá sus uniones.
Con todo, el resultado final del Sínodo lo veremos en el documento final que se elaborará a partir de esta síntesis y de las discusiones que tengan lugar esta segunda semana, y que será votado el sábado 18 de octubre. Entonces sabremos qué queda de todas estas intervenciones en el documento final, previsiblemente la base sobre la que más adelante se adoptaran decisiones. En definitiva, el Sínodo está sirviendo para movilizar debates y sacar a la luz temas que en ambientes eclesiásticos era difícil abordar. También está sirviendo para que tengan más ecos las iniciativas de grupos LGTB cristianos. El solo hecho de que haya una mayor franqueza para abordar el tema parece también poner muy nerviosas a algunas personas, con reafirmaciones exacerbadas. Es aún pronto para adelantar resultados concretos en una institución cuyos ritmos son muy lentos. Habrá que esperar y ver que da de sí el paso del tiempo.
Pareciera ser la táctica vaticana: dejar hablar sobre temas tabú para, al final, mantener lo mismo… ¡Y dicen que se respira un ambiente como el del Concilio Vaticano II ! ¿Cuándo se van a dar cuenta de que ya no nos basta con que no nos escupan a la cara los insultos, ni nos llamen desviados, ni nos condenen con el “fuego eterno”? No basta ya la suavidad “aterciopelada” de la diplomacia vaticana… Hace ya mucho tiempo que los homosexuales creyentes nos sentimos en paz con nosotros mismos reconociéndonos como homosexuales, como creyentes, acogidos por Dios al igual que nuestras familias, nuestras parejas, nuestros hijos. Hace mucho tiempo que no esperamos que los obispos y el papa dejen de considerarnos como cristianos de segunda fila a los que tratar como si fuéramos seres inmaduros, ni que reconozcan nuestros derechos… Nos basta que sí lo haga la sociedad civil y cada vez más naciones en el mundo… Llegará el día en que un papa tenga que arrodillarse ante una familia homparental y gritar. ¡Perdón, perdon, perdón!
El Papa logra que el Sínodo acoja a gais y nuevas familias
Cardenal Müller: “La Iglesia no puede reconocer a las parejas homosexuales”
Texto completo del Documento del Sínodo: la Relatio post disceptationem
El Documento denominado “Relatio post disceptationem“, que ayer por la mañana ha presentado a los medios, el cardenal Peter Ërdo, portavoz del Sínodo sobre la Familia que se celebra en El Vaticano y que recoge un resumen de las 265 intervenciones que se han escuchado hasta ahora, revela que algunos obispos creen que ‘los católicos homosexuales tienen dones y cualidades que aportar a las parroquias’. Los documentos publicados son un resumen de la reuniones en curso entre el Papa y sus obispos y parecería a algunos que la iglesia podría ‘cambiar de discurso’ con respecto a la homosexualidad, el divorcio y la contracepción. Este nuevo texto choca en llas formas con las últimas declaraciones del cardenal Burke pidiendo que las parejas gays no deben ser invitadas a reuniones familiares en presencia de niños.
‘¿Somos capaces de dar la bienvenida a estas personas, garantizándoles espacio fraterno en nuestras comunidades?. A menudo desean encontrarse con una Iglesia que les ofrezca un hogar acogedor’, dice el documento presentado esta mañana por el cardenal Peter Erdo. Y continúa el texto, ‘¿Son nuestras comunidades capaces de proporcionar que, aceptando y valorando la orientación sexual, no se comprometa la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?’.
De momento, la versión oficial apunta que si la mayoría de los obispos piensan que el matrimonio entre personas del mismo sexo no lo pueden bendecir, una boda civil podría tener una “realidad positiva”. “Sin negar los problemas morales relacionados con las uniones homosexuales, hay casos en los que la ayuda mutua de sacrificio constituye un apoyo valioso en la vida de las parejas”, dice el documento.
Ante estos interrogantes, los obispos no sacan conclusiones y se limitan a afirmar que la cuestión de la homosexualidad “requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual”.
Si este documento revela puntos de vista oficiales de la Iglesia Católica, de los que se informará en su totalidad después de que concluya el Sínodo el 19 de octubre, sería un giro radical de la Iglesia Católica. Una institución que ve que cada año pierde fieles por mantener una moral arcaica y nada acorde con el siglo XXI. En definitiva, las voces aperturistas se están oyendo en el Sínodo muchas veces acalladas por los sectores del lobby más conservador.
Otros aspectos abordados:
El matrimonio, exclusivo entre el hombre y mujer: El resumen deja claro que “las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser equiparadas al matrimonio entre un hombre y una mujer” y subraya que no es aceptable que “se quieran ejercitar presiones sobre la actitud de los pastores o que organismos internacionales condicionen ayudas financieras a la introducción de normas inspiradas a la ideología género“.
El derecho de los niños en las parejas gays: Por otro lado, se ha puesto de manifiesto, sin negar “las problemáticas morales” relacionadas con las uniones homosexuales, que hay casos en que “el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas”. En todo caso, el texto resalta que se deben poner siempre por delante “las exigencias y derechos de los pequeños” en relación a los niños que viven con parejas del mismo sexo.
Agilización de las nulidades matrimoniales: Varios padres sinodales han expuesto durante el Sínodo la necesidad de “hacer más accesibles y ágiles los procedimientos para el reconocimiento de casos de nulidad”. se ha aludido a la posibilidad de superar “la necesidad de la doble sentencia conforme” o “determinar una vía administrativa bajo la responsabilidad del obispo diocesano“, así como abrir “un proceso sumario para realizar en los casos de nulidad notoria”.
Acompañar a los divorciados: Además, el documento afirma que la comunidad local y los pastores “deben acompañar” a las personas divorciadas pero no vueltas a casar “con preocupación”, sobre todo cuando hay hijos o es grave su situación de pobreza.
Precaridad laboral, como freno del matrimonio: El sínodo también ha planteado que la precariedad laboral es un elemento disuasorio de los jóvenes hacia el matrimonio. Y se ha puesto de manifiesto que uno de los principales desafíos de las familias es la “soledad“, que destruye y provoca una “sensación general de impotencia” con relación a la realidad socioeconómica que muchas veces “termina por aplastar”.
Individualismo dentro de la familia: En este sentido, se ha advertido del “peligro” representado por un “individualismo exasperado” que desnaturaliza las relaciones familiares y termina por considerar a cada componente de la familia como una “isla”, haciendo prevalecer, en ciertos casos, la idea de “un sujeto que se construye según sus propios deseos tomados como un absoluto”.
Convivencia e hijos fuera del matrimonio: El documento también resalta que en muchos ámbitos no sólo occidentales se está desarrollando “la praxis de la convivencia antes del matrimonio o también de la convivencia no orientada a asumir la forma de un vínculo institucional“. Además, se ha puesto sobre la mesa que hay muchos niños que nacen fuera del matrimonio y que el número de los divorciados “es creciente y no es raro el caso de opciones determinadas únicamente por factores de orden económico”.
Los niños, víctimas de la disputa entre padres: La ‘Relatio post disceptationem’ ha puesto énfasis en que “la condición de la mujer tiene que ser defendida y promovida” ya que, según recoge el documento, se registran muchas situaciones de violencia dentro de las familias. Además, advierte de que los niños son “frecuentemente objeto de disputas entre padres” y que ellos son las “verdaderas víctimas” de las laceraciones familiares.
Fuente Religión Digital
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