El joven luchador trans Mack Beggs podrá por fin competir en las categorías masculinas
Mack Beggs, luchador estadounidense de 17 años, de quien ya hemos hablado en esta página, podrá por fin participar en la competición masculina, después de haber sido obligado durante los últimos meses a enfrentarse a chicas debido a su condición de hombre transexual. USA Wrestling, la organización que regula la lucha deportiva no profesional en Estados Unidos, ha aprobado nuevas directrices que lo hacen posible. La historia de Beggs salto a los periódicos de todo el mundo en febrero, cuando el joven se impuso en el campeonato femenino de Texas con absoluta facilidad.
La del tejano Mack Beggs es una de esas historias que ilustran el sinsentido de la discriminación y del odio tránsfobos. Beggs, un adolescente de 17 años, nació con sexo femenino. Sin embargo, es un hombre transexual. Su identidad de género es masculina y hace ya dos años que comenzó su proceso de transición, que incluye tratamiento hormonal. Hasta ahí todo normal. Pero Mack Beggs es además deportista y practica la lucha. Como hombre que es, el joven solicitó participar en la competición masculina, pero la petición le fue denegada. La Liga Universitaria Interescolástica de Texas obliga a los deportistas a participar en la competición que se corresponde con el sexo que les fue asignado en su partida de nacimiento.
El resultado, una situación absurda: Beggs, contra su voluntad, era obligado a competir en el campeonato femenino, pese a que su condición física, tras dos años de transición hormonal, le otorga una evidente ventaja física sobre la inmensa mayoría de las chicas. El pasado febrero se hacía, sin oposición alguna, con el campeonato femenino estatal, lo que despertó el natural enfado en muchas de sus contrincantes y sus familias, que consideraban injusta la situación. El joven luchador encadenaba más de cincuenta victoria consecutivas, y varias de sus oponentes, de hecho, se han negado directamente a competir contra él. Beggs, por su parte, estaba atado de pies y manos: a él le obligaban a participar contra las chicas, y lo que desde luego no pensaba a hacer era renunciar a competir. Pese a todo, parte del público dedicó sonoros abucheos a Beggs cuando fue declarado vencedor.
Como sucede en tantas otras ocasiones cuando de derechos civiles hablamos, son las historias personales las que consiguen catalizar los cambios. A principios de este mismo mes, USA Wrestling, la organización que regula la lucha deportiva no profesional en Estados Unidos, aprobaba unas nuevas directrices para la participación de los deportistas trans en sus competiciones. Adaptadas de las que ya hace más de un año aprobó el Comité Olímpico Internacional, las nuevas directrices permitirán a las personas trans participar en las competiciones que se corresponden con su identidad de género.
En aquellos casos en los que la transición tuvo lugar antes de la pubertad, no habrá limitaciones. Tampoco en el caso de los hombres trans cuya transición tuvo lugar después de la pubertad. En este último caso, sin embargo, si se mantienen ciertas restricciones para las mujeres trans, las cuales deberán acreditar unos niveles de testosterona por debajo de 10 nmol/L durante 12 meses antes de su primera competición (ver el detalle de las directrices aquí).
Mack Beggs tendrá su primera oportunidad de competir contra otros hombres esta primavera. No sabemos si continuará con su carrera de éxitos deportivos, pero de lo que no tenemos dudas es de que ya ha conseguido un gran éxito personal y para el colectivo LGTB. Enhorabuena.
Os dejamos, para terminar esta entrada, con la grabación de una entrevista a Beggs realizada por Tisha Thompson para el canal ESPN. Está en inglés, pero la consideramos de suficiente interés para todos aquellos que comprendáis el idioma. En la entrevista, Beggs asegura comprender a los que lo abuchearon, que según él lo hicieron al considerar que tomar testosterona le otorgaba una ventaja competitiva. De hecho, Beggs revela que él mismo pidió a su médico que lo mantuviera con la mínima dosis de testosterona posible para que la competición fuese lo más justa posible.
Beggs también cuenta como, al igual que tantos otros niños y adolescentes LGTB, en su momento pasó por momentos muy dolorosos e incluso llegó a considerar la idea del suicidio. Su consejo final para todos aquellos que se encuentren hoy día en una situación parecida es, sin embargo, rotundo: “no renuncieis”:
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