Condenados a 11 y 7 años de prisión los responsables de la muerte del joven antifascista francés Clément Méric
Dos de los acusados por la muerte del joven antifascista francés Clément Méric han sido condenados a penas de 11 y 7 años de cárcel, mientras que el tercero ha quedado en libertad sin cargos. El hecho tuvo lugar en junio de 2013 en París, en un ambiente social enrarecido por la fuerte campaña homófoba durante la aprobación del matrimonio igualitario. Un enfrentamiento entre antifascistas y un grupo de skinheads concluyó en una reyerta en la que Clément Méric fue golpeado hasta morir por Esteban Morillo, un joven nacido en Cádiz miembro de las ultraderechistas Juventudes Nacionalistas Revolucionarias, que empuñó un puño americano facilitado por el otro condenado, Samuel Dufour. Los abogados de ambos han comunicado que presentarán el correspondiente recurso.
Durante el período de aprobación legislativa del matrimonio igualitario en Francia, las calles se llenaron de opositores a la igualdad de derechos de las personas LGTB convocados por el movimiento Manif pour tous. Para conseguir su objetivo de agrupar al mayor número de manifestantes posible, no dudaron en aliarse con miembros de la extrema derecha, que incendiaron el ambiente social francés durante meses.
Clément Méric, un joven de 18 años, estudiante de Ciencias Políticas y perteneciente a la agrupación Acción Antifascista, había participado activamente en las manifestaciones contra la discriminación, que proliferaban también en respuesta a la intensa homofobia diseminada por los opositores al matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, el encuentro entre los grupos de jóvenes antifascistas y skinheads fue fortuito.
Según la sentencia, ambos grupos coincidieron en un mercadillo donde se saldaba ropa de determinada marca y empezaron a interpelarse. Pero algunos de los cabecillas ultraderechistas decidieron iniciar las agresiones físicas, y se dirigieron hacia Clément Méric. Según las pruebas, Samuel Dufour llevaba consigo un puño americano, considerado un arma blanca, que prestó a su compañero Esteban Morillo para que golpease al joven Clément. La desproporción del ataque se evidencia al saber que el activista antifascista se estaba recuperando de una leucemia, por lo que, su aspecto lo dejaba claro, no suponía ninguna amenaza. Morillo ha confesado durante el proceso que fue él quien asestó el golpe que hizo que Clément cayera al suelo, aunque sigue negando la utilización del puño americano. La autopsia, no obstante, reveló que los golpes mortales fueron asestados precisamente con esta arma.
Por la voluntad de querer hacer el mayor daño posible y utilizar para ello un arma es por lo que Esteban Morillo ha sido condenado a 11 años de prisión. Samuel Dufour, por su parte, ha sido sancionado con 7 años de cárcel por posesión de un arma blanca y participación en la agresión. Un tercer detenido, Alexandre Eyraud, ha sido absuelto, pues no se ha podido probar que agrediera físicamente a nadie. Esteban Morillo y Samuel Dufour, que cuentan en la actualidad con 25 años de edad, han comunicado a través de sus abogados que presentarán apelación contra la condena, que creen excesiva, sobre todo porque no creen que se haya probado debidamente la utilización del arma blanca. Ambos, a instancias del presidente del tribunal, han expresado su arrepentimiento por los hechos y se han disculpado ante la familia de Clément Méric. Morillo, de nacionalidad francesa aunque nacido en Cádiz, ha llegado a afirmar que «todas las noches pienso en ello y desearía que me hubiera pasado a mí en vez de a él».
Violencia en un ambiente de fuerte homofobia
Dado el ambiente enrarecido que se respiraba en Francia en aquella época, causado por los opositores al matrimonio igualitario, son muchos los que señalaron a estos con dedo acusador como responsables de la agresión del joven Clément Méric. El industrial y activista a favor de los derechos LGTB Pierre Bergé, pareja del conocido diseñador Yves Saint Laurent, expresó públicamente lo que parecía ser un sentir compartido por muchos: «estos inconscientes de la ‘Manif pour tous’ son los que han preparado el terreno. Asociándose con la extrema derecha les han permitido existir», o «la ‘Manif pour tous’ ha aceptado en sus filas a esos fascistas que han matado a Clément. Son ellos quienes deben reflexionar». Tampoco dudó en poner un nombre propio a los responsables: «la inmunda Frigide Barjot había prometido sangre, ahí tenéis a quien salpica a la democracia y a la República», refiriéndose a la tristemente famosa amenaza «si Hollande quiere sangre, la tendrá» que la cómica y responsable del movimiento homófobo Manif pour tous profirió cuando el Senado aprobó la ley de matrimonio igualitario.
En la misma línea se expresó la ensayista Caroline Fourest, quien consideró que «con la ‘Manif pour tous’ estos grupos se han sentido arropados y difundidos». Act-Up Paris, la conocida asociación de lucha contra el sida, también puso nombres: «Frigide Barjot hizo un llamamiento a la sangre, Christine Boutin prometió guerra. Ambas fueron escuchadas. Esta es la consecuencia de meses de discursos de incitación al odio, legitimados por la derecha y difundidos por los medios de comunicación».
Fuente Dosmanzanas
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