Enrédate por la misericordia
Mari Paz López Santos. Madrid.
ECLESALIA, 28/09/15.- Domingo último de septiembre. Se inaugura el nuevo curso en la Parroquia de Guadalupe (Madrid) en la misa de doce. El templo, como una gran tienda del encuentro, se llena de gente con muchas ganas de reencontrarse. Se nota en los saludos, los abrazos y las ganas de compartir. El lema parroquial elegido para el presente curso es “Enrédate por la misericordia”.
La palabra “enredar”, según dice el diccionario, se utiliza tanto en sentido positivo como negativo. Tiene miga la palabra y habrá tiempo durante el año para ir entresacando su significado, si es que hay quien quiera enredarse en semejante cosa, siguiendo a Jesús que es quien convoca en este enredo.
Veamos algunas posibles utilizaciones de esta palabra. Por ejemplo, se les dice a los niños cuando están muy inquietos y molestando: ¡No enredes!
Se utiliza para indicar que alguien está metiendo discordia o cizaña; o cuando decimos que las cosas están “enredadas” significando que vamos a tener problemas, dificultades o preocupaciones. También cuando nos metemos en más cosas de las que podemos atender, cuando queremos llegar a todo utilizando el menor tiempo posible, decimos que “nos estamos enredando”.
Jesús utilizaba el lenguaje de la pesca para explicar a sus discípulos la forma de pescar a la que están siendo llamados, indicándoles que echaran las redes y que serían pescadores de hombre. Volvieron con tal cantidad de peces enredados que casi no podían sacarlos a tierra.
Pero enredarse, concretamente, por la misericordia, es implicarse en la vida de los que más lo necesitan, envolverse en lo precario, en lo mínimo, para hacerse uno más con ellos; es denunciar situaciones de precariedad que ahogan a los que las sufren; es quedar prendidos en las redes de la misericordia invitando a otros a enredarse en la misma faena.
Y, como hemos escuchado en la homilía, “es complicarse la vida y complicársela a los demás pero por la misericordia; con acciones concretas que busquen hacer un mundo mejor. No te importe si a alguien le suena mal. Sigue enredándote y enredando”.
Releyendo el lema en la pequeña cartulina que nos han repartido con una oración y todas las posibilidades de “enredarse” en las diferentes áreas de la parroquia, me vino otro significado para nuestros días que tiene que ver con algo en lo que estamos inmersos: las redes sociales. Así se podría llamar la red social que anime a enredarse por la misericordia: enREDdateporlamisericordia
Las redes son medios para implicarse pero, eso sí, sin olvidar que la misericordia no es virtual, es real y quiere contacto cercano. “Que nos dejemos enredar por tu misericordia y nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humano, y así les mostraremos tu camino de reconciliación, de perdón y de paz”, hemos rezado todos juntos como final de la Eucaristía e inicio del nuevo curso parroquial.
Que nos encontremos enredados por la misericordia a la vuelta del camino de este curso habiendo atraído a la red a muchos que están ahí cerca, a otros que llegarán… Jesús es quien convoca
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