A los 14 años vivió dos «terapias de conversión» y nos cuenta su historia
Un testimonio en primera persona sobre las terapias de conversión empleadas en un niño de 14 años.
El caso de Elvin R. ha sido compartido por la asociación LGTB Puerto Rico.
«Contaré mi historia con las “terapias de conversión”. Sucede que cuando tenía 14 años comienzo a darme cuenta que era evidente que me gustaban los chicos. Tenía el paradigma que eso era malo, pues en la iglesia decían que solo al hombre le tenia que gustar la mujer.
Rápido me sentí mal y decidí contárselo a un familiar, ese familiar se contactó con la líder del grupo de oración para hacerme una «liberación» pues decían que tenía un demonio de homosexualismo. Yo no sabia mucho del tema así que accedí sin saber lo que ocurría.
Con solo 14 años, supuestamente me sacaron el demonio. Luego de eso, mi mamá se enteró y me llevó con el pastor de la misma iglesia donde también procedieron a hacerme otra «liberación» del supuesto demonio llamado homosexualidad. Lo ocurrido es que desde la primera liberación, me sentí igual…
Igual en el sentido que me seguían gustando los hombres, el pastor de la iglesia procede a recomendarme a un psicólogo que por casualidad es pastor, igual para darme seguimiento, pues según ellos necesitaba ayuda.
Yo inocentemente accedí, no sabía nada, solo seguía a mis mayores. Tenía un conflicto conmigo mismo por que yo seguía sintiendo la misma atracción de siempre. Llegué a ir donde el psicólogo pastor y me hacia preguntas como: ¿Te consideras heterosexual? ¿Te gustaría tener familia?
A todas les respondí que sí, pues en mi interior creía que ya me habían sacado ese demonio, pero aun tenía ese conflicto conmigo mismo. Según él sicólogo, ya estaba curado, lo que no sabía era que así mismo como entré (desde la «liberación» hasta cuando salí de la oficina) salí igual.
Intenté reprimir ese sentimiento por los hombres pero no pude, siempre me inclinaba a ellos. Pensé en dejar mi fe, desde los 14 estuve así y no fue hasta los 17 años, que llegó un ser de luz que abrió mis ojos… un profesor de teología en la Interamericana de Fajardo.
El profesor me dijo algo así, parafraseado: “Elvin tu eres un chico muy brillante, en ti no hay nada malo, no te tienen que curar nada, así el creador quiso que fueras. Y así serás”.
Eso me reconfortó tanto que dejé el paradigma que tenía y en ese mismo año también me enteré, que lo que me habían hecho fueron «terapias de conversión” y yo no lo sabia en ese entonces. Pues el tema se había puesto en la mesa con la legislación de Zoe Laboy y Vargas Vidot.
Así fue mi historia, desde el 2017 me acepto como soy, siento un fuerte llamado a que las “terapias de conversión” se ilegalicen pues estas no funcionan, no tienen fundamento. Yo soy el vivo ejemplo de que estas terapias NO FUNCIONAN. Así como entré, así salí: ¡gay y con orgullo!»
Elvin R.
Las últimas noticias acerca de este esperpento de las falsas “terapias” fue que la Subsecretaria de DDHH de Chile Lorena Recabarren quería que la Ley Zamudio permitiese en ciertos casos las terapias para “curar” la homosexualidad o la transexualidad, lo que provocó las protestas del MOVILH. Antes, que la asociación española Abogados Cristianos se querella contra Ignacio Aguado por hacer pública la multa a la coach de terapias para personas LGTBI, y que, ante la protesta ciudadana, el Ministro de Educación de Israel se retractaba de su apoyo a las terapias de “curación” para gays. Y Canadá prohibirá las «terapias de conversión» a nivel nacional.
Una tendencia creciente a la prohibición
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de elecciones anticipadas.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
En EE.UU., gran aliado de Israel, California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor el pasado 8 de abril tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y el pasado 8 de mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
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Fuente Asociación LGTB Puerto Rico/Cristianos Gays
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