Miércoles, 30 de septiembre de 2015
Del blog de la Communion Béthanie:
El hombre existe, lo he encontrado
Leí en alguna parte:
“¡Dios existe, yo lo encontré! ”
¡Caramba! Me sorprende!
Que Dios existe, ¡la pregunta no se plantea!
¡Pero que alguien lo haya encontrado antes que yo,
esto me sorprende!
¡Debido a que he tenido el privilegio
de encontrarme con Dios justo en el momento
en que yo dudaba de Él!
En un pequeño pueblo de Lozère
abandonado por los hombres, no había nadie.
Y, pasando por la antigua iglesia,
empujado por un instinto desconocido, entré …
Y allí estaba deslumbrado por la luz ….
intensa … insoportable! Era Dios …
¡Dios mismo, Dios que oraba!
Me dije: “¿Quién reza?
¿No reza Él mismo?
Él no, no Dios! “
¡No! ¡Rezaba al hombre!
¡Me rezaba a mi! Él dudaba de mí
como yo había dudado de Él.
Él dijo: ¡Oh hombre! si existes,
dame un signo de ti!
Dije: Dios mío estoy aquí!
Dijo -¡ Milagro!
¡Una aparición humana!
Le dije: ‘Pero, Dios mío…
¿Cómo puedes dudar
de la existencia del hombre
ya que eres Tú quien lo ha creado?
Él me dijo: Sí … pero hace tanto tiempo
que no he visto uno en mi iglesia …
que me pregunté si era sólo
un producto de mi imaginación!
Le dije: -Puedes, sentirte seguro, Dios mío!
Me dijo: ‘¡Sí!
Puedo decirlesallí en lo alto:
“El hombre existe, lo he encontrado!”
*
Raymond Devos
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"Migajas" de espiritualidad, Espiritualidad
Dios, Encuentro, Espiritulidad, Hombre, Raymond Devos
Miércoles, 3 de septiembre de 2014
Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día,
sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto:
cortés en mis maneras,
no criticaré a nadie
y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie,
sino a mi mismo.
Sólo por hoy seré feliz en la certeza
de que he sido creado para la felicidad,
no sólo en el otro mundo,
sino en este también.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias,
sin pretender que las circunstancias
se adapten todas a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura;
recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo,
así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
Sólo por hoy haré una buena acción
y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer;
y si me sintiera ofendido en mis sentimientos
procuraré que nadie se entere.
Sólo por hoy me haré un programa detallado.
Quizá no lo cumpliré cabalmente,
pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades:
la prisa y la indecisión.
Sólo por hoy creeré firmemente
aunque las circunstancias demuestren lo contrario
que la buena providencia de Dios se ocupa de mí
como si nadie existiera en el mundo.
Sólo por hoy no tendré temores.
De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello
y de creer en la bondad.
*
Beato Juan XXIII, papa
Decálogo de la Serenidad
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Decálogo de la serenidad, Espiritulidad, Juan XXIII
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