Atentado contra la mezquita pro gay de Ciudad del Cabo
Las amenazas se han cumplido. La mezquita inclusiva pro gay que abrió en Ciudad del Cabo el pasado mes de septiembre ha sufrido un atentado con cócteles molotov, según informa Taj Hargey, imán del tempo. Los hechos ocurrieron el pasado sábado (4 de octubre) en el único edificio de culto en Sudáfrica donde “todos son bienvenidos”. Homosexuales y no musulmanes tienen permitida la entrada, y las mujeres pueden rezar junto a los hombres.
Un grupo de no individuos no identificados intentaron de esta forma prender fuego a la mezquita.
“Han intentado quemarla con cócteles molotov”, relata Hargey en declaraciones a EFE. El responsable del edificio vincula el ataque con las amenazas de muerte recibidas debido a su interpretación de la fe mahometana, revolucionaria para la mayor parte de las autoridades religiosas musulmanas. “Estoy convencido de que son radicales islámicos”, añade.
El religioso no ha reportado daños personales, pero sí materiales. El ataque causó daños considerables al edificio, según informó a AFP. “Este es un ataque incendiario intencional. Utilizaron la gasolina y aceite”. Nadie resultó herido en el ataque, ya que el edificio estaba vacío durante la noche, cuando tuvo lugar el ataque.
“En lugar de prepararse para el día santo (Eid al Adha, Fiesta del Cordero, que se celebó el día siguiente) estas personas se disponían a destruir la casa de Dios. Es muy triste, una falta de respeto”, lamenta.
Andre Traut, portavoz de la policía, asegura que los agentes “están investigando las circunstancias respecto al incendio”.
Menos de un mes después de su inauguración, boicoteada por un grupo de musulmanes locales, la mezquita ha recibido numerosas críticas de organizaciones musulmanas de Ciudad del Cabo, que tildan a Hargey de “provocador y contrario al Islam”.
El templo se ha visto envuelto también en una polémica administrativa, después de que el concejal Ganief Hendricks, del partido musulmán Al Jama-ah, denunciara formalmente que el edificio “no cumple los requisitos urbanísticos para ser utilizado como mezquita” y, por lo tanto, que debería ser cerrado. Se refiere a que el recinto dispone de insuficientes plazas de aparcamiento.
Hargey atribuye a razones ideológicas y religiosas la posición del Ayuntamiento. “Hay otros templos en la ciudad que tienen los mismos problemas técnicos y funcionan sin problemas”, manifiesta.
Hargey es académico de Oxford que se ha mostrado en repetidas ocasiones partidario de prohibir el burka. El imán, que espera unas 25 personas a su servicio diario en la mezquita, dijo que no cederá ante intimidaciones y que el templo estará abierto.
Foto: Rodger Bosch (Getty)
Fuente Ragap
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