Enamorados
Acabo de participar en una eucaristía y un señor, me dice al final: “vaya, ya hemos cumplido con una obligación. Ya he oído misa”.
Me impresiona. Que celebremos la eucaristía como una obligación, como un deber.
Seguido veo al salir del templo a una madre que lleva a su hijo enfermo con ELA sentado en una silla, y le va diciendo cada piropo… que arde el hacha. Hay enamoramiento, hay amor profundo hacia él.
Eso es lo que menos percibo en los cristianos. Siento que estamos poco enamorados de Jesús, que hemos visto la vida cristiana como una obligación, como un mandamiento de la Iglesia. Qué pena. Nos falta el vigor, la fuente, la energía… Quizás sabemos algunas cosas sobre Jesús pero, tal como nos lo plantea el evangelio, nos cuesta llegar al enamoramiento de Él, a estar tan identificados con Él que ya no actuemos según el evangelio por obligación sino por cariño, por vivir dentro la presencia actuante de Jesús.
Cuando muchos cristianos leemos el Evangelio y vemos las exigencias del perdón, del amor sin límites, la alegría con que vivir, el compartir más allá de la limosna, de una forma disimulada, decimos “bueno ya vale, eso para los monjes”.
Nos ha hecho mucho daño el pensar que los votos de pobreza, servicio o responsabilidad social no eran para nosotros, sino solo para los que han hecho los votos. Nos ayudará mucho el no vivir el cristianismo como religión, sino como opción, como apuesta personal, como actitud de vida.
Cuando veo la vida y el quehacer de muchos misioneros y misioneras me quedo afectado. Lo entregan todo porque aman y se sienten amados por Jesús. Y ese mismo amor lo descubro y lo siento en multitud de personas que aman y realizan maravillas porque les mueve el amor de Jesús que les mantiene.
Tenemos necesidad urgente de conocer a Jesús. Pero un conocimiento que nos lleve a un encuentro personal con Él, a un contacto, a una vivencia. De ahí brotará nuestra fe. Y entonces hablaremos y actuaremos lo que nos brota de la abundancia del corazón.
De un pozo seco, no podemos sacar agua. De un corazón frio, no puede brotar el Amor.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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