Cancelan festival LGBT en Ucrania por ataques de un grupo de extrema derecha
Los organizadores de un festival LGBT en la ciudad ucraniana de Lviv se han visto obligados a cancelar el evento ante las amenazas y ataques de un grupo de extrema derecha que rodeó el lugar donde se encontraban.
El Festival de la Igualdad que se celebraba en la ciudad ucraniana de Leópolis tuvo que ser cancelado, después de que una turba amenazante rodeara el hotel que acogía a participantes y eventos. Las fuerzas policiales, en vez de detener a los agresores, acusaron a las víctimas de ser “unos provocadores”. El Festival de la Igualdad pretendía ser una respuesta a todos aquellos grupos que sufren discriminación, como los miembros de minorías étnicas, las personas con discapacidad, los migrantes o las personas LGTB.
Alrededor de 200 manifestantes de extrema derecha rodearon y lanzaron piedras al grito de “matar, matar, matar” a un hotel donde 70 participantes del festival se habían refugiado. Después de que llamaran a la policía, y tan sólo enviaran un coche fue, los asistentes al festival tuvieron que ser evacuados en autobús un tiempo después.
El Festival de la Igualdad, filial regional de otro evento que tuvo lugar en Kiev por primera vez el pasado diciembre, iba a incluir lecturas literarias, proyecciones de películas y eventos públicos. Según los organizadores, la planificación del evento había sido difícil, ya que ni la policía ni la ciudad ofrecieron ningún tipo de apoyo. “Entonces, desde el hotel que habíamos reservado para las personas que venían de fuera de Lviv nos dijeron que no podíamos quedarnos allí”, denunciaron, añadiendo que “cuando llegamos, el encargado nos comunicó que las autoridades municipales les habían dicho que éramos unos pervertidos, que nos habían buscado en Google y que la gente como nosotros deberíamos quemar en el infierno”.
Leópolis está considerada la capital cultural de Ucrania, y por ello fue elegida por los organizadores para que fuera este año una de las sedes del Festival de la Igualdad, un encuentro que se ha desarrollado desde el año 2014 en la capital, Kiev, y que ahora quería expandirse por distintas localidades del territorio ucraniano. En palabras de sus organizadores, el Festival de la Igualdad es “una respuesta a muchos casos de discriminación y violación de los derechos de las personas pertenecientes a diversos grupos sociales sensibles: minorías étnicas, personas con discapacidad, personas LGTB, personas sin ciudadanía y residencia permanente, migrantes, tanto los externos como los domésticos, desplazados de la zona de conflicto en el Este y la península de Crimea”. Sin embargo, para quienes se oponen a su celebración, el Festival tan solo trata de promover los derechos de los homosexuales.
Los agresores de extrema derecha
Los organizadores del Festival habían conseguido que participaran personas de cierto renombre en el ámbito cultural ucraniano, y también algunos artistas conocidos por el gran público del país. Para ello contrataron los servicios del Hotel Leópolis, donde se acogería a los participantes y se celebrarían los diversos actos. Pero tanto las autoridades políticas de Leópolis como los líderes religiosos mostraron su oposición. Los responsables del hotel recibieron una llamada del ayuntamiento al respecto, y decidieron cancelar las reservas el pasado día 18 de marzo, tan solo un día antes del comienzo de la celebración del festival.
Finalmente, el Festival de la Igualdad logró encontrar acomodo en el Hotel Dniester, donde se alojaron y reunieron los participantes el 19 de marzo. Pero a mediodía, nada más dar comienzo las actividades, un grupo de jóvenes con máscaras y pasamontañas empezó a agolparse a las puertas del hotel. A las dos de la tarde, se podían contar unos doscientos. Los organizadores del evento, temerosos, solicitaron el auxilio de la Policía, pero les fue denegado. No solo eso, sino que los responsables de las fuerzas de seguridad locales les acusaron de ser “unos provocadores”, y arguyeron con sorna que los jóvenes reunidos a la puerta del hotel tan solo “estaban esperando a unos amigos”.
Los responsables del Festival no habían podido contratar seguridad privada, pues las compañías locales temían enfrentarse a los ultraderechistas del Partido Svoboda, por lo que solo contaban con cuatro guardias de seguridad contratados en Kiev. Las fuerzas policiales finalmente llegaron al hotel transcurridas cuatro horas desde que fuera rodeado, tras producirse una amenaza de bomba que obligó a evacuar las instalaciones. Cuando los participantes del Festival eran desalojados, fueron recibidos con una lluvia de piedras y pequeños explosivos.
La Policía se limitó a conducir a los agredidos hasta dos autobuses, sin enfrentarse a los violentos homófobos, que persiguieron a la carrera a los dos vehículos por las calles de Leópolis. Fueron conducidos a una ciudad cercana, donde encontraron refugio, mientras los agentes les informaban de que grupos armados les estaban buscando. Al día siguiente lograron abandonar la región.
Tras el violento suceso, el alcalde de Lviv, Andriy Sadovyi, finalmente rompió su silencio el domingo, para culpar tanto al grupo LGTB como a los miembros de la extrema derecha en la misma medida: “Los acontecimientos de ayer en Lviv son el resultado de una provocación cuidadosamente planificada. Los participantes de ambos lados eran conscientes o inconscientes de la imagen completa”, escribió en Facebook.
Sin embargo, los organizadores siguen confiando en Leópolis como una ciudad adecuada para la organización del Festival de la Igualdad. “Como capital cultural del país está llena de intelectuales”, afirman, “por lo que es un lugar donde es lógico que esperemos tener un diálogo constructivo”. Para los responsables del Festival de la Igualdad, la violencia de la que fueron objeto no representa el talante de los ciudadanos de Leópolis, sino solo a las organizaciones extremistas que asolan el país. Su propósito sigue siendo “defender la libertad y la igualdad para todo el mundo, sin excepciones ni limitaciones”.
Ucrania: hostigamiento a la comunidad LGTB por ambos bandos
El pasado mes de junio, publicábamos los ataques durante la marcha del Orgullo LGTB de Kiev, que se saldó con al menos 10 heridos y 25 ultras detenidos. Aun así, teniendo en cuenta el clima de crispación y la imperante homofobia social, los organizadores y activistas participantes consideraron que la presencia de unos 300 personas era un éxito, teniendo en cuenta que “todos sabían que era peligroso”. Poco después, en agosto, un foro sobre derechos LGTB en Odesa también era atacado.
En julio del año pasado nos hacíamos eco de las imágenes que registran el intento de asalto de un grupo neonazi a un local de ambiente gay en Kiev. Este miserable incidente ocurría pocos días después de que las autoridades de la ciudad prohibieran la celebración de la Marcha del Orgullo, justificando su negativa en supuestos problemas para garantizar la “seguridad”, así como por la situación de guerra en el este del país.
En 2013 fueron los tribunales los que prohiberon la que hubiera sido primera Marcha del Orgullo de la capital ucraniana, a petición de un grupo de parlamentarios, que también esgrimieron como motivo para la prohibición los posibles disturbios entre manifestantes y opositores a los derechos LGTB. Pero a pesar de la orden judicial, una cincuentena de activistas se manifestaba a los pocos días por las calles de Kiev, teniendo que ser protegidos por la policía de la ira de los grupos de extremistas.
De hecho, la presencia de esos mismos grupos obligó a suspender en 2012 todos los actos reivindicativos programados. Las espantosas imágenes del ataque al activista LGTB Svyatoslav Sheremet cuando comunicaba dicha suspensión se convirtieron en la imagen de la persistencia del odio LGTBfóbico instalado en la sociedad ucraniana. Una sociedad que trata de acercarse a Europa sin poner freno a la discriminación a la que aboca a una parte de sus propios ciudadanos.
Fuente Agencias/Cáscara Amarga/Dosmanzanas
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