Los curas de Solsona piden prudencia a Novell
“En cada glosa, la monta gorda”
“El mundo necesita balsámicos en lugar de vinagre”
Los curas reunidos en el Foro Ondara nos sentimos especialmente sorprendidos por los últimos escritos del obispo Novell en la Hoja Diocesana. Podríamos decir que cada glosa la lía, al menos mediáticamente hablando. Y nos sabe muy mal que nuestro obispado de Solsona se asocie a polémicas estériles, unas polémicas que en nada nos ayudan en nuestra labor evangelizadora de anunciar el mensaje liberador de Jesucristo en un mundo que necesita balsámicos en lugar de vinagre.
Concretamente nos extraña la última glosa en el que afirma -a través de una pregunta retórica- que “el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos chicos adolescentes” es debido a una figura paterna simbólicamente ausente o desvanecida. ¡Vayamos por partes!
Es cierto que los cambios culturales y sociológicos están trazando unos roles diferentes a la masculinidad y la feminidad. Se está desdibujando la línea divisoria y se está pasando de una cultura patriarcal a otra más igualitaria, una realidad que también está provocando cambios en los modelos de familia tradicionales y están saliendo otros modelos. Esto es una realidad.
También es verdad que en la mayor parte de los adolescentes aparece, tal como lo ha explicado siempre la psicología evolutiva, una “confusión” en su personalidad que también afecta a su sexualidad; un trasiego necesario para su maduración y llegada a la edad adulta.
Ahora bien, establecer una relación de causa efecto entre las dos realidades es aplicar una interpretación dudosa de las teorías psicoanalíticas de Freud, lo que, por lo menos está muy lejos de parecerse a la actitud que debe tener la Iglesia en la lectura de los signos de los tiempos y en la atención a las personas inmersas en esta realidad, según el modelo que hemos aprendido del Evangelio.
En cuanto a las teorías de Freud, es cierto que problematizó ( ‘neurotitzó’, dirían algunos) la sexualidad humana … pero toda la sexualidad, no sólo la homosexual. Podríamos preguntar: ¿cómo es que el obispo no plantea que quizás los niños heterosexuales lo son porque tienen una madre ausente o porque buscan la hermana que no han tenido? ¿Como es que la supuesta “patología” sólo la aplica a la sexualidad minoritaria, la homosexual, y por eso la condena como patológica? Pero no es misión de la iglesia aplicar estas teorías, sino liberar a las personas mediante el mensaje del amor y la misericordia de Dios.
Desearíamos que nuestro obispo tomara las decisiones de manera colegiada, fuera más prudente en sus manifestaciones y no se metiera en barrizales que dificultan la verdadera misión e imagen que, a través nuestro, debe ofrecer la Iglesia en el mundo de hoy .
Fuente Foro Ondara
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