La falsa llama (4)
Del blog Amigos de Thomas Merton:
Acerca de las experiencias emociones en la vida espiritual, escribe Thomas MERTON en este artículo titulado LA FALSA LLAMA, que hemos compartido en el blog; y así, en esta última parte, sigue diciendo:
“Nos esforzaremos por alejarnos de ellas y evitar las ocasiones que las provocan, si podemos precisar cuáles podrían ser estas. Pero no debemos perturbarnos ofreciendo una resistencia violenta; basta con permanecer pacíficamente indiferentes respecto a ellas. Si no podemos hacer nada para evitar estos sentimientos de embriaguez y alegría espiritual, los aceptaremos con paciencia, con reserva y hasta con cierta humildad y agradecimiento, comprendiendo que no sufriríamos tales excitaciones si no quedaran tantos sentimientos naturales en nosotros.
Tenemos que negar el consentimiento a todo cuanto haya de desordenado en ellas, y dejar el resto a Dios, aguardando la hora de nuestra liberación en las alegrías reales, los gozos puramente espirituales de una contemplación en la que nuestra naturaleza, nuestras emociones y nuestro yo no enloquecerán, sino que seremos absorbidos y quedaremos inmersos, no en esta embriaguez tambaleante de los sentidos, sino en la ebriedad limpia e intensamente pura de un espíritu liberado en Dios.
Es indudable que la pasión y la emoción tienen su lugar en la vida de oración, pero deben ser purificadas, ordenadas y sometidas al amor más elevado. Entonces, también ellas pueden compartir la alegría del espíritu y hasta contribuir a ella, en cierta medida. Con todo, hasta que sean espiritualmente maduras, las pasiones deben ser tratadas con firmeza y reserva, incluso en las consolaciones de la oración. Cuándo son espiritualmente maduras? Cuando son puras, limpias, mansas, silenciosas, no violentas, desinteresadas, desprendidas… y, por encima de todo, cuando son humildes y obedientes a la razón y a la gracia”.
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Thomas Merton
Nuevas semillas de contemplación.
Sal Terrae
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