La Federación Turca de Fútbol, condenada por la justicia de su país por discriminar a un árbitro gay
En pleno siglo XXI… El árbitro turco Halil İbrahim Dinçdağ es la primera víctima que trasciende con nombre y apellidos del llamado ‘Certificado Rosa‘. Presentó una solicitud de exención del servicio militar en 2009 (obligatorio para todos los ciudadanos varones turcos con edades comprendidas entre los 20 y 41 años) alegando ser gay y la Federación Turca de Fútbol le revocó la licencia y su identidad se filtró públicamente y así perdió su trabajo. Ahora, un tribunal de Estambul ha ordenado a la Federación a indemnizarle con 23.000 liras turcas (7.223,65 euros) en compensación.
La Federación Turca de Fútbol ha sido condenada por un tribunal de Estambul a pagar una compensación económica de 23.000 liras turcas (algo más de 7.000 euros) a Halil İbrahim Dinçdağ por revocar su licencia como árbitro debido a su condición de homosexual. La sentencia supone un importante precedente en un país como Turquía, aunque su abogado apelará la sentencia por considerar la cantidad insuficiente.
Lo sucedido a Halil İbrahim Dinçdağ es un buen ejemplo de las situaciones de discriminación a las que se tienen que enfrentar a diario las personas LGTB en Turquía. La historia se remonta a 2009, cuando agentes de la Federación Turca de Fútbol en Trebisonda, al noreste de Turquía, retiraron a Dinçdağ su licencia de árbitro cuando este este colegiado de 39 años anunció hace seis años su orientación sexual en un programa de televisión y justificó documentalmente la razón por la que no había cumplido el servicio militar: su homosexualidad, lo que le costó esta decisión. El argumento usado entonces por las autoridades respondía a que también había suscitado problemas en el servicio militar obligatorio por su homosexualidad.
El Ejército turco, como en anteriores entradas hemos recogido, sigue considerando la homosexualidad como una enfermedad, y de hecho son muchos los hombres turcos que ante el infierno que les supone el servicio militar admiten abiertamente su condición de homosexual para evitarlo. Sin embargo, para ello deben aportar “pruebas” de su homosexualidad, que pueden incluir exámenes anales o la necesidad de aportar vídeos y fotografías en las que se identifique claramente como son penetrados analmente. Prácticas humillantes que ya en 2012 fueron denunciadas en un documental de la BBC. El propio Halil İbrahim Dinçdağ, tras hacerse pública su historia, ha contado como a él mismo le sometieron a revisiones durante semanas, en parte en un hospital militar donde compartía habitación con enfermos psíquicos.
Cuando se le retiró su licencia Dinçdağ recurrió ante la Federación Turca, pero lo único que consiguió es que su caso trascendiera a los medios turcos y que su identidad se hiciera pública. Su carrera profesional se vino abajo y de hecho se quedó sin otro de sus trabajos, como comentarista de radio. Nadie le quiso contratar, muchos de sus conocidos se distanciaron de él y llegó a recibir amenazas de muerte.
Dinçdağ, que en este tiempo se ha convertido en una cara visible de la lucha contra la discriminación (hace poco más de un año recibió de la manos del entonces alcalde de Berlín, el abiertamente gay Klaus Wowereit, el Premio del Respeto de la Alianza contra la Homofobia) ha conseguido ahora la victoria en los tribunales. Una victoria que supone un importante precedente en Turquía, pero que aún así se queda corta si se tiene en cuenta que la Federación Turca ha sido condenada a indemnizar a Dinçdağ con 23.000 liras turcas (algo más de 7.000 euros, casi 8.000 dólares), una cifra cuatro veces inferior a la que Dincdag reclamaba.
Fuente Dosmanzanas
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