El cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, critica la “pretensión de omnipotencia” de la inexistente “ideología de género”
El cambio de sexo no es un cambio puramente externo. Incluye “el derecho a un cambio de identidad, el deseo de ser una persona diferente“, según señaló el lunes de la pasada semana el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, en una conferencia de la Universidad de Teología Católica de Colonia (KHKT), en una participación online, según información recogida por Katholisch.
En esa intervención, el purpurado argentino habría criticado la “pretensión de omnipotencia” de la “ideología de género“, rechazó la idea de que la identidad sexual y física pueda llegar a ser una “realidad alternativa a conveniencia” y estar sujeta a cambios radicales según los propios deseos individuales advirtiendo de que las “situaciones excepcionales” que implican graves trastornos emocionales que llevan a una vida insoportable “deben evaluarse con mucho cuidado” porque, afirmó que el cambio de sexo no es una simple modificación externa comparable a una cirugía estética, sino que implica “la pretensión de un cambio de identidad, el deseo de ser otra persona”.
El cardenal también defendió la dignidad infinita del ser humano, un concepto que ha generado críticas en algunos sectores ultramontanos a raíz del documento del Dicasterio sobre la dignidad humana, Dignitas infinita. En su intervención, el prefecto dio cuenta de las críticas cosechadas por el documento “Dignitas Infinita”. “Podríamos buscar sin cesar y, sin embargo, nunca encontraríamos nada que pudiera limitar, condicionar o negar esta dignidad. ‘Infinito’ significa ‘absolutamente incondicional’, independientemente de todas las circunstancias y en cualquier estado o situación en que se encuentre la persona“, señaló Fernández.
Explicó que el término “infinita” proviene de Juan Pablo II, quien lo usó por primera vez en un encuentro con personas con discapacidad en Osnabrück. “El amor de Dios, que es infinito, otorga a cada persona humana una dignidad infinita”, afirmó el cardenal, destacando que esta no depende de las capacidades naturales del individuo.
Así, Fernández, recalcó que trata de un principio no solo derivado de la religión, sino también accesible a través de la razón humana y el diálogo. Recordó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 resalta “la dignidad innata y los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.
El cardenal también se refirió a la oposición del Papa Francisco a la pena de muerte como una expresión de este principio: “Si no le niego la dignidad ni siquiera al peor criminal, entonces no se la negaré a nadie”.
La declaración “Dignitas infinita”, hecha pública el 8 de abril de 2024, aborda un variado y profundo arco de temas que van desde los pobres, los migrantes, las personas con discapacidad, las mujeres, las víctimas de violencia o la trata de personas, para subrayar la convicción de la Iglesia de la dignidad inalienable de la persona humana. “Ninguna antropología de la persona humana es igual a la de la Iglesia“, afirmó Fernández, según la misma fuente.
El congreso de la KHKT se extendió durante varios días e incluyó un total de 18 ponencias y una mesa redonda, en las que se debatió sobre la fundamentación y aplicación de la dignidad humana.
Fuente Katholisch.
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