La National Coalition of Anti-Violence Programs (NCAVP), organización que hace un minucioso seguimiento de los delitos de odio contra la comunidad LGTBQ en los Estados Unidos, ha hecho público su informe correspondiente al año 2016. Y los datos no son precisamente tranquilizadores. Aun dejando fuera el atentado homófobo de Orlando, 2016 fue el año con mayor número de asesinatos de personas LGTBQ en los Estados Unidos desde que se registra este dato. El colectivo de mujeres trans negras se revela, una vez más, como el más vulnerable. Por si esto fuera poco, en lo que llevamos de 2017 ya se han cometido más homicidios de personas LGTBQ que en todo 2016.
Asesinatos
La NCAVP registró un total de 77 asesinatos relacionados con el odio contra las personas LGBTQ y/o que viven con VIH (que también son incluidas en esta estadística). Estos 77 asesinatos incluyen los 49 fallecidos en el atentado contra la discoteca Pulse. Si se descuenta este atentado (un ejercicio que esta entidad ha hecho para permitir un análisis más fino de la tendencia subyacente), fueron 28 las personas asesinadas. Es decir, que incluso sin tener en cuenta lo que sucedió en Orlando, en 2016 hubo un incremento del 17% en el número de víctimas mortales (en 2015 fueron 24), lo que convierte a 2016 en el año más sangriento desde que se registra este dato de forma sistemática.
Descontando las víctimas de Orlando, la mayoría de las cuales eran latinas, los porcentajes se reparten como sigue:
- Desde el punto de vista racial, el 79% eran personas de color (al categorizarlas así nos limitamos a seguir el criterio de la NCAVP): 18 personas negras y 4 latinas.
- Desde el punto de vista de la identidad de género, 19 (el 68%) eran personas trans y de género no conforme. La inmensa mayoría (17) fueron mujeres trans de color.
Otros incidentes/delitos de odio
Por lo que se refiere no ya a las personas asesinadas sino al total de incidentes/delitos de odio, la NCAVP registró un total de 1036 (es importante destacar, en este sentido, que la NCAVP se nutre de la información que le remiten una serie de organizaciones que trabajan sobre el terreno, por lo que puede haber numersos incidentes que queden fuera de sus registros).
Desde el punto de vista de la orientación sexual, el 47% se identificaron como gais, el 17% como lesbianas, el 14% como heterosexuales, 8% como queer y otro 8% como bisexuales:
Desde el punto de vista de la identidad de género, el 44% fueron hombres cisgénero (comparando porcentajes, parece evidente que la mayoría de ellos era hombres gais), el 21% mujeres cisgénero, el 21% mujeres transgénero, el 6% fueron personas de género no conforme, genderqueer o de género fluido y el 5% fueron hombres transgénero:
Un aspecto que en Estados Unidos no debe pasarse por alto es el racial. A este respecto, el 60% de las víctimas se identificaban a sí mismas como personas de color. Por otra parte, el 15% de las víctimas que accedieron a compartir su documentación carecían de ella (un porcentaje superior al que otros estudios identifican como el de indocumentados en la población estadounidense, lo que revela que este subgrupo es también especialmente vulnerable a los delitos de odio por LGTBfobia).
Por lo que se refiere al comportamiento de las fuerzas policiales, el 66% de las víctimas que interactuaron de alguna forma con ellas lo califica de indiferente u hostil. 52 personas, en concreto, aseguran haber sufrido algún tipo de maltrato policial tras el incidente de odio (uso excesivo de la fuerza, detención injustificada, etc.). Un dato a tener en cuenta en que las víctimas negras experimentaron “excesiva fuerza policial” en un porcentaje tres veces superior al del resto. No cabe duda, en este sentido, de que el factor racial sigue siendo clave.
La violencia del día a día: un aspecto que no debe olvidarse
Un dato especialmente interesante del informe es que aproximadamente la mitad de los incidentes de odio tuvieron lugar en el entorno cercano a la víctima (lugar de trabajo, escuelas, hogar), y de hecho algo más mitad de los agresores era personas conocidas de la víctima:
En este sentido, destaca muy especialmente el subgrupo de víctimas latinas, cuya posibilidad de sufrir discriminación laboral fue 2,6 veces superior al resto. “La percepción más común de la violencia por odio es que ocurre al azar, perpetrada por extraños en lugares públicos, pero esa no es toda la verdad. Nuestros informes muestrab que la violencia por odio contra las personas LGTBQ es una realidad del día a dúa, perpetrada por personas a las que conocemos y en lugares en los que pasamos buena parte de nuestro tiempo”, ha expresado al respecto Aaron Eckhardt, director de BRAVO, una organización que combate el odio por LGTBfobia en el estado de Ohio.
Aquí puedes descargar el informe completo en PDF correspondiente a 2016 (consta de 89 páginas). Y en la web de la NCAVP puedes descargar los informes de años previos (desde 1998).
Las perspectivas para 2017, aún peores
Lo terrible es que si 2016 batió el récord por lo que al número de asesinatos de personas LGTBQ se refiere, 2017 no le va a la zaga. De hecho, si descontamos las 49 víctimas del atentado de Orlando, el récord ya hubiese sido batido de nuevo: desde enero de 2017 se han contabilizado 33 víctimas, 5 más que todas las víctimas de 2016 (sin Orlando) y 9 más que todas las víctimas de 2015.
Uno de los objetos de discusión en estos momentos es el papel catalizador del odio que la nueva situación política estadounidense juega en este repunte de violencia. La tensa y polarizada campaña electoral de 2016 y la elección como presidente de Donald Trump, cuya administración se está revelando como marcadamente anti-LGTB, han supuesto un giro de 180 grados respecto al escenario previo. Los colectivos LGTB y de defensa de sus derechos civiles se preparan para años de resistencia, mientras que los grupos homófobos y tránsfobos protagonizan numerosas ofensivas en los niveles local, estatal y federal.
Hasta qué punto este clima político se traslada a las calles y se refleja en actos concretos de discriminación y violencia es díficil de establecer, pero la tendencia parece clara. Buen ejemplo es lo sucedido este pasado fin de semana en Charlottesville (Virginia), donde supremacistas blancos, nazis y miembros de la alt-right o “derecha alternativa”, que tanto apoyo ha dado a Donald Trump, se manifestaron haciendo gala de su odio racista, antisemita y homófobo. “Que os jodan, maricones”, fue uno de sus cánticos, algo de lo que hay más que suficiente testimonio audiovisual:
Fuente Dosmanzanas
General, Homofobia/ Transfobia.
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