El Cardenal Rouco Varela se despide de la diócesis de Madrid arremetiendo de nuevo contra el matrimonio igualitario.
Rouco Varela ha llamado a proteger el “derecho a la vida desde que es concebido en el vientre de su madre” y el matrimonio “como una comunidad indisoluble de vida y de amor fecundo en el fruto precioso de los hijos”.
Miles de fieles despiden al cardenal en La Almudena, con notables ausencias políticas y episcopales
Rouco se despide: “No debemos retroceder en nuestra misión de ser testigos valientes de Jesucristo”
No hubo representantes del Gobierno ni de la cúpula episcopal: faltaron Camino y Carrasco Rouco
El Cardenal Arzobispo Emérito de Madrid Antonio María Rouco Varela se ha despedido este sábado de los diocesanos madrileños con una Eucaristía en la Catedral de la Almudena, ha informado el Arzobispado en un comunicado. En su homilía, el religioso gallego ha destacado que el 22 de octubre se cumplirán 21 años de su labor de obispo en Madrid. “Venía de Santiago de Compostela, en donde había ejercido el ministerio episcopal durante 18 años”, ha recordado, apuntando que “quería responder en Madrid a la llamada del Señor en aquel momento crítico de la historia contemporánea de la Iglesia y del mundo”.
Rouco Varela ha llamado a proteger el “derecho a la vida desde que es concebido en el vientre de su madre” y el matrimonio “como una comunidad indisoluble de vida y de amor fecundo en el fruto precioso de los hijos“, y ha agradecido la labor de los misioneros y en especial de Cáritas Diocesana por ayudar a aliviar “la pobreza y el dolor de muchos necesitados espiritual y materialmente”.
Entre las autoridades que han estado presentes en su despedida se encuentran el presidente regional, Ignacio González; el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaria; el presidente de la Asamblea de Madrid, Ignacio Echevarría; la alcaldesa de la capital, Ana Botella; el exalcalde y exministro Alberto Ruiz Gallardón; los consejeros regionales Javier Rodríguez y Pablo Cavero, así como diversos concejales de distrito y delegados de Área en el Ayuntamiento de Madrid.
La eucaristía ha sido concelebrada por el Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini; el Arzobispo Castrense, Juan del Río; el Nuncio Apostólico en Kazajistán, Miguel Maury; el Obispo de Astorga, Camilo Lorenzo; y los Obispos Auxiliares de Madrid, Fidel Herráez, César Franco y Juan Antonio Martínez Camino; y los vicarios Generales de las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Madrid, además de cientos de presbíteros diocesanos.
Leemos en Religión Digital:
(Jesús Bastante).- Despedida y cierre. El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, vivió este mediodía un baño de multitudes, por parte del pueblo y del clero, durante su despedida oficial de la que ha sido su diócesis durante los últimos veinte años. Varios miles de personas llenaban la catedral de La Almudena desde al menos una hora antes de la “Misa estacional en acción de gracias” por el ministerio del obispo gallego.
No faltaba nadie. O casi nadie, pues no hubo representación del Gobierno, y apenas del Episcopado español Sólo el nuncio Fratini, el arzobispo castrense, el obispo de Astorga y dos de sus tres auxiliares (Fidel y César Franco). No se merecía tal vacio el purpurado en su despedida.
Más de quinientos sacerdotes, el seminario en pleno, autoridades civiles, políticas (encabezadas por el presidente de la Comunidad, Ignacio González y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría) y militares, y también los “ex”: se juntaron los tres más famosos de la Villa: el hasta hace un mes ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón; la todavía alcaldesa, Ana Botella, y el arzobispo dimisionado, Rouco Varela), y representantes de todos los movimientos y casi todas las congregaciones religiosas con presencia en Madrid. Y una decena de bancos reservados para la “Casa del cardenal”: empleados, familiares y personalidades cercanas al purpurado.
Hasta una pantalla gigante en la plaza de Oriente para seguir una ceremonia que no fue anunciada hasta última hora, pero que arrancaba quince minutos antes de su inicio oficial con el volteo de campanas. Como en las grandes ocasiones.
A esa misma hora entraba por la puerta de Bailén el cardenal Rouco Varela. Entre los aplausos de los que aún no habían entrado. Un nutrido componente policial no fue necesario. En esta ocasión no hubo Femen ni protestas de desahuciados. Era el día de Rouco Varela.
Todos merecen una despedida digna, y la de hoy lo fue. Revestida de la solemnidad y el protocolo propios de la jornada, y del modelo de Iglesia defendida, a capa y espada, por el cardenal que el próximo 25 de octubre dejará su sitio, en esta misma catedral, a Carlos Osoro Sierra. Leer más…
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