Más vale tarde que nunca. Después de que en 2014 la FIFA se negara a sancionar a la Federación Mexicana de Fútbol por los cánticos homófobos de sus aficionados durante la celebración de la Copa del Mundo en Brasil, la organización que gobierna el fútbol mundial por fin ha decidido multar a los mexicanos con 10.000 francos suizos por los insultos dirigidos al portero alemán Manuel Neuer. Se da la circunstancia de que Neuer es uno de los pocos futbolistas de élite que se ha posicionado claramente contra la homofobia en el fútbol, y de hecho son muchos los aficionados que creen erróneamente que es gay.

El pasado domingo, 17 de junio, México y Alemania (actual campeona del mundo) se enfrentaron en el primer partido de la fase de grupos del Mundial de Rusia. Ganó México por 1-0, pero al margen del resultado el partido quedó empañado por el comportamiento de la afición mexicana, que no dudó en repetir el cántico homófobo cada vez que intervenía el portero alemán. Manuel Neuer, recordemos, es uno de los pocos futbolistas de élite que se ha posicionado de forma clara contra la homofobia en el fútbol, un compromiso que arrancó en 2011, cuando el que ya era portero de la selección teutona animó a los jugadores gais a que salieran del armario y se quitaran «un peso de encima». Desde entonces muchos aficionados creen erróneamente que Neuer es gay, lo que sin duda ha complicado a la FIFA repetir lo sucedido en Brasil, cuando tras evaluar el caso la organización decidió no sancionar a México al estimar que la utilización de «puto», el insulto homófobo mexicano por excelencia, no resultaba ofensiva en el contexto futbolístico.

El Comité de Disciplina de la FIFA, de hecho, solo ha tardado tres días en sancionar a la Federación Mexicana con una multa de 10.000 francos suizos (unos 8.700 euros), al estimar, esta vez sí, que los cánticos de los aficionados mexicanos fueron insultantes y discriminatorios, por lo que es de aplicación el artículo 67 del Código Disciplinario de la FIFA. La FIFA impondrá sanciones adicionales si los cánticos continúan produciéndose. Según asegura ESPN, los agentes de seguridad de los estadios vigilarán además a los aficionados mexicanos en otros partidos para identificar y expulsar a aquellos que sigan entonándolos.

La nueva política de mano dura de la FIFA contra México no es nueva, de hecho: la Federación Mexicana de Fútbol ha sido ya sancionada 12 veces durante la fase clasificatoria del Mundial por el mismo motivo (recibió inicialmente dos amonestaciones y posteriormente se le impusieron 10 multas). Sanciones que hasta la fecha no han hecho mella en los aficionados mexicanos. Quizá por ello los propios jugadores de la selección mexicana han comenzado a pedirles que abandonen esta práctica. «A todos los fanáticos mexicanos en los estadios, no griten ‘puto’. No nos arriesguemos a otra sanción», pedía en redes sociales el delantero Javier Hernández, «Chicharito», principal estrella de México.

Eso sí, parece que lo hacen más por miedo a las sanciones que por convencimiento de que gritar insultos homófobos en un estadio esté mal. «Sí, sabemos que no es un grito homofóbico ni despectivo, que no pretende ofender y que es parte de la carrilla y folclor mexicano. También sé que cuando los mexicanos nos proponemos algo, lo logramos y sé que la afición mexicana en Rusia se abstendrá de ese grito, ¿cierto?», tuiteaba el centrocampista Marco Fabián:

Si, sabemos que no es un grito homofóbico ni despectivo, que no pretende ofender y que es parte de la carrilla y folclor mexicano. También sé que cuando los mexicanos nos proponemos algo, lo logramos y sé que la afición mexicana en Rusia se abstendrá de ese grito, ¿cierto? 🇲🇽 pic.twitter.com/tZrZ1B6Uig

— Marco Fabián (@MarcoFabian_10) 20 de junio de 2018

«Puto», la expresión homófoba que tantos se han empeñado en defender

Lo cierto es que argumentos como los de Marco Fabián no nos resultan novedosos. Cómo no recordar el Puto del grupo mexicano Molotov, que también pretendió justificar que no había homofobia en una canción que repite «Puto» hasta la saciedad, cuyo estribillo incluye «Matarile al maricón» y cuya primera estrofa reza «¿Qué, muy machín no?,  ¿A muy machín no?, Marica nena, más bien putino». Molotov argumentó en su momento que se trataba simplemente de «una canción catártica». O lo sucedido en el ya mencionado Mundial de Brasil, cuando la utilización del término por aficionados mexicanos fue defendida por el entonces entrenador de la selección de México, Miguel Herrera, que aseguró que «no era para tanto».  El diario El País llegó a publicar entonces un artículo firmado por Fabio Morábito que defendía que la utilización de «puto» tenía lugar en el contexto de una «performance» y no podía tomarse como una ofensa.

Por fortuna, la sensibilidad de la FIFA contra la homofobia parece haber progresado un poco en cuatro años, y al menos el organismo futbolístico ya no acepta estas argumentaciones: bienvenidas sean las sanciones económicas contra las conductas homófobas. Aunque nos da la impresión de que hasta que estas no se traduzcan en descalificaciones deportivas no serán tomadas en serio. Ojalá nos equivoquemos Veremos por lo pronto qué sucede este sábado, 23 de junio, cuando México juega su segundo partido de la competición frente a Corea del Sur.

Fuente Dosmanzanas

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Sorpresa causaba entre algunos de nuestros seguidores encontrar en la edición digital del diario El País el artículo El grito homofóbico, que defiende que la utilización de “puto” por parte de los aficionados mexicanos en la Copa Mundial de fútbol que se celebra en Brasil para dirigirse al portero del equipo contrario no es homofóbica porque es una“performance” que se acompaña de “una pequeña coreografía que exige de coordinación y ritmo”. No se trata, por desgracia, de la única defensa de un insulto homófobo inequívocamente usado para denigrar que resulta muy popular en algunos países de América Latina. Lo que sorprende es que se haga desde las páginas de un diario pretendidamente progresista.

El autor del artículo, el mexicano Fabio Morábito, se hace eco de la decisión de la FIFA de no sancionar a la Federación Mexicana de Fútbol por el reiterado uso de “puto” por parte de los hinchas mexicanos, de la que se felicita. Como ayer mismo recogíamos, el propio entrenador de la selección de México, Miguel Herrera, quitaba importancia al uso del insulto homófobo, mientras que Ilán Semo, de la Universidad Iberoamericana, argüía que la intención de los aficionados al vociferar esa expresión era provocar el fracaso de sus contrarios, no aludiendo a su orientación sexual sino a su cobardía (al parecer usar un insulto homófobo para referirse a una actitud cobarde no es homofobia). La propia FIFA consideraba que los cánticos “no se consideran insultantes en ese contexto”.

El artículo de Morábito abunda en estos argumentos y va más allá, al considerar el “puto” de los hinchas mexicanos “una broma, una coreografía, una fulminante puesta teatral” que tiene lugar en un “contexto lúdico”. “Un grito colectivo, por más grosero que sea, si es parte de una performance, no puede tomarse como una ofensa”, argumenta Morábito.

El autor del artículo, que niega que el caso pueda ser comparado al del aficionado que arrojó un plátano a Dani Alves (gesto racista que tuvo lugar hace pocas semanas) puesto que ahí no había “performance”recurre además al manido argumento de la incomprensión cultural, en este caso de la cultura popular mexicana. “¿Se consultaron diccionarios para desentrañar el último matiz de la palabra bajo acusación? ¿Se contó con la ayuda de lingüistas y expertos en cultura popular? ¿Se entrevistaron vía telefónica a mexicanos de todos los estratos sociales para configurar el uso preciso de esa expresión en nuestro país?”, se pregunta.

En definitiva, según el artículo que El País ha publicado a Fabio Morábito, si una horda de hinchas de fútbol dirige un insulto homófobo al portero del equipo contrario no es homofobia… si se hace con buena intención y se acompaña además de una graciosa coreografía.

Un caso que recuerda al “Puto” de Molotov

El desgraciado episodio nos trae a la memoria el caso de la canción Putodel grupo mexicano Molotov, que también pretendió justificar que no había homofobia en una canción que repite “Puto” hasta la saciedad, cuyo estribillo incluye “Matarile al maricón” y cuya primera estrofa reza “¿Qué, muy machín no?,  ¿A muy machín no?, Marica nena, más bien putino”.

Molotov argumentó que se trataba simplemente de “una canción catártica sobre la situación en México a finales de los noventa”. A pesar de ello, y ante las protestas de organizaciones de defensa de los derechos de las personas LGTB, el grupo se comprometió en 2013 a no usar los términos homófobos durante sus actuaciones en Estados Unidos. Compromiso que por cierto no respetó.

Fuente Dosmanzanas

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