VERACRUZ, México. Las banderas arcoíris, las batucadas, los vestuarios drags, las pancartas de justicia, los carteles de denuncia y los mensajes de apoyo se mezclaron en un río multicolor para celebrar el orgullo LGBTI+. Pero también para protestar por la discriminación, las terapias de conversión (ECOSIG), los crímenes de odio y la falta de justicia en Veracruz, uno de los estados más violentos para la diversidad sexual y de género en el país.

Junto al mar, les integrantes de la comunidad se hicieron visibles y denunciaron. Veracruz es un lugar de alta discriminación y donde enfrentan frecuentemente actos de violencia aun cuando dice ser un lugar tolerante.

“Para nosotres marchar es protestar, es exigir. Es exigir justicia por las víctimas de feminicidio, transfeminicidio y todas las formas de violencia que hay hacia la comunidad LGBT”, afirmó Many, integrante del bloque disidente.

Marcha en Veracruz contra las violencias.

Un odio legitimado por la policía

Edgar Gómez, secretario general de la Asociación Civil Soy Humano señaló que se registraron 15 crímenes de odio contra personas de la diversidad sexual y de género en el estado. El año pasado fueron 26 y la mayor parte siguen sin resolver.

Pero las agresiones a la comunidad LGBTI+ en Veracruz no son solamente aquellas que terminan por quitarles la vida. Existen muchas más de las cuales poco se documentan debido al temor que tienen quienes las viven. Por ejemplo, varias organizaciones señalaron que la Policía del Estado acosa a personas gays y trans en las calles. E inclusive ha llegado a robarles y golpearles, pero pocos casos se denuncian.

Por ello este año Isaí Chiñas fue nombrado uno de los reyes de la marcha. Él y su pareja fueron golpeados 20 de mayo salvajemente por policías cuando regresaban de dejar a una de sus familiares tras una fiesta. Él tuvo la peor parte e inclusive relató que no dejaron de golpearlo hasta que creyeron que estaba muerto.

El rey de la jornada

Aunque no ha sido la única agresión de este tipo, Chiñas decidió denunciar tanto legalmente como públicamente. Por eso recibió llamadas donde intentaban citarlo en lugares extraños supuestamente para acudir a dar declaraciones, según contó.

“Es una gran experiencia (ser rey) y vamos a hacer valer nuestros derechos, es lo que estamos pidiendo de manera respetuosa. Lo tomo (el nombramiento) como un cumplido porque sé que no estoy solo, que nos están apoyando y que vamos a reunirnos más para que se siga escuchando nuestra voz”, dijo con corona puesta. Y añadió que en su caso se continúa armando la carpeta de investigación, mientras que uno de los oficiales continúa trabajando en la misma zona donde lo agredió.

Por un encuentro para todes

La marcha también fue encabezada por Noah Prieto, una mujer trans, como reina y por Toca Queer como reine. Este, dijo Gómez, es el primer año que se incluye entre las personas coronadas a una persona no binaria para visibilizar su existencia y apoyar en materia de educación al respecto.

A diferencia de otros años donde no todos los colectivos de la zona trabajaban en conjunto en la organización de la marcha, este año decidieron apostarle a hacerlo todos juntos por el fuerte trabajo que existe pendiente. Por eso los contingentes fueron más grandes y más nutridos.

“Falta esa inclusión, necesitamos años yo creo, pero vamos a pasos lentos pero seguros. Poco a poco vamos incluyendo a más personas de la sociedad. Espero que este año se sumen más, que vayan las familias, que vayan los aliades, que podamos demostrar a otras personas, es un trabajo duro”, aseguró la coordinadora de la marcha Vianey Jefry.

Este año la marcha ya se preparaba de manera conjunta, pero la necesidad de unirse en un solo contingente se afianzó luego del asesinato de Roberto por homofobia. Él se encontraba barriendo afuera de su casa cuando un vecino, que según relataron los colectivos era extremista religioso, comenzó a discutir y terminó por dispararle con una escopeta; aunque estuvo en el hospital y tuvo varias operaciones finalmente perdió la vida.

Jefry afirmó que esa es una clara muestra de los altos grados de discriminación que vive la comunidad LGBTIQ+ en el estado de Veracruz y una de las razones por las cuales se hace necesario salir a marchar y hacer múltiples actividades de educación.

Visibilizar con alegría

A la cabeza de la marcha, mujeres trans vestidas de jarochas (el traje típico de Veracruz) abrieron el desfile. Desde los carros sonaron canciones de moda y muchas personas bailaron y mostraron alegría, para elles es un día importante, es el día en que se unen y salen junto a personas que quieren a demostrar que tienen apoyo.

Es el día en que pueden salir a desfilar a una calle principal y no vivir agresiones, comentarios machistas o discriminación.

“Para mí marchar es apoyar a mis amigos. Hay mucha ignorancia y mucha discriminación hacia el sector sobre todo trans pienso yo. Tengo amigos trans, amigas trans y hay mucha discriminación”, contó otra de las integrantes de la marcha. Como ella muchas personas acompañaban a sus familiares incluidas abuelas que regalaban abrazos gratis, mamás o sobrines que mostraban pancartas de orgullo.

Un estado con violencia

Veracruz suele encabezar las estadísticas de crímenes de odio. Por eso la fiesta, el baile y el ritmo se combinó con la protesta.

La necesidad de hacer visible estas situaciones fue detectada desde hace 12 años por Felipe Santiago quien fundó las marchas en Veracruz y que falleció el año pasado por complicaciones del VIH, una de las causas contra las que luchó muchos años y dio acompañamientos. Por eso, al término del evento lo recordaron y dedicaron parte del acto en su honor.

La medalla de la noche fue para Jazz Bustamante de Soy Humano. No pudo estar presente porque la violencia que se vive en Veracruz la hizo buscar refugio en otra ciudad, pero a quien la comunidad decidió entregarle el reconocimiento por su larga trayectoria en defensa de los derechos humanos.

Veracruz: La medalla fue para Jazz Bustamante quien no pudo asistir a la marcha.

Marcha y acciones

La risa, la fiesta, el show drag lleno de luces, los gritos de justicia y el desfile por más de 3 kilómetros no fueron todo. Una semana antes la comunidad LGBTI+ organizó una serie de eventos para apoyar en la educación, y ayudar a detener la violencia. Hubo una obra de teatro llamada Fresa con Chocolate. También un taller de fortalecimiento de liderazgo por parte de la asociación civil Casa Veracruz que da acompañamiento a personas de la diversidad sexual y de género con VIH.

Otra actividad fue una ponencia sobre el contexto histórico de la comunidad por parte de la asociación civil Soy Humano que acompaña violencias y empuja procesos legislativos. Se sumó una exposición colectiva de la Casa de las Artes Phaskein que es un grupo de artistas de la comunidad que busca abatir la discriminación desde el arte y cerrar las brechas que existen en este rubro.

Además, hubo acciones como conversatorios sobre familias de personas trans, momentos lúdicos como pasarelas de modelaje, entre algunos otros. Todo con el fin de celebrar que siguen vivos en un estado como Veracruz que sigue ocupando los principales lugares en cuanto a crímenes de odio y agresiones contra la comunidad. Todo con el fin de conmemorar a aquellas personas que ya no están producto del odio que todes enfrentan día con día.